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04.02. Activitat política
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Recull la documentació generada en relació a Pasqual Maragall en la seva activitat als partits i associacions d'àmbit polític: Front Obrer de Catalunya (FOC), Convergència Socialista de Catalunya (CSC), Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Ciutadans pel Canvi (CpC).
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Preparémonos para lo nuevo
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El País
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Eleccions
Nacionalisme
Acció política
Espanya plural
Catalunya
Estatut
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Europa
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Maragall, Pasqual, 1941-
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Articles de Pasqual Maragall a
20/08/1994 (2954484) - Artículo de opinión
EL PAÍS / Madrid / Base / España, pág. 18
LOS SOCIALISTAS Y SUS ALIADOS
El poder y el alma
PASQUAL MARAGALL
El autor sostiene que socialistas y nacionalistas catalanes pueden andar un
trecho juntos en la recuperación política si no se amordaza la capacidad de
crítica mutua.
Dice José Ramón Recalde en su artículo Conservar el poder, salvar el alma que
difícilmente se pueden salvar los dos a la vez, pero que no es imposible. Estando de
acuerdo, como ocurre invariablemente, con el consejero de Justicia del Gobierno
vasco, me gustaría añadir al mismo escenario la perspectiva de un catalán socialista.
Superar el espíritu de grupo y la prepotencia de la burocracia; colocar los intereses
particulares -incluso los colectivos de partido- al servicio de los generales; hacerse
permeable a la crítica; resistir la tentación autoritaria; luchar contra la discriminación
por razón de sexo; defender el medio y asumir compromisos internacionales. Y todo
ello, hacerlo más pendientes de las adhesiones ciudadanas que de los pactos con
otros partidos. Ésta es la receta de Recalde. Básicamente es la que compartimos,
creo, muchos socialistas. Incluso muchos que no lo son.
En realidad, todos los partidos deberían perseguir estos objetivos. ¿Tiene
Convergència necesidad de superar un cierto espíritu de grupo y subordinar mejor los
intereses partidistas a los generales? ¡Desde luego! ¿Tiene el PNV algún problema en
hacerse más permeable a la crítica? Seguramente. ¿Debe IU hacer esfuerzos por
resistir la tentación autoritaria? Más le vale. ¿Deben todos, incluso el PP, luchar contra
las discriminaciones por razón de sexo, defender el medio ambiente, etcétera...? A
buen seguro.
La diferencia está en que sectarismo, inmunidad a la crítica, exceso de autoridad, son
rasgos que preocupan sobre todo de quien tiene el poder, claro. O el poder mayor,
porque PNV y CiU, y hasta IU en alguna medida (en Córdoba, IC en Barcelona...)
tienen poderes. Incluso el PP tiene poder.
Conservar cada uno su poder y a la vez salvar el alma -la cuestión que inquietaba a
Maquiavelo, a Federico II, y al moderno príncipe, el partido- requiere no equivocarse
de aliado, dice José Ramón Recalde. Y requiere también pasar la prueba de esas
preguntas.
Recalde hace dos consideraciones que atañen a CiU, nuestro aliado en el Parlamento.
"Para conservar, hoy, el Gobierno es necesario el pacto con CiU", dice el autor. Y
añade: "Es posible caminar junto al actual aliado circunstancial en ciertas vías de
regeneración de la política". La segunda consideración atañe a la credibilidad de la
renovación socialista ante los ciudadanos. Estoy totalmente de acuerdo. Con CiU
Podemos hacer una parte de la reforma política necesarias incluso de la regeneración
del sistema Hay un aspecto más importante, que es el de la consolidación del Estado
federalizante en que vivimos, que sólo puede hacerse con CiU. El error de la LOAPA
consistió en no entenderlo así.
En el sentido de la regeneración ya tengo más dudas. Nuestros nacionalistas -me
refiero a los que gobiernan en Cataluña- han sufrido tanto como los socialistas, como
mínimo, los zarpazos del poder que anunciaba Lord Acton. Se sabe menos, pero no es
menos cierto. Quizás incluso lo es más. Si no la extensión, sí la intensidad de su poder
gubernamental, mediático...) puede ser incluso más fuerte. Más indiscutible. Más
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�Articles de Pasqual Maragall a
causante de actitudes de inhibición moral, de conformidad acrítica, y de temor
reverencial, ése que causa tantos y tantos estragos en la fortaleza de la sociedad civil.
Seguramente algo parecido ocurre en Euskadi. Pero no puedo afirmarlo con tanta
seguridad. El hecho es que el autogobierno es en sí mismo un bien deseado,
largamente anhelado durante años de dictadura y que su sola existencia es una
bendición. Lo cual no debería eximir de rigor en los análisis del ejercicio de ese
gobierno autónomo en tanto que tal gobierno. Pero parece que exime.
De modo que la ecuación democrática del control desde abajo funciona con menos
eficacia en este caso; el valor de la cohesión y la identidad recuperada y compartida
se impone a los de la diferencia, la calidad y la pluralidad.
Por tanto, sí podemos andar con los nacionalistas un trecho juntos en la recuperación
de la política, pero a condición que se acepten reproches mutuos y no en una sola
dirección, como hasta ahora. Cuando oímos a los representantes de nuestros aliados
exigir de los socialistas firmeza contra la corrupción, entereza moral y otros valores
semejantes, muchos catalanes no podemos menos que reprimir una primera reacción
que está entre el asombro y una leve indignación. Por supuesto que esto también es
cierto de las acusaciones del PP. Pero el PP es nuestro adversario y al adversario se
le supone contrariedad a todo lo que uno representa. No tanto al aliado.
Lo que debería suceder entonces es que si el señor López de Lerma (CiU) preside la
Comisión Roldán o Rubio, el señor Higini Clotas (PSC) por ejemplo, y sin que nadie se
ofendiera, presidiera la Comisión BPF, escándalo político motivado por el hecho de
que una empresa de la que formaba parte el ex consejero de Economía y Finanzas
Planasdemunt (de ahí la P) no pagara los pagares que emitía. Planasdemunt fue
presidente del periódico El Observador y ejercía de presidente del Institut Català de
Finances mientras BPF emitía unos curiosos documentos mercantiles.
Porque si no, si esa clarificación de coincidencias y discrepancias y esa reciprocidad
de situaciones no se produce, ocurre:
1 - que la gente piensa que uno de los aliados le está sacando el jugo al otro por el
mero hecho de ser su voto indispensable y no a la inversa. (La moral que se deriva de
esa constatación es interesante, porque viene a decir que uno puede ser juez del otro,
y no el otro del uno, y que, por tanto, determinados comportamientos son censurables
en cualquier dirección sólo si no hay mayoría absoluta y si, además, la coalición
existente es recíproca, que es lo que estoy pidiendo).
2- que uno de los aliados (el grandullón) representa el aburrido" interés general y el
otro (el pequeño) los "interesantes" intereses particulares, o la macro y la micro
política.
Todos los hijos de padres, todos los padres de hijos, todos los ex combatientes y los
futuros combatientes, todos los pequeños tenderos y los hipermercados, tienen algo
que agradecer al pequeño aliado que pone el acento a la ley general que los ignoraba,
la LAU de turno u otra, mientras el pobre gran aliado se limita a enunciar los principios
generales de bondad que interesan a todos a la vez y por tanto a nadie en particular.
Y encima el pequeño aliado puede permitirse argüir que no votando en contra de lo
obviamente bueno es él quien no lo impide y, por tanto, quien lo causa. Popper ha
hablado de la perversión del sistema electoral proporcional cuando da aparentemente
a uno el poder que niega a cuatrocientos. Sin duda ese sistema y las coaliciones en
general impiden en sí mismos muchos de los excesos de soberbia de las mayorías
absolutas. Lo que Popper no había ni imaginado es que el uno que puede decantar lo
es no porque haya ganado las elecciones en la parte del territorio en que se presenta
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�Articles de Pasqual Maragall a
(en Cataluña CiU perdió ante el PSC en 1093) sino porque en otros territorios su
aliado perdió terreno frente a terceros.
Para terminar, el requerimiento más ambicioso que Recalde nos pone a los socialistas,
y se autopone, es el de conciliar igualdad y desarrollo, solidaridad y autonomía,
libertad y autoridad. Ese requerimiento no podremos andarlo juntos con nuestros
aliados, por la sencilla razón de que para ellos el desarrollo, la autonomía y la
autoridad se anteponen siempre a la igualdad, la solidaridad y la libertad. Siempre que
entran en conflicto.
Quizás los socialistas nos complicamos la vida cuando queremos conciliar tantas
cosas. Quizás sea cierto que, como suelen decir nuestros aliado s "no entendemos a
la gente". Ellos sí. Ellos saben que la gente lo que quiere es más riqueza, ser ellos
mismos, que no les importunemos con peticiones y que haya orden. Aunque incluso
en eso podríamos hacerles reflexionar un poco. Porque algunos de esos simplismos
que la gente en Europa entiende tan bien acaban a veces, muy mal.
Pero también es cierto que a golpe de libertad, igualdad y fraternidad (o solidaridad) ya
no se ganan revoluciones. Ni elecciones. Por tanto, somos nosotros quienes debemos
reflexionar si queremos gobernar y salvar el alma. Les aconsejo en este sentido que
lean las palabras que pronunció Václav Havel en el Independence Hall de Filadelfia el
4 de julio.
Pasqual Maragall es alcalde de Barcelona.
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�
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09.01. Activitat de representació (com a Alcalde)
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El poder y el alma
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El País
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Acció política
Nacionalisme
Socialdemocràcia
Política
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Poder (Ciències socials)
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Maragall, Pasqual, 1941-
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1994-08-20
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
13/10/2002
La Vanguardia, p.034, Opinión
Después del debate
PASQUAL MARAGALL
Hemos asistido, hace pocos días, al último debate de orientación política entre el presidente de
la Generalitat en ejercicio y los grupos parlamentarios. Es más que probable que Jordi Pujol no
vuelva más a la tribuna del Parlament, dado que las respuestas breves a las preguntas
formuladas durante las sesiones de control las da desde el propio escaño.
Por regla general, estas sesiones parlamentarias no permiten expresarse, en extensión e
intensidad, tan a fondo como uno quisiera. Por ello me gustaría exponer aquí algunas
reflexiones, no tanto sobre el debate como relativas al entorno del debate; no ya sobre lo dicho,
sino sobre lo no dicho pero presente y pesante, de manera muy perceptible, en el ambiente.
