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https://arxiupmaragall.catalunyaeuropa.net/files/original/8/645/Promos_19630930_n20_EticaPolitica_PM.pdf
f1825b4846da78e356524e9fda53cb6b
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En este número:
Barcelona
30 septiembre
octubre 1963
Número
20
«Si la economfa concertada ha de traducirse en una or·
questa de cámara en la que los tecnócratas privados
toquen los violines 't los tecnócratas de estados las flautas,
bajo la batuta de la economla de mercado, habrá grandes
posibilidades de ver sacrificados los intereses del pueblo»
(Maurice Byé)
Vea sumario en la página tres
�EDITORIAL
INSTITUTOS Y
OPORTU NI DADES
H. aee pocos meses aparecw en
la prensa dia-ria un artículo suma~
SUMARIO
mente curioso. Bajo el lenw ~~L(L
oportunidad de los catalanes" ve
pág.
nía a afirmar que el Plan de de~
sarrollo era algo así como la pie.
ara de toque del espíritu de irá~
ciativa de los industriales catala~
ne8; que éstos habían rnostrado de
un tiempo u esta parte lo que eT1lw
»
5
pIeando la expresión de Pla. po_
» 1O
dría definirse conw "'un vuelo es~
trictamente gallináceo"; que ahoR
ra tenían la oport,unidad de dar
» 13
el do de pecho, y que el annónico
prhtcipal de e5'ta nota tenía que
ser la creación de un Instituto
para el Desarrollo, que viniese a
suplir la falta de regionalizaciórL
del Plan. Instituto que vendría a
» 15
dar al traste con todos los tópicos
» 21
del individualismo catalán~ etc.
Concluía diciendo, poco más o
menos~ que si todo esto no se ha~
cío.. los catalanes no tendrían perdón de Dios~ pues oportunidades
así
no se presentan rnuchas veces
» 25
en la historia.
Tan extraordinaria nos pareció
esta declaración de principios que
» 33
lHwstro deseo inicial hubiese sido
"'condenarla" a la sección "Pan y
Períódi,cos'~. Pero la enjundia del
Lema es suficiente para ju-stificar
más espacio del que se le podría
» 35
conceder allí.
No es que este71ws en desacuerdo con la afirmación de que la
economía catalana necesita su Ins» 39
tituto de Desarrollo. A.l contrario,
cree/nos Cjue es una G;í;celenle idea
:Y CJue tal institución tiene Un· Í7npOl't;ante papel que jugar en el
>:;. 46
doble aspecto de e.5tueb;0 ele las
M
EDITORIAL
.
Economía catalana:
UN BARRIO DE INMIGRANTES, LAS ROQUETES
Informe C.E,D.E.C.
Comentarios
Economía española:
Noticias .
Economía internacional:
PLANIFICACION PARA EL
CAPITALISMO, pOr Isidre
Canals,
Noticias
InfOrme Promos:
CLASES SOCiALES EN EL
AFRICA NEGRA, por lsidre
Molas.
Pan y Periód leos:
Por Manuel Nada! .
Hombres e Ideas:
EL OBJETIVO
GAULLE .
DE
DE
GALBRAITH Y EL CAPITALiSMO
AMERICANO,
pOr Armand Sáez y Nards
Serra
J
Cdtica de libr'os
ETJCA y POLlTlCA,
Pascual ~1ar¡¡gall
por
realidades económicas del país) y
ele auna miento de esfuerzos dis
persos'. Lo que nos parece inaceptable del enfoque es que se con·
funda a "los catalanes" con una
determinada clase de catalanes:
la que puede tener iniciativas (y
empleamos el verbo poder en su
más genuino sentido social).