Veintidós años son muchos años. Han sucedido muchas cosas. Algunas dejaron huella. Ha
habido momentos exultantes, compartidos a lo largo del tiempo. Existe la sensación de que ha
sido un periodo prolongado de paz y trabajo, que Cataluña no había podido vivir cuando tocaba
décadas atrás, siglos atrás. Pero existe también la sensación de que estamos todavía lejos de
donde podíamos estar. También existen heridas, cicatrices, agravios...
Hay cosas difíciles de superar; hay prejuicios enquistados muy difíciles de deshacer; problemas
endémicos cuya solución no es fácil encarar adecuadamente; hay responsabilidades
generacionales que demasiado fácilmente se olvidan; hay, en fin, peligros inherentes al cese de
un gobierno de larga duración y de su deseo de seguir durando más allá de su final. Veámoslo:
Hay algunas cicatrices. A los socialistas nos ha sido difícil olvidar la ruptura de la unidad
catalanista que se produjo hace veinte años, cuando CiU se desmarcó de la cabecera unitaria del
Onze de Setembre y nos condujo a la fragmentada y dividida ofrenda floral –con silbidos
incluidos– de la calle Ali Bei.
Nosotros volveremos a instaurar una celebración unitaria de la Diada, en la que deberemos
recordar el pasado, el de nuestro Onze de Setembre, así como, en alguna medida, el 11 de
septiembre chileno y el de Estados Unidos, el del 2001. Pero en la Diada Nacional,
celebraremos especialmente el presente que vivimos, después de más de veinte años de paz,
democracia y autonomía; y de progreso social. Asimismo celebraremos nuestra voluntad de
contribuir a la paz de España, de Europa y del mundo entero.
Pero no solamente recordamos fechas: recordamos procesos y a las personas que estuvieron
involucrados en ellos. En este sentido me produce desazón que a lo largo de las últimas
semanas (Onze de Setembre, reinstauración de la Generalitat, debate de orientación política) el
actual presidente no haya nombrado ni tan siquiera una sola vez a Joan Reventós, sin el que ni
Cataluña estaría donde está ni, probablemente, Pujol sería presidente. Nadie puede dudar de la
generosidad de Reventós en la formación del primer gobierno de unidad de la Generalitat
restablecida, admitiendo la misma responsabilidad que otros líderes políticos, a pesar de haber
ganado las primeras elecciones, en 1977.
No dudo que el presidente de la Generalitat debe mantener, más allá de su ambición personal,
un elevado sentido del cargo. Y no dudo que el sentimentalismo no forma parte de su función.
El sentimentalismo quizá no, pero –y aquí voy– el sentimiento sí.
152 de 204
�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
Me refiero al sentimiento político. Y no estoy seguro de que la ausencia de sentimientos de
cordialidad política, incluso de agradecimiento, no tenga, en este caso, una razón interesada;
política en el peor sentido de la palabra, y ajena a la psicología del president. Y esta razón no es
otra que la errónea y malévola presunción de que todos los socialistas son buenos... mientras no
sean catalanes. En su discurso del Parlament, Pujol se refirió en términos que podríamos
considerar elogiosos a Giddens, Schröder, Schmidt,... incluso a J.L. Rodríguez Zapatero. Todos
le parecen bien. De los de aquí, ninguno.
Alguien ha dicho, y no precisamente desde el campo socialista, que en relación con Cataluña,
PSOE y PP no son la misma cosa. En CiU están obsesionados en negarlo, porque de lo
contrario los anales históricos deberían condenar al olvido los últimos tres años de su política,
que se han basado, justamente, en el supuesto contrario.
No pedimos a CiU que se someta, aquí y ahora, a este ejercicio de humildad, reconociendo que,
con el PP, Cataluña no ha ganado nada. Les pedimos, eso sí, que se vayan preparando para
admitirlo dentro de un par de años. El nacionalismo catalán de centroderecha deberá cambiar su
análisis, abandonar el accidentalismo, renunciar al tópico de “todos los partidos de ámbito
español son iguales”, y decidirse de una vez a admitir que, al catalanismo –incluso al
catalanismo de derechas– le conviene más la visión que de España tiene la izquierda.
Cataluña y España. Pujol ha tenido y tiene una posición relevante dentro de la generación que
condujo este país por el final del franquismo y por el camino hacia la normalidad democrática
del Estado español y de Cataluña. Y del mismo modo que no veo cómo puede conducirnos por
más tiempo en la búsqueda de soluciones a los problemas que Cataluña tiene planteados para
adentro, sí creo sinceramente que puede hacer un último gran servicio a la causa de la
consolidación del estado democrático y autonómico en estos momentos difíciles.
Es cierto que Pujol manifestó, desde el primer momento, muy poco entusiasmo con la
declaración de Barcelona. Porque, en el fondo, su negativa a considerar seriamente la
posibilidad de un viaje conjunto de los nacionalismos catalán, gallego y vasco era bastante
elocuente de la deriva hacia la derecha que CiU había emprendido en 1999.
Ahora ya es tarde. El nacionalismo vasco ha iniciado una carrera en solitario que quizás le vaya
a dar votos, pero no traerá ni la reconciliación interior del pueblo vasco ni la paz. Entre otras
muchas razones porque el nacionalismo español se encuentra perfectamente a gusto en el
terreno de la competencia y en el mercado de los despropósitos (el penúltimo episodio, el de las
banderas). Pero sobre todo porque la falta de sensibilidad interior de los nacionalistas vascos
respecto de los que no lo son no augura nada bueno para un eventual futuro estado vasco.
Tengo la impresión de que Pujol está más ensimismado pensando en su futuro personal que en
su contribución al presente y al futuro del país. Tiene derecho a ello. Pero sólo si de verdad se
va. No es bueno que un país tenga un presidente a medias. Si se está en el cargo, es con todas
las consecuencias.
Pero ya se ha dicho que, irse, lo que se dice irse, no puede. Y que disolver el Parlament para
convocar nuevas elecciones, que sería lo propio en un país democrático maduro, no quiere. Irse
a casa sin convocar elecciones no puede por interés del partido: sus aliados del PP le iban a
hacer la vida imposible antes de investir, con sus votos, al sucesor in péctore. Y convocar
elecciones no le interesa porque cree que las perdería.
153 de 204
�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
La democracia tiene muchas limitaciones. Una buena cultura democrática puede poner remedio
a las limitaciones. Pero aquí no hemos alcanzado todavía esta madurez. Aquí no hay
penalización moral para los vicios evidentes.
Con todo, quedaría un consuelo posible: si Pujol se implicara de verdad en un balance colectivo
de la Constitución, balance que la generación que la hizo puede llevar a cabo con más autoridad
que otros, entonces nuestro presidente huidizo podría estar contribuyendo a que el país
avanzara en la buena dirección.
Lo que le he pedido es que se implique en la solución del mayor problema que tenemos como
país. Tengo derecho a hacerlo mientras él sea presidente. Cuando deje de serlo solamente
tendremos derecho a sugerírselo. Y a fe que creo que en estos momentos su aportación podría
ser útil. Incluso para la causa de su partido. ¡Cuántos sacrificios –suponiendo que lo sean– del
nacionalismo catalán en aras de la gobernabilidad les perdonaríamos si, finalmente, estos
sacrificios sirvieran para llevar la paz a Euskadi y, por lo tanto, a España!
Gobernabilidad significa precisamente esto: hacer gobernable un país. Ahora puede llegar a no
serlo. La carrera de las banderas que ha iniciado el Partido Popular, sin duda por no entender
que nuestra pequeña obsesión es justificada y bastante inocente, puede acarrear mayor
dificultad a la gobernación. Hay lo que se llama contención y lo que llamamos sentido de la
proporción, que el Madrid oficial y actual desconoce. Y digo actual porque en ocasiones debe
haberla tenido. De otro modo no habría podido ser capital durante cinco siglos.
Si el presidente de la Generalitat enseñara contención a sus aliados del PP, algo que sabe hacer,
diríamos que sigue siendo, también moralmente, presidente. De otro modo, los catalanes no
entendemos muy bien qué hace en Presidència. Durar. Pero durar no es suficiente.
PASQUAL MARAGALL, presidente del PSC
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Después del debate
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Pujol i Soley, Jordi
Política
Nacionalisme
Parlament de Catalunya
Catalunya
Generalitat de Catalunya
President de la Generalitat de Catalunya
Acció política
Oposició
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Maragall, Pasqual, 1941-
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
02/06/2003
La Vanguardia, p.025, Opinión
Sostiene Rubert o Això és un diàleg
PASQUAL MARAGALL
Fa uns anys Xavier Rubert em va demanar que prologués el seu llibre “Catalunya: de la
identitat a la independència” –un llibre sobre la interdependència dels més intel·ligents que
s'han fet, dels més aguts, dels més útils–. Útil per a tothom, també per a mi, per a nosaltres, per
a tots els que creiem i volem l'Espanya plural, desinhibida, oberta i en xarxa –no radiocéntrica–.
Útil perquè ens ajudava a entendre, des de prop de la cosmovisió nacionalista, les seves
limitacions.
El libro de Rubert argumenta que nuestro nacionalismo, si no se convierte en un calculado
independentismo, no obtendrá lo que persigue, porque estará siempre trabado por el complejo
de inferioridad respecto del nacionalismo dominante, que es el español, y porque entre dos
nacionalismos no existe otra salida que la victoria del más fuerte.
Para obtener ese resultado, Rubert explicaba su escasa simpatía por nuestra estética nacionalista
y su admiración correlativa por los madrileños, que no necesitan de ella, porque nación ya lo
son, por su ingenio y su desparpajo –admiración que solamente estaría en condiciones de
manifestar Rubert libremente, sostiene, tras una previa separación política, fría, interesada en el
mejor sentido de la palabra, que le permitiría, que nos permitiría a los catalanes, “declararnos”
a los madrileños sin temor a que nos robaran la cartera en el intento, e iniciando así una
auténtica y positiva interdependencia y amistad desde la distancia mínima que se requiere para
ello–.
Hice el prólogo. Y le hice una mala jugada. Sugerí al final que ese libro era más útil para mis
fines que para los suyos, en la medida en que podía ayudarme a convencer a la España central y
sobre todo a la España profunda de lo positivo de nuestros sentimientos hacia ellas, pero sin
necesidad de recurrir realmente a una construcción política virtual, como la suya, difícilmente
creíble y en realidad innecesaria, excepto para los fines pedagógicos de una mejor comprensión
de los hechos.
Ahora Xavier me devuelve la pelota. Ahora soy yo, parece, quien le está ayudando a él.
Sostiene en su artículo “Esto no es una pipa”, publicado el pasado 1/V/2003, que su argumento
se torna cada vez más sensato y presentable, en la medida en que Europa evoluciona hacia una
devaluación de las soberanías y hace además cada vez menos admisible, con el nacimiento de
los nuevos pequeños estados enmarcados en la Unión, la extraña situación de las
nacionalidades previstas en la Constitución española, las cuales, en términos comparativos, se
convierten en algo así como las comarcas de Malta (si las hay) o los valles de Estonia.
Xavier Rubert cree que ahora somos nosotros los que ingenuamente pretendemos modificar
España desde la proximidad, desde el interior, los que haremos avanzar la historia en el sentido
que él propone, puesto que la inevitable impasibilidad de España frente a nuestras cuitas las
tornará útiles para sus fines inter-independentistas. Haríamos, por decirlo así, de contraste
revelador de la exactitud de sus propias previsiones –las de Rubert–.
El juego es sutil. Y la ilustración del título, alusiva al cuadro de Magritte que retrata una pipa
pero que trae una inscripción diciendo que no lo es, francamente genial. Su artículo, en efecto,
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�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
no es una proclama electoral en favor de Maragall, aunque pueda parecerlo a los lectores
distraídos, o puedan creerlo los que saben de nuestra amistad y por tanto ya descuentan que
debe serlo.
Sin embargo, ni Catalunya es Malta, ni es Estonia, ni le interesa serlo. Una Catalunya al frente
de España es más interesante. Esta es la verdad. Esta es mi verdad, en todo caso, aunque Aznar
y sus voceros, asustados por lo de “al frente de” (puesto que Catalunya en su España está, por
supuesto, pero está detrás, o debajo) expliquen a los cuatro vientos que esa verdad es un
imposible, un barullo, una asimetría y una barbaridad. Para ellos, sí. Catalunya será
infinitamente más fuerte conduciendo España que solita en Europa. Catalunya en una España
federal y tranquila puede mucho más que yendo por libre.
Xavier cree que eso no es posible. Y hechos recientes, como la negativa de los organismos
reguladores del mercado de la energía a la compra de Iberdrola por la empresa Gas Natural, con
sede en Catalunya, o el desastre de la no llegada del AVE a Barcelona y no digamos a Francia,
o la inexistencia de fecha o siquiera de futurible para los AVE Barcelona-Valencia o
Barcelona-Bilbao, parecen darle la razón.
Pero si le preguntamos a Gas Natural qué prefiere, no creo que prefiera otra cosa que ser la
primera empresa de España en todos los sectores y la tercera de Europa en el campo de la
energía.
Y si le preguntamos a la gente, la gente que piensa, nos dirá que de la inacción que constatamos
tan culpable es Madrid como la Catalunya nacionalista. ¿O no es cierto que la preocupación
(temeraria) de nuestros gobernantes ha sido la de ocupar posiciones en el accionista de
referencia de Gas Natural, la Caixa d'Estalvis i de Pensions, más que la de asegurar su
estabilidad en momentos tan decisivos como el de definir el nuevo mapa español y europeo de
la energía?
Y si nos preguntan a catalanes, vascos y valencianos qué preferimos, preferimos que el Estado
español sea de una vez perspicaz y entienda que las líneas de alta velocidad de los ejes
mediterráneo y cantábrico y la del valle del Ebro convienen a España y a Europa, que salen en
la foto de satélite del continente, cosa que no ocurre con varias de las dibujadas en función del
torpe algoritmo aznariano de “todas las capitales de provincia a menos de cuatro horas de
Madrid”.
Como yo creo que estas cosas hay mucha gente en España que las entiende, tengo la confianza
de que pronto o tarde se impondrá la razón. Es más, si me imagino cómo llegar a lo mismo
desde una Europa en la que las nacionalidades (Escocia, Flandes, Baviera o Lombardía o
Catalunya) puedan hablar como estados, no me salen las cuentas de cuándo eso podrá ser.
Porque entonces además de convencer a los españoles, o al menos de desarmar sus argumentos,
deberemos convencer a los europeos, que no son unos angelitos.
Insisto: el argumento que le tocaría hacer a Rubert en este ejemplo concreto, a saber, la defensa
de que como estado estaríamos en mejores condiciones de conseguir esos objetivos razonables,
sería válido a efectos ilustrativos o dialécticos, pero el resultado práctico de esas ilustraciones
tomadas al pie de la letra se me antoja francamente lejano en el tiempo de la política real.
Los europeos no están para bromas. Lo mejor que pueden hacer por nosotros es, en efecto, ir
relajando la contundencia del principio de soberanía, e ir reconociendo la existencia de pueblos
de Europa que no son estados. Irles dando cancha. Todos entendemos que dentro de 20 años
Baviera no contará menos que Malta. Lo que no sabemos es cómo.
162 de 204
�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
Y nosotros deberíamos abandonar el pudor que nos invade cuando pronunciamos la palabra
España. En estas cosas Xavier y yo no distamos. Yo no me emociono con el himno nacional
español como con el catalán, aunque prefiero el “Cant de la senyera” a “Els segadors”, por
cosas de familia, pero admito que soy un forofo de Fernando Alonso, que la victoria de Fermín
Cacho en los 1.500 fue uno de los mejores momento que viví en el 92, y sobre todo, hablando
de cosas más serias, que Marcelino Iglesias es como un hermano para mí, tanto como Antich o
Joan Ignasi Pla, y que por tanto para mí la nacionalidad es un concepto relativo, un tejido
continuo que se pierde con la distancia y que no tiene fronteras precisas.
Y que nadie se inquiete por las pegas lógicas del argumento: ¿dónde empieza lo mío, dónde
termina lo tuyo? ¿Cómo organizar el mundo sin fronteras y sin juegos de suma cero?
Tranquilos. Unos juegos sustituyen a otros y unas lógicas a otras. La lógica federal y pluralista
es más útil que la monista y nacionalista (la del “se es o no se es”, “o som o no som”) sin llegar
a la imprecisión de la lógica dialéctica, que en vez del aristotélico “A o no A” propone el
hegeliano “A y no A”.
Los catalanes queremos ver en marcha cuanto antes los proyectos que he dicho. Estar al frente
de España (con otros, por supuesto), o quiere decir esto o no significa nada. Ahí sí que hay que
ser aristotélicos. Más aún: es desde esa posición que podemos maximizar nuestro peso en
Europa, no sólo desde una hipotética y lejana ampliación de Europa por dentro, es decir, con
más estados “interiores”, aunque esta evolución también ayudará.
Es cierto que la UE y la España autonómica significan a veces más distancia y otras veces
menos: más distancia para algunas decisiones (moneda y defensa, por ejemplo) y más
proximidad para otras (educación y salud, por ejemplo). Lo que es seguro, en todo caso, es que
el movimiento hoy es inclusivo más que exclusivo, va más en el sentido de convencer que en el
de exigir, que hoy hay que persuadir a más gente que a menos gente, que hoy se tiende a
empresas más grandes.
Finlandia va bien porque tiene Nokia y al mismo tiempo Nokia, probablemente, no habría
surgido sin un estado como el finlandés. Pero lo decisivo no es la independencia estatal, sino la
independencia de criterio y la capacidad de convicción en los grandes mercados de la economía
y la política. Que ser un estado ayuda es indudable. Pero que llegarlo a ser es tan o más
antinatural que no serlo, y menos práctico, también.
(Empiezo y termino en catalán porque esta carta es un diálogo entre Xavier y yo, y no sabría
hacerlo en otro idioma que en el nuestro.)
Xavier: Pel que sembla ens ajudem l'un a l'altre. Bravo. El temps dirà. Encara que “qui tenia
raó” serà aleshores bastant intranscendent. En ambdós casos haurem avançat. I si el que em
volies dir és que no em refiï de ningú perquè em podrien enredar, “take it easy”, no em refio. Si
tenim temps t'ho explicaré un altre dia.
PASQUAL MARAGALL, presidente del PSC
163 de 204
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04.02. Activitat política
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An account of the resource
Recull la documentació generada en relació a Pasqual Maragall en la seva activitat als partits i associacions d'àmbit polític: Front Obrer de Catalunya (FOC), Convergència Socialista de Catalunya (CSC), Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Ciutadans pel Canvi (CpC).
Type
The nature or genre of the resource
Sèrie
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1352
Title
A name given to the resource
Sostiene Rubert o Això és un diàleg
Type
The nature or genre of the resource
Article
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Textual
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A related resource from which the described resource is derived
La Vanguardia
Language
A language of the resource
Català
Castellà
Subject
The topic of the resource
Rubert de Ventós, Xavier, 1939-2023
Nacionalisme
Independència
Territoris
Espanya
Catalunya
Europa
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2003-06-02
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Activitat política
Articles
-
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b30d00f98452824626450473d484d39f
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
07/03/1998
La Vanguardia, p.020, Opinión
Dahrendorf y Mann. DESDE ROMA
Autor: PASQUAL MARAGALL
Thomas Mann dijo al volver de Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial que él
no se había ido nunca de su patria porque su patria era el alemán. Luego, mucho después,
Semprún, 50 años más tarde de Buchenvald, volvió al lugar y se preguntó cuál era su lenguaje
para saber dónde estaba su patria. Y se contestó que su patria no era ningún lenguaje, que su
patria era el lenguaje -Semprún leyó primero el "Quijote" en alemán, escribió en francés y
luego también en español-. No es que el logos fuese su patria, es que él efectivamente aprendió
a leer y escribir en tres idiomas europeos a la vez: el europeo es su lenguaje. Ningún idioma
solo es su idioma.
Ahora sospechamos de los conceptos y de toda razón que no sea material, datada, que no
exprese una parte de la diversidad, y que por tanto no sea particular. Lo universal no mola,
como dirían los chicos. ¿El logos? ¡Pero hombre! ¿La razón, el progreso? ¡Percarità!
Uno de los muchos presidentes identitarios que he conocido nos decía un día que si baja un
marciano y te pregunta "¿usted qué es?" Tú no le contestarás "soy diverso", sino que dirás cuál
es tu diversidad: soy catalán, de la plaza Molina de Barcelona, mis padres son tal y tal. O soy
madrileño de la calle Miguel Ángel esquina Martínez Campos.
Según esto, hay diversidades buenas y otras no tanto. Si eres de la diversidad español, o
francés, no tiene mucha gracia. Porque esta diversidad está como gastada. Esas guerras ya me
las sé. No me dicen nada nuevo. No informan. No añaden valor a lo que ya sabía.