Esa lmnentable confusión ha
de tener consecuencias demasiado
claras para que escapen a un examen lúcido; si la institución preconizada ha de salir de la iniciativa privada, estamos seguros que
"hacerse con esta iniciativa" tiene
que ser objeto de lucha entre in~
tereses contrapuestos y que: de
esta lucha, ha de salir vencedor
alguien que no tiene por qué poseer credenciales s'uJicientes para
otorgarse la misión de "defende,.
las oportunidades de los catalanes". Es decir: no vem,os cómo la
burguesía indusl:rial autóctona, ()
alguna fracción de la misma, pl.Wda irrogarse la representadón dd
país, ya que es difícil demos/,rar
que sus intereses sean, por definición, los generales. Mas bien cree·
nws que esta confusión ha de w"
ner como consecuencia situar (/. UIl
grupo en posición de monopolio
y con el campo libre para presionar en apoyo de sus pre{:(m,,,úH1,I"~
corno tal grupo. Al constÚ¡úrs('
una sociedad no eS' necesarhJ ¡;re"
.5uponer la futura mala. je de los
cOlnponer¿tcs; sin ernbaT'go, se IY'
daclan estatutos y se intentn que
cada socio e8té equúa¡;¡:liaf)/.enU~
l'epresentadot al rnenos !Jara evi.
tal' eornplicacíones cuando c';van
rrw.l dculas,j, E'n el orden social
w
�46 -
CnÍTlcA DE LlImOS
TITULO:
zacwn el,el Estado ((. partir del in
dividuo y de moralización de los
individuos desde el Estado, y
cuando juzga, juzga con criterios
cambiantes, opone una escuela a
otra: 'Opone las virtudes de un
pensador qne tiene sus d-efectos
a los defectos de un pensador que
tiene sus virtudes. No hay critcH
rios segnros. Lo único que per~
manccc es el presupuesto: el homhre es constitutivamente ético y
constitutivamente político, es in~
dividuo y sociedad a un tiempo.
Elica y Política tiene de hueno
la situación, la manera de atacar
el problema "pm' les deux bouts
de la cha'llle".
N
ETICA y POLlTlCA
AUTOR: José Luis L Aranguren
EDITOlUAL, Guadarrama. Madrid.
COLECCION: Crítica y Ensayo.
PRECIO: 125 ptas.
FECHA DE APARICIO N : julio
1963.
319 páginas.
En Elica y Política'\ Arallguren
hace un tratamiento sistemático
de las relaciones entre dos cauces
dc la actividad del hombre. Hay
en el enfoque un presupuesto eXplícito: estos dos cauces o ¡onTIas
de actividad humana son real
mente dos y no lUl'O solo. La éti~
ca es, al menos en alguna medio
da, autónoma~ es decir, tiene sus
leyes propias y su lngar en el
homhre" y la polítiea también.
Con este postulado está puesta la
base para una crítica total y defi·
nitiva de las escuelas puramente
!'!'eticistas'? o puramente I,\histori~
cistas?? Ni la política es una pro·
longación s"Ocial de la ética, ni
ésta es eompletamente explicable
desde aquélla. Al contrario, dice
Arangul'cn, la una se manifiesta
en la otra y ambas siguen siendo
ellas misntas. Etica y política no
se puede,n separar de un trazo, no
son compflrtimentos estancos; pero
tampoco se las puede integrar del
todo, ninguna de las dos se diN
suelve lotahncn le en la o tra. Ello
da lugar a una tensión entre dDs
corrientes que en unHS ocasiones
andan juntas y en otras ocasio..
nes se ni{~gan mutuamente. ¿Existe entonces (aunque sólo sea como
posihilidad) una "Etica política"??
Dicho de otro modo, ¿ puede dc~
finirse lUHl "Política ética?!? En
sn largo examen del pensamiento
ético~po1ítico, Al'angnren ,expone
simplemente los intcnto,s ---,. si-cm~
pl'C prohlernátic.os
de moran,
N
Intentaré explicar por qué este
lihro que SilUfl. tan bien el prohlema, en toda su extensión (aun~
que quizás no en toda su pr-ofun~
di dad, eosa más hien lógica)? con·
duce a conclusiones artificiales, a
nü juicio contradictorias. No tra·
to de minimizar el problema. La
post·guerra europea ha sido -escenario de muchas aventuras intelectuales y pülíticas Telacionadas
con él; el conflicto entre ética y
política neva camino de marcar
a este período de la cultura occidental europea de tal modo, que
no será ahsolutamente gratuito
compararlo con los conflictos clásicos? ó'individuo·destino"; "hOl101'ohcdicncía\'. __ , ctc. Ahora~ <;<;indi~
vicluo y soeiedad", "historia y
conciencia ... ?\., "razón y "libertad";
"humanismo y ten'or~\ <;óótica y
poIÍlica'''.