Algunos europeos, sin embargo, piensan que no hay que correr tanto. Si Mann decía también al
llegar de América que no quería una Europa alemana, sino una Alemania europea, Ralph
Dahrendorf, un alemán de Orxford, nos advierte de que no queramos dar tantas lecciones
europeas a los alemanes y de que no nos empeñemos en querer el reino del euro para evitar el
reino del "deutsche mark": los alemanes ya son mayorcitos. Son europeos por derecho propio y
más vale no tratarles de enseñar algo que ya saben ni insistir por vías indirectas (la moneda) en
hacerlos más políticamente europeos de lo que a lo mejor quieren. Es innecesario y arriesgado.
Pero el euro está aquí y lo único que puede pasar, tanto con Kohl como con Churchill, es que
Schroeder gane sobre una ola de insatisfacción... cuando ya no hay nada que hacer.
Ni demasiada Europa ni demasiada particularidad, dice Ralph Dahrenforf. Primero las grandes
naciones. Ni logos ni lenguaje europeo: alemán en Alemania y francés en Francia. "Menjar poc
i pair bé". Pero los catalanes y los bávaros, y los vénetos, y todos los demás, dicen: la razón
nacional estatal no es la razón.
¿Cuál es?
126 de 204
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02. Activitat professional
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The nature or genre of the resource
Sèrie
Description
An account of the resource
Documentació emanada de l'exercici professional de Pasqual Maragall.
- Gabinet Tècnic de Programació de l'Ajuntament de Barcelona (febrer 1965-1968, funcionari 1968-1979) : com a economista.
- Servei d'estudis del Banc Urquijo (1965-1968).
- Aula Barcelona (setembre 1997 - març 1999): funda i presideix Aula Barcelona com a centre de gestió del coneixement per a l'administració de les ciutats. És un espai comú de reflexió entre universitat, empresa i administració en relació amb la ciutat i el seu passat, present i futur.
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1203
Title
A name given to the resource
Dahrendorf y Mann. DESDE ROMA
Type
The nature or genre of the resource
Article
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The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Textual
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A related resource from which the described resource is derived
La Vanguardia
Language
A language of the resource
Castellà
Subject
The topic of the resource
Territoris
Nacionalisme
Identitat (Concepte filosòfic)
Europa
Regions
Estat
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1998-03-07
EAD Archive
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Activitat professional
Articles
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c81a9106f2c8b7c97b476d1d7113eff8
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
07/02/1998
La Vanguardia, p.020, Opinión
La distancia (2). DESDE ROMA
Autor: PASQUAL MARAGALL
España, Italia y Gran Bretaña se han igualado en riqueza. Alemania pasa delante y va
perdiendo complejos. Dahrendorf, alemán en Londres, pide que nadie se preocupe ya por
Alemania. Que no utilicemos la necesidad de evitar un marco demasiado fuerte para inventar
un euro que será demasiado constrictivo, que daría al traste con la sal de Europa, que es su
diversidad.
La Francia de Albert Camus nos enternece por su buena fe nacionalista y "demodé", en un
mundo de minorías, identidades, nacionalismos y particularidades.
La carta de Camus a su amigo alemán, en plena guerra, vaticina que Francia vencerá porque,
además de una nación, es también una idea. Habían tardado en coger las armas porque tenían
reparos a la guerra, pero esos reparos les harían finalmente más fuertes. Por eso debían ganar.
Las naciones fuertes son las que no son sólo nacionalistas, las que luchan por algo distinto que
ellas mismas.
El mundo entero que quería Marx como condición para la sociedad nueva se ha ido haciendo.
Pareció que se hacía entonces, pero no. Ha hecho falta un siglo entero, dos guerras mundiales, y
un rosario de guerras de fronteras entre civilizaciones y entre tribus para que supiéramos tres
cosas:
1) que la aldea global siempre retorna
2) que sin embargo no retorna para siempre y sin vueltas atrás: convive con el pasado
3) que su parto trae sufrimiento: el empleo en el Sudeste Asiático (y mañana en América
Latina) es paro en Europa y Estados Unidos.
122 de 204
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02. Activitat professional
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The nature or genre of the resource
Sèrie
Description
An account of the resource
Documentació emanada de l'exercici professional de Pasqual Maragall.
- Gabinet Tècnic de Programació de l'Ajuntament de Barcelona (febrer 1965-1968, funcionari 1968-1979) : com a economista.
- Servei d'estudis del Banc Urquijo (1965-1968).
- Aula Barcelona (setembre 1997 - març 1999): funda i presideix Aula Barcelona com a centre de gestió del coneixement per a l'administració de les ciutats. És un espai comú de reflexió entre universitat, empresa i administració en relació amb la ciutat i el seu passat, present i futur.
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1199
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La distancia (2). DESDE ROMA
Type
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Article
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Textual
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A related resource from which the described resource is derived
La Vanguardia
Language
A language of the resource
Castellà
Subject
The topic of the resource
Territoris
Identitat (Concepte filosòfic)
Nacionalisme
Europa
Globalització
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1998-02-07
EAD Archive
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Activitat professional
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5b6f2ca34a25d074f58aefb915236f59
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
13/04/1997
La Vanguardia, p.031, Opinión
Atrevernos a pensar
Autor: PASQUAL MARAGALL
Es indudable que estos últimos meses el clima político se ha enrarecido de nuevo en España, en
parte como consecuencia de actitudes, lenguajes e iniciativas oficiales escasamente
procedentes. Más allá, sin embargo, de enconos y exabruptos, no todo son desarrollos
regresivos e inquietantes. También los hay novedosos y esperanzadores.
A pesar de la confusión que sigue presidiendo algunas de sus actuaciones más recientes, el
sistema judicial puede recuperar parte del crédito perdido: ahí está la tardía pero finalmente
decidida actuación contra los desmanes de un juez que, en virtud del agarrotamiento de las
relaciones entre los partidos políticos, llegó a situarse en el órgano rector de la magistratura; ahí
están, por fin, algunas ya iniciadas, otras a punto de producirse, las vistas de algunos de los
juicios que han pesado como una losa sobre la vida política de los últimos años y que habrán
castigado a los imputados tanto o más por su duración que por sus resultados, aún
desconocidos.
Lo que es más importante: por primera vez en la historia de España la derecha parece haber
asumido plenamente la existencia de una realidad plurinacional y, por tanto, la necesidad de
abordar con normalidad -sin alarmismos, sin dramas, sin amenazas- el tratamiento diferenciado
de realidades diferentes. Lo cual no tiene por qué significar ninguna injusticia ni ninguna
discriminación para nadie. La justicia consiste, en parte, en tratar desigualmente aquello que es,
en un momento histórico determinado, desigual. Sin que ello suponga que esa desigualdad deba
perpetuarse como un dato natural, inmutable. En todo caso, sería injusto negar que el esfuerzo
de la derecha -sin duda favorecido por el previo traslado a las autonomías del 25 % del gasto
público en los últimos 15 años- merece el respeto y el aplauso de todos.
No lo han hecho brillantemente el Gobierno y sus aliados, ni siquiera medianamente bien. Con
el acuerdo unilateral sobre el nuevo sistema de financiación autonómica, han creado problemas
de recelos y agravios comparativos ahí donde no tendría por qué haberlos, pero el paso está
dado. La alianza de la derecha españolista, centralista de toda la vida, y de la derecha
nacionalista, autonomista, además de ser extremadamente clarificadora, es un síntoma
importantísimo de salud y normalización democrática.
Pero no es sólo la derecha española la que está rompiendo con algunos tabúes históricos.
También en Cataluña empiezan a soplar aires de renovación en los medios de centro y de
izquierda, en temas tan sensibles como la reflexión teórica sobre los modos y límites de la
reivindicación nacional, o sobre la interpretación de momentos y cuestiones cruciales de
nuestra historia.
La izquierda catalanista anterior a la República fue extremadamente fecunda en este campo.
Posteriormente, sin embargo, tras articular la potente alianza que nos devolvió la libertad y la
autonomía, las fuerzas de izquierda han carecido de la mezcla adecuada de audacia y libertad
para renovar su pensamiento, quizás a causa, precisamente, del propio protagonismo en la
reconstitución democrática del Estado que la izquierda ha tenido en el periodo 1982-1996.
Ahora hay novedades. El excelente libro de Montserrat Guibernau sobre "Los nacionalismos"
supone una aportación seria y profunda a una temática que entre nosotros ha tendido a moverse
101 de 204
�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
más bien en el terreno de la emotividad. La obra de Miquel Porta Perales "Adéu al
nacionalisme" certifica la pluralidad de visiones que existen en nuestro país sobre el hecho
nacional. Los trabajos de Enric Fossas y Ferran Requejo sobre el mal llamado "federalismo
asimétrico" (y me siento algo culpable del invento; la expresión es exacta y precisa pero, sin
duda, hiriente) abren las puertas del verdadero debate: cuánto y cómo debemos y queremos
autogobernarnos sin romper la baraja.
Por otra parte, investigaciones como las de Manuel Peña sobre la creciente y pacífica
implantación del castellano en Cataluña desde finales del siglo XVI, fruto de los intereses
comerciales autóctonos; el excelente análisis de Ernest Lluch sobre los equívocos de la
supuesta decadencia catalana ("La Catalunya vençuda del segle XVIII"), obras como "El
malentès del noucentisme", de Xavier Pericay i Toutain sobre el encorsetamiento del lenguaje
literario; trabajos documentados y audaces como el recentísimo "Sobre la nació dels
valencians", de Joan F. Mira, etcétera, todo ello, en su conjunto, cuestiona seriamente,
sólidamente, algunos de los más arraigados tópicos y prejuicios de una historiografía romántica
y victimista según la cual todos los problemas han venido siempre de allende el Ebro y que ha
servido -y todavía sirve- como hilo ideológico conductor de un catalanismo defensivo,
ensimismado.
Junto a este fermento teórico e historiográfico también se está produciendo en Cataluña un
desperezamiento político e ideológico más general. Empieza a hacerse evidente el cansancio
provocado por una atmósfera intelectual dominada por una ortodoxia que en más de una
ocasión se ha atrevido a condenar como crimen de lesa patria cualquier desviación del
pensamiento único nacional. Proliferan iniciativas de debate, de encuentro, de confrontación
razonada y razonable de ideas, interpretaciones y valores que constituyen un patrimonio
común, pero plural, diverso, a veces contradictorio.