son los títulos antité"
licos de tantas otras aventuras
del pensamiento y de un solo pro"
hlema i de un problelna no resuelto; profunda y ampliamente
compartido~ y que por tanto sería
ahsurdo pretG'-l1del' ver listo yen··
terrado en :las 300 páginas del libro de Aranguren. El autor mis-
mo no lo ignota, no debe igno:
rarlo, no puede partir de cero ¡:d
enfrentarse Gon una tarea que
muchos han e.mprondido antes
que él y en cündiciones no muy
dispares. Exc1uído el tratamiento
g-enial y exhaustiva, lo que puede
exigírselo es una buena "recen·
sión" de lo dicho sobre el tema,
o, simplemente, contribuciones positivas a su esclarecimiento. Dejemos la primera exigencia para
más adelante y veamoS ~ un poco
por encima, claro está .._- cómo
las cO'lltribucionüs quc en pl'inci·
pio podríamos tener por positi
vas: de hecho? en cllibl'o de ATan·
gurcn~ eontradietorias: por un
lado, el valor político de la apatía, la insistente denuncia del he~
cho de quc los hombres prefieren
la seguridad a la responsabilidad,
y? sobre todo, la creación de un
amplio compartimento (peyorativa) en el al'chivad'Ol' de las pos"
turas políticas: el neO~1'onulnticis"
mo. Por otro hdo: el valor po1ílieo de la tensión, base de la
auténtiea clemocracia; la proyección constante de las categorías
éticas del individu'O sobre la 60ciedad en un intento continuado
de moralizarla y el valor político
de la ingenuidad. Uno sc ve con·
ducido a conclusiones tan chocan·
tes como éstas: que la ingcnui.
dad es necesaria pero ahs'Oluta·
mente condenable ..~. en su expresión neo . ro:mántica---'. Que la tensión es intríns(;ca a la democracia (dem.ocrada quc no es nn hech.o sino un hacerse} eomo dice
Sartre cüutra .~--- pongamos por
easo ~ 1\tlontcsquieu)} pero que
sin apatía la democraeia no aca·
ha de euajar (porqne ]a denlOcracía., contra lo qnc dice Sartre y
como ya dice Lucaeks~ no .::;s un
hacerse sino qu,c csel1 alguna fol'N
«
es!"
Agradecemos la colnbol'flCÍóll
(llo' p"SC\If1.] ilJaragal1.
ce~¡ón
con
�PnOMOS --47
ma un lwc!w t una instilllción),
Que la mor<diz<\(~ió!l fk ahaju
arriha es eonslatl{{~ y adclllú'" in"
dispensahle; pen¡ quc la cesión de
l'(~sponi;abilidade:-: ¡lel eilldadano
al Estado e,., cada día más acentuada.
C;OIl lodo i~st() podría redactar
se Ulla :"memoria de las contra"
dicciones que afligen a los dudadanos;' y sin ninguna duda el c'O~
no cimiento científico de la sociedad hahría dado un paso adelante. Pero en el lihro de Aranglu:en
estas con tradiccioncs no aparecen
más que veladamente como tales,
En algunos casos? cada una de las
proposíciolles antitéticas es ver
dad (o aparece como verdad) independientClnente de que la con~
traria exÍi:;ta; pero nunca hay colisióh, y por tanto ni hay respuesta a la evidente prohlematicidad
de lo¡.; hechos ni esta prohlcl11aticidad está desarrollada con todas
sus eotlse<;,uencias (O), Todo con~
flieto l[lwda ahogado en la armo~
nía del 1(~J1guaje; en el misterioso
optimif:'IllO del autor.