Bienvenidas sean tales iniciativas. Que nadie se asuste ni se sienta atacado. Nuestros grandes y
casi únicos enemigos son la ignorancia, los prejuicios, el miedo a lo desconocido, la pereza alimentada, a veces, por la propia mejora de la calidad de vida-, la falta de coraje para asumir
riesgos.
Sin renunciar a unas motivaciones y actitudes morales que seguimos afirmando como
fundamentales -la aspiración a la igualdad de derechos entre todos los seres humanos, a los
valores democráticos básicos, a una mayor justicia social, etcétera-, desde la izquierda debemos
ser capaces de reconocer nuestros errores, insuficiencias e ingenuidades. Como está haciendo
ahora mismo Tony Blair en Gran Bretaña. Aunque seguramente deberíamos hacerlo de forma
más amable, más participada, más reflexiva.
Airear, desbloquear, poner en cuestión nuestros tabúes, atrevernos a pensar y discutir con
libertad, con un mayor ángulo de apertura. Esta es, en Cataluña, una de las grandes prioridades
y necesidades. Atrevernos a discutir lo que durante largo tiempo ha sido indiscutible e
indiscutido. Hoy volvemos a estar en condiciones de hacerlo. No perdamos la oportunidad.
PASQUAL MARAGALL, alcalde de Barcelona
102 de 204
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Title
A name given to the resource
09.01. Activitat de representació (com a Alcalde)
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A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1982-1997
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1184
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Atrevernos a pensar
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Article
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Textual
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La Vanguardia
Language
A language of the resource
Castellà
Subject
The topic of the resource
Acció política
Territoris
Espanya
Catalunya
Política
Nacionalisme
Federalisme
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1997-04-13
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Alcalde de Barcelona
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3242e75146e5f5306ca920f6d11fbf28
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
29/11/1991
La Vanguardia, p.019, Opinión
Sobre Macià y su monumento
PASQUAL MARAGALL
Por fin la hija de Macià y los hijos espirituales de Macià, que somos todos, hemos podido ver
levantado el monumento a l'Avi.
El primer proyecto fue de Peyrí, nieto de Macià, que también estuvo presente en el acto del día
de Navidad. Pere Pi i Sunyer presentó este proyecto al alcalde Narcís Serra. Se titulaba
"Tombes flamejants" y era un gran plantel de metales alzándose hacia el cielo en todas
direcciones desde el centro de la plaza -entonces todavía- de Calvo Sotelo.
Tal como estaba concebido, se hubiera visto desde la parte alta de la Diagonal. Y hubiera hecho
un gran efecto. Pero no nos decidimos. Se impuso la obligación de respetar el magnífico jardín
de Nicolau Rubio y Tudurí.
Oriol Bohigas propuso entonces lo que personalmente creo que era la mejor idea desde el punto
de vista urbanístico: una reproducción del olvidado Sant Jordi ecuestre de Llimona, que se
situaría en la plaza Macià, al inicio de la avenida Pau Casals. Tampoco cuajó. Quizá se quería
algo más corpóreo y monumental, un homenaje menos indirecto y más sencillo.
Nos quedamos sin monumento ecuestre (¡y hay tan pocos!). Puede que algún día podamos
retomar esta idea en el otro extremo de la plaza Macià y para otro gran presidente: Joseph
Tarradellas. La ciudad tendrá que pensarlo. Todas estas decisiones requieren tiempo -pero ni
aun así está garantizado el éxito-.
El diario "Avui" emprendió entonces una campaña popular para el monumento a Macià.
Un tribunal en el que había gente tan prestigiosa como Chillida -que presidía-, el querido
George Collins -el gaudiniano más importante que ha existido- y el propio Oriol Bohigas,
seleccionó un pequeño grupo de proyectos a partir del centenar que se presentaron.
La votación popular sobre esta preselección eligió el proyecto de Vaquero Turcios, que partía
la plaza de Catalunya con un muro bajo las fuentes y proyectaba al cielo un rayo láser con las
cuatro barras, visible -decía el proyecto- desde el Montseny.
No pudo comprobarse la auténtica visibilidad del rayo láser rojo y amarillo -que el
Ayuntamiento había probado a través del haz luminoso situado detrás del Palau Nacional de
Montjuïc- ni gustó a los urbanistas el hecho de que se partiera la plaza Catalunya (si bien de
aquel proyecto quedó -y el concejal Serra Martí la realizó- la idea de prolongar la Rambla
Catalunya a lo largo de la plaza hasta unirla con la Rambla de Canaletes). Por otro lado, los
problemas de sustentación del muro sobre la estación subterránea eran considerables.
El Ayuntamiento, informando al Departamento de Cultura, encargó entonces a los arquitectos
Piñón y Viaplana un Saló Macià en la parte baja del paseo de Gracia, en el umbral de la plaza
Catalunya. Una pieza de Maillol, magnífica, negra; la reurbanización del paseo, que se
planificó peatonal en el centro, como en la avenida Pau Casals o en el paseo Lluís Companys; y
el busto de Clarà -iluminado el 25 de diciembre por un rayo de sol al mediodía- gustaron a
Maria Macià y a buena parte de la crítica.
39 de 204
�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
Pero tampoco hubo unanimidad. Finalmente, Lluís Armet y el conseller Guitart acordaron la
salomónica solución que inauguramos esta Navidad. Una pieza de Subirachs, propuesta por el
Consell Executiu de la Generalitat, en un entorno de Piñón y Viaplana. El busto de Subirachs
interpretando el de Clarà, fue para mí una sorpresa de última hora.
El monumento no tiene demasiadas complicaciones y -gustos a parte- será respetado por todos.
¿Y Macià? ¿Será también respetado por todos? Creemos y esperamos que sí. De la misma
manera que creemos y esperamos que lo será Francesc Cambó, a quien pronto los empresarios
del 92 levantarán un monumento, si todo va bien, delante de la fachada del Palau Nacional de
Montjuïc.
Sin Macià (y sin Companys y Layret) el catalanismo popular no hubiese existido. Sólo hubiese
existido un folclorismo y un cultismo interesantes.
La revuelta popular de 1909 -la Semana Trágica-, que marcó los dos campos que años más
tarde, durante la Guerra Civil, se enfrentarían en Cataluña, era una premonición del posible
naufragio político de un catalanismo conservador que no había sabido enraizar en el pueblo y
que reaccionaba con exceso ante la cólera popular.
Francesc Macià reunificó pueblo y catalanismo. No se entiende la pasión partidaria que su
nombre encendió como contrario a los que representaban el otro bando del catalanismo si no se
admite la tragedia anterior.
La restauración del nombre y la figura de Macià en el centro de Barcelona es un paso más en la
asunción de nuestro pasado tal y como realmente fue. Un paso importante.
Queda alejado así el espejismo de una Cataluña milenaria, hija del imperio medieval, que
habría naufragado en el siglo XVIII y resucitado en la entrada del siglo XX reinterpretando el
románico y el gótico para adquirir una madurez definitiva con el Noucentisme, y saltar sin
transición desde el Noucentisme hasta la Generalitat de hoy.
La historia es más compleja y la figura de Macià -como la de Companys- van unidas a la
solución de esta complejidad: pueblo y patria han de unirse no sólo en el mundo de las ideas y
las palabras sino en la realidad de las actitudes y los sentimientos de la mayoría. Las ideas han
de bajar a la calle y hacerse pueblo antes de mover la rueda de la Historia.
Esta fue la acción de Macià y los suyos, como en cierta manera la de Mossèn Cinto Verdaguer.
El período trágico en que sucedió todo esto es tan parte de nuestra historia como los años más
tranquilos y placenteros.
Y si hoy somos el espejo en el cual se miran muchos pueblos, sobre todo en el Este de Europa
pero también en el Oeste, es porque pasamos aquellos difíciles trances, porque derramamos la
sangre que la Historia pidió por nuestros errores y porque todo ello sucedió en torno a figuras
de una gran dignidad, como Francesc Macià, como Francesc Cambó, como Lluís Companys y
como Josep Tarradellas. Ellos marcaron con sus actitudes un camino para ser leído, en medio
del fragor de los terribles acontecimientos del siglo -el peor de la historia de Europa- por las
generaciones actuales.
PASQUAL MARAGALL, alcalde de Barcelona
40 de 204
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09.01. Activitat de representació (com a Alcalde)
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A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1982-1997
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Sobre Macià y su monumento
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La Vanguardia
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Castellà
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Macià, Francesc, 1859-1933
Barcelona
Monuments
Nacionalisme
Catalunya
Barcelona
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An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1991-12-29
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Alcalde de Barcelona
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
12/10/1991
La Vanguardia, p.015, Opinión
Una invitación a participar
PASQUAL MARAGALL
El viernes 20 de septiembre Narcís Serra relató en el Saló de Cent la prehistoria y la historia del
proyecto de la Barcelona de hoy, movida, dijo, por los vientos más favorables de nuestra era
moderna. Sus palabras sonaban a sugerencia, a mano tendida a todos los barceloneses a
participar.
El jueves 26 de septiembre Raimon Obiols hizo una intervención en el Parlament que puede
considerarse, en palabras del director de "La Vanguardia", una invitación a Pujol. Una
invitación a colaborar, a apasionarse por la labor de gobierno y no sólo por la reivindicación y
el agravio; a reconocer los peligros del nacionalismo agresivo, del que hoy observamos
muestras evidentes; y, en definitiva, a unir la voz de Cataluña para que sea escuchada fuera de
Cataluña. Una voz que no sea un simple lamento victimista, sino una reclamación seria y
responsable formulada desde la conciencia de nuestros derechos conculcados y también de
nuestros errores en el pasado.
Pujol, que tuvo un momento brillante en la respuesta a Colom, al señalarle que su partido,
Esquerra Republicana de Catalunya, no había sido separatista ni con Companys ni con Macià,
dejó sin contestar algunas cuestiones importantes: la invitación de Obiols -salvo en el
compromiso por la convivencia-, la crítica de Obiols al nacionalismo ignorante de las minorías,
su defensa del federalismo inscrito en el artículo primero del proyecto europeo de Unión
Política. El presidente del Consell Executiu dejó sin respuesta incluso la réplica de Colom, en
el sentido de que los gestos "españolistas" de Macià y Companys habían sido anteriores a las
sucesivas decepciones del bienio negro y, por supuesto, de la Guerra Civil.
Este último punto merece una reflexión más atenta. Se pueden albergar dudas sobre el sentido
de las palabras de Pujol: "Aún no he hecho lo que hizo Companys en el Parlamento español,
cuando gritó'¡Viva España!'".
Sería bueno saber si el "aún no" de Jordi Pujol, quiere decir: "Ya lo haré en su momento", o
más bien: "A mí no me cogerán diciendo esa barbaridad". Probablemente tampoco Pujol lo
sabe.
Sería bueno ir aclarando este dilema, al menos por una razón: ¿no es verdad que la decepción
de la República hundida y la guerra -con la derrota de la Cataluña autónoma- son los elementos
determinantes de la presente acritud al referirnos a España? Es innegable que en esa acritud
reside la gran diferencia entre Pujol y Tarradellas e incluso, quizás, entre el actual nacionalismo
dominante y el viejo patriotismo de Verdaguer y Maragall, y finalmente entre el catalanismo de
Obiols y el de Pujol.
En Verdaguer y Maragall hay lamento e incluso despecho con respecto a España –el
desesperado "Adéu Espanya" que cierra la oda-, pero desde la legitimidad del hijo que habla a
la madre. Hay un sentimiento trágico, precisamente en la medida en que en él se unen el
alejamiento y la proximidad familiar, el tronco común y el inicio de un desgajamiento.
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�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
En el nacionalismo de CiU no se da este elemento trágico, sino una fría y calculada utilización
del agravio histórico, al que los inevitables pequeños -o no tan pequeños- agravios de cada día
nos refieren de nuevo, incansablemente.
Parece como si, en efecto, el desgarro total ya se hubiera producido en nuestros corazones
catalanes, como si nuestro tronco pendiera tan sólo de una debilísima rama, en realidad seca,
incapaz de soportar nueva vida, y buscara en nuevo suelo, como la zarzamora, un lugar donde
rebrotar, sola e independiente.
Y, a veces, eso que Colom proclama parece que Pujol lo oculte, aun sabiéndolo, o pareciendo
que lo sabe.
El nacionalismo de CiU sería así una calculada espera, un frío sentimiento, un "aún no", que
sólo aguarda a que se den las circunstancias del "¡por fin!" soñado, del momento de una
separación que no podemos proclamar todavía, porque ahora no sería positivo ni sensato, y
porque quizá podría engendrar entre los jóvenes un sentimiento incontrolable, próximo a la
generosa violencia que todos, desde la guerra, detestamos.
Tarradellas fue otra cosa. Su vuelta en 1977, diciendo en un Madrid todavía muy confuso que
él era "el sucesor de aquel que Franco mandó fusilar", tiene toda la grandeza de un episodio
evangélico y está en la base de su simultáneo pactismo. En Tarradellas no dejó de existir, ni por
un momento, ese hilo de profunda vinculación a Cataluña como patria, que se refleja en la
emoción de las palabras y que siempre deja abierta en el interlocutor una duda sobre las
auténticas intenciones del sujeto. Era como si esas intenciones sólo pudieran decidirse en la
intimidad, cuando la voz de la patria, calladas las demás, se dejara oír en el corazón de su
máximo representante. Intenciones por tanto no revelables, ni siquiera conocidas, tal vez, por la
propia persona. Lo mismo que en Pujol, aparentemente.
En el caso de Tarradellas, "la esfera nacional" o la ambigüedad necesaria del catalanismo con
respecto a España integraban un comportamiento que seducía, que inducía al poder central a
entrar en el juego y a arriesgar ante un contendiente de talla al que era imposible no
corresponder. Tarradellas daba al mismo tiempo muestras de saber perder si era preciso, es
decir, de dejar de ganar batallas sin acritud.
Y lo mismo, en medida creciente, sucede con Raimon Obiols. En el caso de Pujol, por contra,
la ambigüedad se ha asemejado hasta ahora a un aburrido agarrarse al tablero, a un incesante
"pasar cuentas" de cada avance y retroceso.
Desde la LO APA hasta la denominación de la "ratafia", desde la financiación de la Seguridad
Social hasta el "tono" en que el Gobierno se dirige a la Generalitat, o la duración de la estancia
del Rey o el protocolo de la visita de Gorbachev. Como si se quisiera ocultar un designio
cualitativo que nada tiene que ver con las cuentas y el protocolo y mucho con la soberanía. Y
produciendo en consecuencia un diálogo crispado, tenso, cargado de sospechas mutuas. Un
diálogo en el que curiosamente el nacionalismo de CiU es jaleado casi siempre por la derecha
madrileña de tradición más anticatalana, en la medida en que aparece más como un incordio
para el Gobierno socialista que como una auténtica amenaza, excepto cuando toda la Europa
del Este estalla y el "español del año" se convierte en peligroso secesionista.
Esta dialéctica, que sin duda tiene un público parcialmente fervoroso en Cataluña, no nos
enriquece como país. Obiols ha venido señalándolo en los últimos dos años. Quizá por eso he
podido decir que la ambigüedad de Pujol se ha asemejado "hasta ahora" a ese juego estéril.
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�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
En efecto, parece como si la presión amable de Obiols estuviera produciendo -aliada con el
trabajo sordo de Serra- un perceptible cambio en la actitud de la cúpula de CiU, sincronizado
con cambios en la cúpula del Estado.
Pujol estuvo "tarradelliano" en más de un pasaje del último pleno del Parlamento. La
afirmación de la Generalitat como "el Estado en Catalunya" y la exigencia de asumir el mando
de las fuerzas de seguridad son divisas que Tarradellas acuñó y defendió. Por otro lado, su uso
y abuso del reglamento -que le permite contestar sin límite de tiempo, ni de asunto, ni de estilo
y cansar a los diputados hasta el agotamiento- y su posterior ausencia del hemiciclo durante
todo el curso político, han hecho más en pro del desprestigio del Parlamento que todos los
artículos antiparlamentarios; aunque Pujol tenga razón al rebatir la profunda frivolidad de estos.
No hay ninguna duda, sin embargo, de que Pujol es una máquina política coherente, de gran
categoría, que merece respeto, o cuando menos curiosidad, fuera de Cataluña y de España, y
que en momentos determinados de su intervención en la Cámara brilla a gran altura, aunque
Obiols le dominara, esta vez, en todos los terrenos. Este Pujol parece dispuesto sinceramente a
escuchar. Parece a punto de abandonar viejas actitudes, como la gravedad que le censuraba
amablemente un biógrafo tan benevolente con él como fue Manuel Ibáñez Escofet.
Pienso que la gravedad de Pujol tiene que ver con su historia personal, que todos conocemos, y
que en gran parte es la nuestra.
Porque Pujol no era, precisamente, el sucesor de Companys; no procedía de un digno exilio,
sino de un interior frustrante, hecho de compromisos y sacrificios, esperanzas y cansancio,
vueltas y revueltas de un calendario que incluyó el encarcelamiento, el insulto, las iniciativas
políticas y las civiles, 40 años de convivencia con lo peor de nuestra historia presidiendo
nuestras vidas.
Este es el caldo de cultivo y de desarrollo de la acritud nacida en los años 30 y que hoy
amenaza con colorear definitivamente la evolución de las relaciones de Cataluña con España e,
indirectamente, determinar de un modo particular nuestra inserción en Europa.
Las actitudes políticas de Pujol y Obiols en este punto no son muy distintas, en el fondo. En
cambio, los talantes sí. Sí, todavía. Pujol debería aceptar la invitación de Obiols y de Serra a
colaborar con el Gobierno español, que es el mejor que Cataluña podía esperar.
Colaborar no quiere decir entregarse. Colaborar quiere decir tratar de instalar un clima parecido
a lo que los alemanes llaman confianza federal ("bundestreue"); mejor dicho, no excluir que,
mediante los esfuerzos de unos y otros, esa confianza pueda finalmente presidir las relaciones
entre las partes, singularmente las partes diferenciadas y el todo. Y que eso ocurra en el tránsito
hacia un "todo" mayor y distinto, que es Europa.
Seguramente, cuando Pujol va a Madrid a no hablar de nada en concreto, sino a establecer
conceptos comunes, se está tratando de avanzar por ese camino.
La invitación de Obiols va en ese sentido. El catalanismo "noucentista" al que se refirió como
matriz de su actitud huía siempre, dijo, de la "sabonera", del jabón, del exceso verbal; confiaba
en el trabajo bien hecho; y detestaba el victimismo como fuente de argumentación política,
tomándolo seguramente por una confesión anticipada de debilidad.
Pujol, que estuvo recientemente en Praga, puede ser consciente de hasta qué punto a Havel le
falta ese terreno común, la posibilidad de un Obiols y de un Serra a partir de los cuales
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�Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
construir -o mejor reconstruir parcialmente- un lenguaje dotado del mínimo de sentimientos
comunes.
No basta la moderación. Tiene que haber un consentimiento, a veces dramático, en ocasiones
sereno, como lo hubo en Macià y en Companys, antes y después de Prats de Molió y del 6 de
octubre, como lo hubo en el Maragall de la "Oda" y el Verdaguer de la "Atlántida". No sólo
contabilidad de errores y aciertos mutuos.
Muchos catalanes, catalanistas, liberales, tolerantes, empresarios y profesionales partidarios del
consenso interior y del diálogo exterior son sensibles a esta exigencia. A ellos iba dirigida
también la invitación de Obiols.
PASQUAL MARAGALL, diputado por el PSC en el Parlament de Catalunya
36 de 204
�
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09.01. Activitat de representació (com a Alcalde)
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Una invitación a participar
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Castellà
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Pujol i Soley, Jordi
Obiols i Germà, Raimon
Acció política
Parlament de Catalunya
Nacionalisme
Catalunya
Espanya
Autogovern
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Maragall, Pasqual, 1941-
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1991-10-12
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Articles de Pasqual Maragall a LA VANGUARDIA
::
6LA
Dpiniones1
VANGUARDIA
VIERNES,27ABRIL1984
señorObiols;bienvenido,señorGonzále
Consultorio
sentimentalAdiós,
L
A raíz de lo que escribí el
otro día sobre las ilusiones
ópticas que provocan fatalmente en nuestro espíritu los
recursos propagandísticos de
una campaña electoral moderna, he recibido cantidad
de cartas de detráctores y de
admiradoras que han convertido mi despacho en una
especie de consultorio senti—
mental.