¿DÚlld<' reside el fundamento de
esa armonía ~ No sería justo paM
sal' por al lo <pie el misterioso OpM
timismo q"l' de <dIa resulta (o que
ella exprt"iOll 1iene, en principio
al meno_"', llll:l l'<tíz bien explicíta
a lo lar~(J dI' ¡','/ha )' Política: la
confianza 1'1l la I<'~enica. La técniM
ca es i\('IIl,dllH'Il\{: el lugar de
Gonfluclll:ia di' la ólíca y la política. La ¡;,Iic'a, ¡Iiee Aranguren~ Be
tecnifica; ([t'l Illi¡.;mo modo qUD .'la
política ~j' tecnifica. Por ejcmplo¡
no tic-l1l' "wnl ido ha)' decir: '~to
dos 10:-'- IlOlllbr·es son iguales"? y
sí lo !i{~llt\ en cambio, defender
la igualdad (1.e oportunidades a
través de fondos públicos de compensación. De forma parecida, decir: ~:cada ciudadano: un voto';
tendría menos sentido que a.fir~
mar el valor democrático de los
grupos inl-cnnediarios de opinión
al estilo francés (Club Jean Mol/.lin , .,.). Con ello no quiere decir
Aranguren que la técnica soa
buena por definición. De ningún
modo: la técnica, o ¿I jH''Üceso de
tecniflcación de las I'c-!<tcion,ct", ROciales -- para s{'.r IllÚ", c:.,;ll'i(:tas
es incluso un peligro_ COll{:l'd:lmente? hay ciel'ta proporcionalidad entre los peligros de- la téc"
ni ea y los ele b '"me! afísic<l pol-ítica?~; a snher, la técnica ü~ n _b
sociedad üp-r¡}'cnLa corno la "n1C"
taHsica" es a la s(wicdad c.onnl"
Dista: en los dos CélSOf' un Veli·,
v
groso
insll'¡IIlH'nlil dt: ""puhlica(1) de la per:';ün<l, Pero así
como la '¡·'lllc-tafísica eseatolói'.;iea ' :
del mundo socialista no se '~deja
llloraliz:u' l2), la técnica no es absolutamente impermeahle a la ética, como lo demuestra el hecho
de que ésta se tecnifique. Sobre
ción
j
'
esta hase de confi.anza puede cons~
truirse, esta vez sí, la síntesis es
perada, la (PH~ corona el lihro:
el Estado de Justicia Social.
Los reparos qne merece esta
eonstrucción ideal (id cal en cJ da·
w
ei6n hacia el tipo de sociedad que
~~{~a. No es realista extraer un ""EsM
lado de J uSLieia Social" de tma
confrontación puramente conceptual entre la Soc.i.edacl del Bienestar (3) y el mundo socialista, pI.
vid ando absolutam,ente que esta
confrontación" lejos de ser ideal,
se está llevando a c:a1Jü realmente,
y que; sea el qtH> sea , tendrá un
resultado. No es haso suf-ieient-e de
análisis la existencia de. un pro~
ceso cierto -".~- la teenificación pro~
gres iv a ._..._; pero qnc? con-¡,o ,d mismo Arangurcn pone de manifiesto: tiene mucho de C011fuso? de
imprevisihle e ine1uso de nocivo.
v
Un libro imponante
hle sentido d-e hUC'I1ísilllLl
':~ ilTC,'l"])
quedan hastante- de manifiesto ·en
esta ohservación -- menos com~
plicada de 10 quc parece
d<'
nn pensador francés: la id-cología
de la tecnocracia suprime h historia ,en lo que tiene de úwrcia que
se opone a la ~:mundialización;;
de la técnica. La historia 11wlcstn
a los constructores de tipos idea~
les; pero, prccisam-ontc, fuera de
la historia 110 ocurre nada, El
primer reparo al Estado de Jus~
ticia Social de ta1 manera deD·,
nida, es éste: 2, Guánd'O vendrú?
¿ Quié.n 10 hará '? ¿, Cómo? Definir
un objetivo sin ,explicar d camino que lleva a él '2S un def.ecto
propio ele la ética arrogante qu·e
Al'angul'en critica e'11 sus presuIHH'slos. Es cicrlo q He uno puede
ha('(~l'.s(: 111la idea (Je 10 que sería
lIlla sociedad capitalisla progresi·'
Va, IllÚS o lHcnos ;;"planeada':' taI
(~omo al!~\lnos lcórjcns social~demó"
f:ralas ],;. han descrito. Pero no es
esto lo qnc se pide, ::¡jno, senci~
llamcntc, un planteamiento rea"
lista ele las condiciones en qne 130
desanolJa actua.hnente la evo]u-
El libro de Arangur-cn, lejos d-c
haher resueho -el problema (cosa
que no tiene por qué cxigír~ele;
pero que la arquitee1ura del li~
hro promelc ·en cierto modo); da
la ¡,ensación de haherlo "cxpe~
di-entado", sohr-c la hase de e-anocimientos incompletos; o~ si comp1etos, no agotados. La nnidad de
la obra es más suhjetiva que ob~
jetiva. En efecto? tras las '''contrihueiones p-ositivas" y los análisis
parciales aportados aparece la op~
ción del autor, ESll opción., rcfl.e~
jada en la manera de tratar el
tema; de exponer doctrinas y en
el cont.enido mismo de capítulos
como "'El caso de España"'; es lo
qne en realidad confiere a la ohra
Iln hilo conductor. Consiste (~st.e
"pudor neopositivista ' \ (o ""jntc~
lectualísmo model'ad</', como el
propio Arangnrell le ha llamado
en otra ocasión) 1 en un desapasio~
namiento sistemático, en un cs~
cc.plícismo metódico que no deja
en pie más que. ]0 técnicamente
válido en el terreno de las nol'(0\ Ji:l Jll(~I,od1' (¡\1(~ el ,l\lUW nllUIl(.'in ('n
111(,,, ¡J,.. \111(1 ol',\:;i(JIl (pp, ;JO ~' 7G) Y qn~
,.'olllnIp0!l(' ni r;ly.oIlHlllienlo lineal y t'lell\1<'1il·o, n{:,lba skntl0, Bi no lle(ltlC't1\'o, sf
1111('nl. CO!lll'Jl[n¡¡(1o es", tenllenci<l, paten·
te ('JI ¡,)'l'lC.-\ y POLl'J'lC:\, a elllllil' el
('lJJ'I'l'lltUlllit'llto
I'l~:11
(JI'
lo;;
lérlllillos eo))-
trndictodOf;, 1\\\ flmigo alil'lllnha (lne 'Ira11¡,:¡¡rcn pareda ('oIlSlTUil' I11lH t':;1)('('I(' (11'
dhtj(j('(it.'" lilH'al (r.s (l('eil', nlgo nh,stl1'(\Il),
l'l! 1n (]llü lHjll('11os t(j\'minos k,108 ,le ('scn·
lun<1l'Sl' sobre In::; sfnte"h; proll11ddns por
8\1 !.'II!'r('l!lnmicnto, cstnhnn llhl)tw8l-o~; nno
[1',1,8 0(1'0, fOl"lnnnll0 nllll c,Hl('ll!1 sin Jin qne
lIn C'o)\lluce, Uparelltelllellle, ,1 ningún l[¡do,
(jUI_'
!JI)
(t])lfll/.U' n
11u(1a,
Al'anp;\lrcn \lI"i}¡¡,,\ el término ';1)\1tal ('ú1l10 ]0 ntili¡,(, Ortl'g<J., significando lo 0])\\1':>(0 n "inti1lliJ,;1,('i(in", fl
;·10 p!'iYfl(lo" (1(' 1.'J. ])('~'80ll.'I.
I::n
Sn¡)IH's!:o lJo,\" 11is(:nUblc. (Vénse a
('"te reH]H!do: Cnrlo~; "I>;TILIDA, "E/mM-·
~tiBI¡I(J .l/ I(ls ('.~(;(jI()I')fJí((s". Buellos Aires,
lD·jl, pp. 22S-:~:_:.). Cital10 por O:;CiH Lflll·
gol' l~n ;;1\ "];'Cf)¡¡r)lldu J'o){iiqllc", p. DD.)