Para empezar, un amable
lector de Cornellá ha acudi
do a mí para que le despeje la
duda metafísica que le asaltó
en el momento de leer las de—
claraciones de un responsa
ble técnico de campaña elec
toral que aseguraba que el aspecto físico de los candidatos
a la presidencia de la Gene—
ralitat simboliza el mensaje
político de los partidos. Según este técnico, los hombres
jóvenes, altos y dinámicos,
expresan modernidad y renovación, mientras que los
bajos, mayores de edad y
poco esbeltos,- expresan ar
caísmo y carrinclonería. Mi
amable corresponsal, al igual
que millones de seres que vi—
vimos en la península Ibéri
ca, pertenece a la segunda ca—
tegoría física y, naturalmen
te, está abrumado
por
tamaña afirmación de sober
bia de los atléticos y de los as—
ténicos. No se apure usted,
apreciado comunicante: yo,
que también pertenezco a
este biotipo inferior y denos—
tado de los pícnicos, no com
parto su estado de ánimo,
aunque en este caso me iden
tífico con todos los de mi es—
pecie. Piense, apreciado
amigo, que, según las estadís
ticas, en este país somos ma—
yoría los bajos y poco esbel
tos, y en democracia las mayorías, por ahora, también
cuentan.
Por su parte, unas amigas
de Lliçá de Munt que están
encantadísimas con lo del hi
pódromo que les van a mon
tar allí, cosa que encuentran
fenomenal, me preguntan si
son ciertos los rumores de
que la becaria del Estado
María Jesús Llorente, íntima
de Guerra, e Isabel Preysler,
que lo es de Boyer, vendrán a
Cataluña para participar en
la campaña electoral junto a
los ministros respectivos, lo
cual prestaría mucho espIendor a los comicios autonómi
cos. Y un señor de Berga me
inquiere sobre si no serán
unas “satélites” o unos “sub
marinos” de Convergéncia i
Unió aquellos partidos de la
extrema izquierda que predícan —nunca mejor empleada
la palabra dado el tono litúr
gico de sus intervenciones en
televisión— la abstención.
Siento defraudarles, mis di—
lectos comunicantes, pero no
está a mi alcance en estos momentos dilucidar la certeza
de sus apreciaciones, aunque, particularmente, consi
deraría de muy mal gusto que
ambas conjeturas guardasen
alguna relación con la reali
dad.
Finalmente, una encanta
dora lectora de Plegamans
me interroga sobre cuáles
pueden ser los efectos de la
afonía total o parcial de un
candidato preponderante sobrevenida en plena vorágine
de mítines de una campaña
electoral. En el caso hipotéti—
co, teórico, que me plantea,
mi querida amiga, la afonía
no tiene por qué causar estra
gos en un partido. Al contrario de lo que ocurre con el hecho de ser bajo y poco esbel
to, la pérdida o disminución
de la voz debidas principalmente a inflamaciones agu
das o crónicas de la laringe, o
bien a sobreesfuerzos en la
fonación, como sería en este
caso, no constituyen impedi
mento impediente o dinmente para acostarse en la
magnífica “suite” que el se—
ñor Samaranch hizo amue
blar en la Casa dels Canonges. Todo lo contrario, mi
querida amiga: la afonía, en
estos casos, es un don del cie—
lo, una bendición divina. La
afonía impide que se apre
cien con claridad las prome
sas que no se cumplen.
JOSEP
MARIA
CASASÚS
Cartas
de
los
lectores
La defensa de animales
.
cer el agradeciinienta por quie—
nes han demostrado interés en
Señor Director:
nuestra propuesta. No existe
El hecho de aprecr
nuestra
una sola opción política, de las
Asociación implicada en la car
mayormente
conocidas, que
ta que le dirigió don E. Giralt pueda alegar ignorancia sobre
Barroso, presidente de la Fede
este hecho; nosotros mismos he—
ración Española de Sociedades mos llamado a sus puertas.
Protectoras de Animales y Plan—
Y para concluir, conviene detas, el pasado 18/4/84, nos obli— clarar que en ningún momento
ga a puntualizar lo siguiente:
nos hemos sentido ni utilizados
Las actuales normativas vi- ni manipulados. Nuestra causa,
gentes se caracterizan por su consideramos, es lo suficiente—
condición de caducas y se reve
mente importante y altruista,
lan inoperantes por una actuali
como para no prestarse a este
dad que las sobrepasa larga- tipo de instrumentación.
mente.
MANUEL CASES 1 PUIG
Aincorporación del presidente del
Gobierno, en su calidad de Secretario
General del Partido Socialista Obrero Español, a la campaña electoral de los socialistas de Cataluña, dando apoyo al candi—
dato Raimón Obiols, nos permite sacar unas
cuantas conclusiones. La primera de ellas es
que se consolida la progresiva desaparición
de Raimón Obiols como candidado, que si
hasta ahora venía siendo amparado y tutelado por la larga lista de ministros que lo han
convoyado durante toda la campaña, en esta
última instancia, ha optado por desaparecer
engullido en la personalidad del presidente
del Gobierno.
Esta circunstancia es realmente lamentable. Es necesario destacar una vez más que el
socialismo en Cataluña representa una corriente de pensamiento de fuerte arraigo y
con importante proyección que deberá ser
capaz de poder protagonizar, desde sus propios hombres, una campaña electoral desti
nada a asegurar el futuro Gobierno de Cata
luña. Y para ello, la contemplación de los
problemas de nuestra sociedad, y la búsque
da de las soluciones más apropiadas, reque
rían que el candidato a la presidencia de la
Generalitat pudiera mantener sus posicio—
nes desde su propia autoridad y no delegar
esta misión en otros representantes del socialismo español. Ello todavía se hace más
evidente cuando dentro de las funciones
más relevantes de un presidente de la Generalitat se encuentra precisamente la de ne—
gociar con el presidente del Gobierno cen
tral como interlocutor válido para solventar
las cuestiones que necesariamente van a
plantearse entre ambas Administraciones.
Y el hecho insólito de que el presidente del
Gobierno central venga a reclamar el apoyo
para un determinado candidado a la presi
dencia de la Generalitat, como mínimo per
mite la suposición de que a preferencia entre los diversos candidatos se ha realizado en
base a una mayor sumisión o dependencia
de uno en relación con los demás.
Esta decisión del candidato Sr. Obiols lo
N
ha colocado en una difícil situación ante su
propio electorado y, en cierto modo, ante
todos los ciudadanos de Cataluña. No se
trata ahora de una lícita aspiración de un
candidato socialista a la presidencia del Gobierno central, de contar con el apoyo y los
votos de los socialistas en Cataluña, sino de
la insólita situación de que el presidente de
aquel Gobierno venga a recomendar a los
ciudadanos de Cataluña cuál debe ser el pre
sidente de la Generalitat, por entender que
en el que es el objeto de sus preferencias se
reúnen unos requisitos que pueden ser realmente muy distantes y alejados de los que el
ciudadano de Cataluña gustaría de ver en el
futuro presidente de la Generalitat.
En estas circunstancias no se alcanza a entender cómo todavía alguien pretende insis
tir en la necesidad de un debate entre el Sr.
Pujol, presidente de la Generalitat, y el Sr.
Obiols, candidato a dicha presidencia. En
todo caso, el debate debiera producirse entre aquellos que cuenten con la autonomía
de actuación suficiente para comprometerse frente a los ciudadanos, y en este sentido
es evidente que el Sr. Obiols, a partir del momento en que subsume su actuación política
en la figura del presidente del Gobierno, reconoce carecer de esta autonomía de actua
ción. Y nada más lamentable sería que el ac
tual presidente de la Generalitat retara a un
debate al presidente González para hablar
de las elecciones de Cataluña; quizás ésto
agradaría al Sr. Obiols, pero sería conducir
las instituciones del autogobierno catalán a
una línea de confusión y mixtificación que
no beneficiarían a nadie y en ningún caso a
Cataluña.
Pero esto no es obstáculo para que no se
dé, juntamente a la noticia del adiós del Sr.
Obiols, la bienvenida más cordial al Sr.
González. Lo cortés no quita lo valiente.
Cataluña ha sido siempre tierra de hospita
lidad y en esta virtud debemos insistir. Será
ello una buena oportunidad para que los
ciudadanos identifiquen al secretario gene-
ral del PSOE como el interlocutor que desdt
el Gobierno central debe tener la Adminis
tración de la Generalitat. Que identifiquen
en él al protagonista desde la Administra
ción central, de las largas negociaciones que
el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.
ha mantenido en torno a temas tan impor
tantes como las valoraciones, los traspasos,
el tercer canal, la reconversión industrial.
etc. Temas todos ellos, en los que han existi
do discrepancias y que se han saldado, a veces con acuerdos y en otros casos permanece
todavía el desacuerdo, por cuanto uno y
otro han tenido que defender posiciones
contradictorias que, si en algunos podrían
encontrarjustificación,
en otros sólo la peetenencia a la opción política que el presi
dente del Gobierno representa, puede amparar.
Bienvenido sea el Sr. González y bienve
nida sea su incorporación decidida a esta
campaña. Una campaña en la que hemos
querido hablar de futuro y de un futuro mejor para todos los ciudadanos de Cataluña,
para aquellos que se encuentran en paro,
como consecuencia de una política que el
presidente del Gobierno protagoniza; de
aquellos que se ven amenazados en la conti
nuidad e incremento de sus pensiones por
decisión del Gobierno socialista; de aquellos
otros que, afectados por un largo sinfín de
problemas, esperan que la Generalitat pue
da plantear con fuerza y reivindicar frente
al Gobierno central, la defensa de sus inte
reses y derechos.
Toda noticia tiene, muy a menudo, su
lado bueno y su lado negativo. En ésta, lo
negativo es esta desaparición, por absor
ción, del candidato socialista. La positiva es
que, al final, aun cuando sea con el pretexto
de una campaña electoral, el presidente del
Gobierno viene a Cataluña.
Adiós, señor Obiols; bienvenido, señor
González.