1:;;
Ai'n11.'(U1'l'l1 ntili%n illllisllnt;,mente
Ins 1':qll"e~;inll(';; "fjol'i('{1[Hl (1(>1 bicllCsl(u·',
"8oci(la(1 OPU1('11 b" ~. "1')stnlio pl"ovltlencin", (:\l<J.li(10 l'll l"1'nJi(lnd no f$on (\('.1 t ü ll0
(1)
bii(',H:i(¡n"
U¡)f\'OC,l ;;
�4B ..... CníTICA DE I,muos
mas y lo positivamente detectasubjetiva l romántica, que no tic·
ne en cuenta la ner".csidad dc ·ins~
hle en el del conocimiento. Se ha
titncionalización de la dernocra~
hecho muchas veces Ja crítica de
este :'a priori" que no se distincia, el coeficiente (le apatía 11'8"
gue de los demás sino en el deeesario para que bs cosas flln ..
cionon. La simplificadón es a totalle de que .pretende "saberse a
das luces exc-esiv3 1 se convierte
sí mismo l ' , anunciarse como convención antes de enfrentarse con
en muestra de una especie de (lagla realidad. Se ha dicho de mil
matismo del sentido común, para
maneras y desde otras tantas posl\mdar:nentar el cual, una vez lnás,
turas distintas que en este pudor el autor recurre a ]a vieja critica
ohjetivisul, en la modcración rade un autor criticado: la que hace
dical de su lenguaje, va escondiHegel del bandido romántico.
do un intento más de Sl.lperar las
Está h10Úl de toda duda que
dificultades de ]a realidad, de las Aranguren no defiende en El:ica
que es más o lucnos conseiente;
y Política los intereses dcJ "siste"
de superarlas pero eludiéndolas.
mOl ·establecido" -- para utilizar
Se ha dicho esto tantas veces, que la terminología inglc::;a ....-. Por si
fuera poco~ su trayectoria al llHU·w
uno no espera encontrarse con
frases como :' ... on este sentido
gen de esta obra es claramente
preciso, el totalitarismo comunis- opuesta a una defensa de este
ta es menos malo que el fascista '\
tipo. Al'anguren se ha movido
o aún, "puede considerarse como
siempre en una línea de apertura
un mal menor el fascismo italia"
a los prohlemas YI sohr·e todo ti
no que el comunismo ruso. "
los problemas de las nuevas ge··
¿ Qué decir de ellas sino otra neraciones. Su actitud cl'ítica 1;0"
vez 10 mismo? ¿ Cómo no recorsitiva y va1iellte~ ha sido un .~jem
da!" un montón de críticas ya he·
plo prácticamente único para la
chas~ al alcance de todo el munjuventud universitaria y para.uni~
do? ·:Hoy es difícil persuadir a versitaria, y ]e ha conv·crtidol d·c
una mayoría de gente para que
hecho, en eso que escasea tanto
adopte ciertas ideas sólo por el y que él mismo considera defini"
hecho de que proceden de la
tivamente desaparecido: en maesun toridad o sean consecuencia ele
tro. No pod·emos ignorar que una
una tradición; es mucho más senfidelidad tan grande a la época
cillo persuadir a las gen tos de
-- y a su misión -" sólo se consi"
que en el fondo no .existe difegue al pl'.ecio de sacrificar toda
rencia alguna entre los puntos de
herencil\ y todR intimidnd intelecvista contrapuestos, de que~ en e1
tuaL Ara'l1guren h,l interiorizaclo
fondo~ no existen conHictos ni de
así sus conviceiones. Pero paraleideas ni ciD intereses que lnerez"
lamente se ha cohrado ,el sacrifican qrte nadie se caliente los· caseio denunciando toda convicción
cos por ellos. Es más sencillo im" y toda ideología. En E'tica :Y Polí"
buir a la gente que nada se gana
tica concretamente? exige y pre"
con excitarse ante los prohlemas~', dica una moderación que sólo pucdice el sociólogo y columnista inde -tener una base p-ersonal~ y la
glés Ifel1ry F'airlie, en un ensayo
extiende al easo de España como
sobre el "'sistema estahlecido'~ (4),
resultaclD de un anúlisis Tápido e
Para Aranguren todo lo que se
incompleto que le conferiría base
sale del ámbito de sus hipótesis
histórico~soeial. Nadie puede essociológicas l sólo puede s·er man"
tar personalmente en desacuerdo
tenido o con hase lnetafísiea o
con su exigencia de objetividad y
mediante un volnntarisl11o que él
desapasionamiento. Lo que sí es
llama neo-romántico. La división
dudoso es qlle esa exigencia sea
suftcicnte para negar lodn ideo.es más ceñida todavía: 'O hegelia"
nisrrl'o o romanticismo. El ml1l'''
logía y para Sllcar conc1usion~~s
xismo es metafísico pnesto que sobre el paSHdo¡ el pr·csentc y el
hegeHano, e inútil puesto que
fuluro de España. En virtud <18
rnctaH"ico. P.ero es todavía ~'Ine·· la moderación que se predica? e]
nos mAlo" que las posturas pufuturo de España es Europa y 'todos los que nieguen esle hecho
ramente r·evolucionarias porque
eviclentB no son nuís qne mn~n
con 1:0(1'0 tiene una lógica; mien··
ql.listas neo .. rolnánticDs que qru; ..
tras que Itousseau, Sartre, el eH::; ..
n:ían ver .la Penfnsu1a peor ele 10
trismo y el "masoquismo naeiona}" (al qlle hace alusión c_u '·El
que está para ensayar sobre ·ella
sus fónrnll'ls de saIvación. .l. A
caso dc España 71 ) no la tienen:
se baS/lH todos en una ,proyección
dónde conducc e.l pa7'tí pris de
j
j
la moderación? Al polo opuesto~
a una intolerancia en nomhre del
sentido común, qUt:~ desplaza abH
so]utamente los problcmas dc su
contexto real
y que sólo tiene
un paralelo en la demagogia radical que quiere eombatir. Una
cosa es criticar el catastrofismo
nacional; y otra muy distint.a 6Br
vírse de él l antes de que exista,
como referencia para fijar la ne~
cesidad reactiva de adaptarse a
un fenómeno, la europeización~
d-el que lo menos que puede de~
cirse es que n ü está nada claro.
No está mal que un lihro de Eti·
ca predique la moderación, con
la condición de que ésta (pura
fornu\1 constitutivamente vacía de
contenido político), esté definida
de tal modo que no pueda ser
utilizada por contenidüs t{)tal~
mente :~ajenos a la voluntad de
la empresa". El pudor neopositivista l como la ohceeación de los
dcmagogos~ parece rechazar la
responsabilidad sobre estos deta~
Hes (que en realidad 8'on sus propias implicaciones) y se aleja así
de contribuir positivamente a la
solución de los prohlemas plan~
teados.
H
Este comentario a Etica y Políl:ica está escrito, ('asi exclusiva"
mente l para quienes hayan leído
el lihro de Al'anguren. El defecl.o
es patente pero no casual. Habcr
leído E'ticu y Política es un pre"
supuesto que irnaginamos en t-odo
aquel que esté mínimamente inte
resado por los temas que el tí"
tulo sugiere. Y prüeísmnent.e una
de las adquisicioncs de la modCl'na politicología es "la constatación
de que todo el mundo -está :inte~
resado activa 'o pasivamente en la
política. Si algún calificativo merece indiscutiblemente Et.íca y
Política es el de libro interesante,
de lectura amahle y seductora.
Tratándose del primer tratado se~
río sübrc el tema en el pohre
campo de la hibliografía españo"
la de los últimos veinte aíi-os, esta
eualidacl es muy de agradecer. Por
primera vez un libro que ayuda
al lector a ahrirse a los pl"ohlc"
rnas políticos, sociológicos y éticos en. lo que lienen de eomún.
H
(4)
"l1l sisl·('1IIn estal¡{ecido". Hngll
,\' 0(1'0:" unto res. J'1tliejollcs Ariel.
Bnl'celo1ia, iDO:!. m mismo H. Fnil'lie, 1'12iirién(1oBl' n1 jJillW! de la Bne en ht sadetla(] IJl'Húnkil.. aíia(lc llO('O <1esp\lé~: " .. ,es
Cnl)Hlhle (k l'l'a!i"flt· rHa a din ulln enCll
h1l'1'tn. rll'fl'll:;,'\ de lo" inl.('i·eses del sistema
l'8tabll'eídü. deslizando n travé:, ¡'le las (1211
apal'ieJl{'ia) inocuas pnl"lJl'n~, elel moden¡··
dar, jlong,U))Ot; POi' caso, toda una actitud
¡1111e la vit1ü. ete.".