ROCA .JUNYENT
Alianza y heridasde Cataluña
UESTROpueblo tiene autonómicos de la izquierda de fato confunde la caricia halaga
un instinto certero, in- la República al tiempo que se dora con la auténtica amistad!
cluso desmesurado, para olfatear a sus adversarios.
nos oculta la agresión sin paliativos, secular, de los que, desde
Pero varias veces en nuestro los ministerios de la censura,
pasado nos hemos equivocado desde los medios de comunicade aliados. Demasiadas veces ción “populares” o desde la banhemosligadolacausadenuestra
ca que financió el franquismo,
libertad como pueblo a la de quisieron y consiguieron no
aliadosquenoibanparaadelan“recortar” sino aplastar nuestra
te, sino que estaban condenados autonomía!
por la historia y que nos arras¡Qué corta memoria la nuestraron en su caída.
tra al olvidar las veleidades que
Quizá desconfiamos en exce- apostaron por soluciones proviso de lo que nos parece prepo-
sionales! Como el Consejo Ge-
tencia y no es más que acento ex- neral promovido por mi viejo
traño al nuestro. Somos impru- conocido Federico Mayor, un
dentes al ignorar la arrogancia
proyecto seguramente loable en
que se oculta en los ropajes pro- su intención, pero afortunadavisionalmente
humildes
de
mente abortado antes de nacer.
quienes, durante siglos, conde- ¿Recuerdan ustedes quién lo vio
naron a nuestros pueblos a la su- con simpatía desde Cataluña?
misión, y que hoy nos hablan un ¿Recuerdan ustedes quién se relenguaje comprensivo,
mista o popular.
refor-
sistió a reunir la asamblea de
parlamentarios de la que, en de-
mente un empleo y un trato dig
no. El campo nacionalista radi
¡Con qué impunidad se han cal está plagado de Garcías,
podido erigir en intérpretes de Castellanos, Giles y Grandes.
nuestro pueblo los promotores
En los Estados Unidos pocos
de tan extraños aliados!
defensores hay en América tan
Es probable que tengamos entusiastas como los italoameri
concluir que nuestro ten- canos, que consiguieron allila
dón de Aquiles está
laselec
libertad que Sicilia les habíane
ción de los aliados. Cualquiera
gado.
puede escoger los peores a conLo mismo aquí.
dición de apostar fuerte contra
Ellos construirán para noso
los adversarios más aparentes.
tros la auténtica alianza con sus
Cataluña tiene que pasar de pueblos de origen, hoy dispues
lamerse sus heridas y dejar que tos a marchar hacia Europa y
la naturaleza obre el milagro re- hacia el futuro, con más deci
petido de la curación sin cata sión que nunca desde 1812.
plasmas. Cataluña debe
Recuerden que en el próximo
cer de una vez entre
heridas otoño se firmará, con toda prolas de miles de inmigrantes en babilidad, la adhesión de Espa
tierra ya propia. Lo dejaron ña al Mercado Común. ¡Qué
todo para conseguir un sueldo y bueno sería poder firmar en
una dignidad personal que sus Barcelona y en toda Cataluña
pueblos de origen no pudieron
apostando fuerte por los alíadarles.
dos que lo habrán hecho posi
Ellos serán nuestros defenso— ble!
-Qué corta memoria la nues- finitiva, saldría el Estatut y, en
tra!
buena parte, el título VIII de la res más vigorosos. Nadie como
¡Con qué facilidad se nos ha- Constitución?
ellos defenderá esta tierra si
cen
MIQUÉL
presentes
los ‘recortes”
para la humanidad, pero tam
bién podríamos imaginar que el
hombre alcanzara un nivel in
A.D.D.A.también ha instado
sospechado de agresividad, que
Presidente de la Asociación
al Ministerio de Agricultura
para la Defensa de los Derechos
la falta de trabajo para muchos
para que se defina al respecto.
del Animal (Á.D.D.A.)I
creara la división entre hombres
Desde el 27/ 10/78, fecha en que ¿Salud para todos en
de primera y hombres de segun—
el Patronato Central pasó a deda, que la persistente presión
el
año
2000?
pender del Ministerio de Agni—
demográfica e industrial sobre
Sr. Director:
cultura, A.D.D.A. ha insistido
la tierra dejara a ésta totalmente
reiteradamente en la necesidad
Las utopías son bellas, pero a yerma y degradada, que la amede articular y dar forma y conte— menudo irrealizables. Una de naza de una tercera guerra mun.
nido a una Organización que ellas es, a mi parecer, la que pro- dial nos hundiera en un fatalis
fue disuelta por el Real Decreto dama el “slogan” de la O.M.S., mo paralizante, que el miedo a
de esa misma fecha. El Ministe— «Salud para todos en el año superar definitivamente nues—
rio de Agricultura lleva ya cinco 2000”. Pero, ¿qué es la salud?; tra casi absoleta sociedad indus
años y medio estudiando el según definición de la propia trial, nos castrara la imaginatema.
O.M.S. «Salud es un estado de ción y nos convirtiéramos en
Nos parece ciertamente enco— completo bienestar físico, men— portadores
de ideas fosiliza
miable que nuestro Proyecto de tal y social, no únicamente au
das...
Ley de Defensa de los Animales sencia de enfermedades”.
Ante todo este espectro de
haya sido admitido a trámite reEl hombre es un ser totalmen
posibilidades, ¿tendría sentido
te
interrelacionado
con
el
ame glamentanio en el Parlament de
hablar de salud para todos en el
Cataluña. Los animales no en- biente que le rodea, y el concep
tienden de Leyes pero sufren las to de salud tiene que incluir esta año 2000?
JAUME ROY MENAL
consecuencias. No importa la interrelación para que adquiera
Médico
región en que se inicie ese proce— su total significado. Por tanto, la
so regulador, aunque como ca- salud así entendida es la ausen—
talanes nos sintamos particularDrogas y seguridad
cia de enfermedad en una rela
mente halagados de que sea ción armoniosa y equilibrada
Señor Director:
nuestro Parlament el primero con el ambiente físico y social
El señor Roca Junyent escri
en arbitrar unas medidas cierta- que rodea a cada una de las per
be en «La Vanguardia» del
mente progresistas. Lo auténti sonas o grupos humanos.
1 1/4/84, como si el aumento del
: camente importante es sentar Yo me pregunto si esta rda problema de la droga fuese conun precedente que sirva de base ción armoniosa será posible al- secuencia de que el mayor conpara otras regiones y permita li canzarla en el año 2000, o por el trol en otros paí3es hubiese tras—
;
berar de sufrimientos innecesa— contrario, seguiremos hablando ladado su mercado, cuando el
• nos a los animales.
sólo de ausencia de enfermedad.
problema
ha aumentado
en
?
Nos cumple afirmar nuestra
Porque podríamos imaginar todo el mundo e incluso recien
:• condición de entidad apolítica, que en el año 2000 el cáncer hu
temente hemos podido leer que
lo que no es óbice para recono
biera dejado de ser una plaga las Fuerzas Americanas han re—
1Con qué facilidad nuestro ol-
aquí
enc uen tran definitiva-
patriado a un 25 %de sus efecti
pos (anfetaminas y similares).
vos debido a las drogas.
La publicidad a veces puede serEste caos, no ha aparecido de vir de recordatorio e incitar al
la noche a la mañana y no sola- consumo.
mente afecta a nuevos iniciados
El conseller Laporte, en su li
a la droga, sino que los que hace bro “Les drogues”, denunció
años se iniciaron, hoy ya son un también el peligro de las anfeta
verdadero problema. Quien en minas y me extraña que después
alguna ocasión ha asistido a reu de cuatro años, no haya insisti
niones de padres de drogadictos do públicamente, limitándose al
habrá observado que lo que alcohol y al tabaco, que aun
hace años solamente eran la- siendo drogas, su producción y
mentaciones, ante el descubri—
distribución no dependen de
miento de que su hijo se droga
Sanidad.
ba, ahora ya son gritos de deEn cuanto a lo que él denomi
sesperación porque sus hijos
han pasado por la cárcel, El Pa- na ejemplar huelga de comertriarca, etc. y además ya se han cios, olvida que algunos de los
llevado todo lo que había de va- farmacéuticos que cerraron, en
otras épocas vendían anfetami
br en su casa...
A principios de los años 70 y nas y similares sin receta, conaún antes, casi la única droga virtiéndonos en drogadictos en
peligrosa que corría, por su bajo potencia. .. y quizás ahora en sus
precio y facilidades en conse asaltantes.
guírla, eran las anfetaminas y siENRIC LLORENS ALTURA
milares, que algunos médicos
recetaban sin ser indispensables
y que los mismos laboratorios Carteles sobre
facilitaban a los universitarios. las piedras venerables,
Esto se pudo leer durante la
Señor Director:
Dictadura, año tras año.
Ya se sabe que las actuaciones
Señor Roca, reconozca que de nuestros dirigentes de hoy no
quien verdaderamente ha he- se distinguen precisamente por
cho algo positivo contra la dro- su buen gusto. Es éste un conga en España, ha sido el ministro cepto decadente asociado a la
de Sanidad, señor Lluch, quien burguesía. Pero que, para anun
por primera vez en la historia y ciar una exposición sobre Maenfrentándose
con intereses cié, se peguen carteles gigantes,
económicos, ha cursado órdenes con su nombre y retrato, en los
para controlar fármacos peli— muros góticos de la casa del Ar
grosos, entre ellos los psicotro— cediano o en las murallas roma-
PASQUAL
MARAGALL
nas, ya me parece, con mis respetos a l’Avi, una impertinen
cia.
Como vecino y apasionado
admirador de nuestro Barrio
Gótico, me permito sugerir que
la solución al mal aspecto que
presenta no es taparle las vergüenzas con rostros ilustres, y
agradezco de antemano a los
responsables su decisión de qui
tar los panfletos aunque sea al
finalizar la exposición, día que
espero con impaciencia.
JOSE MART! CABA
Experimentos
con vidas humanas
Señor Director:
El 16—4-84,como colofón del
Telediario de las 3, sacaron una
noticia que calificaron de espe
ranzadora: había nacido una
niña cuyo embrión fue congelédo en nitrógeno líquido durante
dos meses.
Quería advertir la manipuléción de la noticia, y sin meterme
en razonamientos éticos, expli
car que este “éxito” ha sido el resultado de someter nada menos
que 230 embriones humanos’,
es decir, vidas humanas, a este
proceso de congelación, de los
cuales 40 fueron descongelados
y se han implantado 20, de ellos
solamente 4 han dado embarazo
y uno de éstos era la niña Zoe.
TERESA BLANCOSARTO
12 de 204
�
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Title
A name given to the resource
09.01. Activitat de representació (com a Alcalde)
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1982-1997
Description
An account of the resource
Aquesta sèrie agrupa els documents sorgits de la funció representativa de l'exercici del càrrec d'Alcalde de Barcelona.
Dublin Core
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Identifier
An unambiguous reference to the resource within a given context
1138
Title
A name given to the resource
Alianza y heridas de Cataluña
Type
The nature or genre of the resource
Article
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Textual
Source
A related resource from which the described resource is derived
La Vanguardia
Language
A language of the resource
Castellà
Subject
The topic of the resource
Catalunya
Nacionalisme
Acció política
Barcelona
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1984-04-27
EAD Archive
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Alcalde de Barcelona
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