TllfJl1li\;;
�
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Title
A name given to the resource
02. Activitat professional
Type
The nature or genre of the resource
Sèrie
Description
An account of the resource
Documentació emanada de l'exercici professional de Pasqual Maragall.
- Gabinet Tècnic de Programació de l'Ajuntament de Barcelona (febrer 1965-1968, funcionari 1968-1979) : com a economista.
- Servei d'estudis del Banc Urquijo (1965-1968).
- Aula Barcelona (setembre 1997 - març 1999): funda i presideix Aula Barcelona com a centre de gestió del coneixement per a l'administració de les ciutats. És un espai comú de reflexió entre universitat, empresa i administració en relació amb la ciutat i el seu passat, present i futur.
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Identifier
An unambiguous reference to the resource within a given context
1611
Title
A name given to the resource
Crítica de libros: Ética y política de José Luis L. Aranguren
Description
An account of the resource
n. 20, p. 46-48
Source
A related resource from which the described resource is derived
Promos
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Textual
Subject
The topic of the resource
Política
Ètica
Language
A language of the resource
Castellà
Type
The nature or genre of the resource
Article
Abstract
A summary of the resource.
Publicat al número 20 de la revista Promos.
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1963-09-30
EAD Archive
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Level
The hierarchical level of the materials being described by the element (may be other level too).
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Articles
-
https://arxiupmaragall.catalunyaeuropa.net/files/original/8/648/Promos_19640515_n26_Desarrollismo_PM.pdf
e7180599204187977b513675fadf48c5
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lEn este número:
EL PL N DE DES
RR
LL
Barcelona
mayo 1964
Número
16
Lo primero que puede criticarse del Plan, es lo modesto
de sus metas. El crecimiento al 6 % acumulativo anual no
es una aspiración demasiado importante, especialmente
si se tiene en cuenta que en 1962 y 1963 la economía
española se ha desarrollado a un ritmo muy superior sin
necesidad de la planificación indicativa. (Ramón Tamames)
Vea sumario en la página tres
~
�EDITORIAL
EL PLAN DE DESARROLLO
PROMOS ha qnerido dedicar
un número completo al Plan de
Desarrollo: este intento de racio~
nalizaciá7t del crecimiento econó·
mico tiene importancia fundamen
tal, pues significa, la culminación
de una etapa concreta en la histo
rh¿ económica esparíola; significa
aceptar un reto a nivel europeo;
S'ignífica. conectar la economía del
pág. 3
país a una dinámica que actúa
automáticmnente.
Frente a este fenómeno cabe un
»
S exam.en desde dos ópticas diferen~
tes; o bien contemplar las ir1~pli~
caciones profunda}; del desarrollo,
sus condiciones estructurales, SIl
influencia S'Obre la propia estruc~
'tura económl~co~social, en fin, sus
» 17
posibles consecuencias en orden a
modelar un tipo concreto de socie~
dud; o bien estudiur sus objetivos
» 18
concreto)S en el orden económico
y los medios don que cuenta para
realizarlos, éxaminando si entre
medios disponibles y fines perse~
» 22
guidos existe la armonía indispen~
sable panl asegurar el cumpUmien~
to de los últimos. En otralS palabras, podríamos ji jar nuestra aten~
ci-ón en una crftica de los fines del
» 24
Plan canto, a su vez, medios de
formular un proyecto social; o
bien desinteresarnos de otra pro~
» 29
blemática que no sea aquella que
ataiie directmnente a la~ metas
explícitas del PZnn y realizar, Mí,
u,nn crítica de los instrzanent-os
)) 32
que han de asegurar su cumpli~
miento.
Optar por una 11- otra alternati~
)) 39
va es en cierto niodo necf'.-sario,
pues la limitación de espacio que
impone un nlÍlnero de la revi-sta no
permite un tratamiento completo
» 40
del problema. Pero es i.1nportante
darse cuenta ele que optar por un
análisis del Plan aceptando o igM
)) 42 n:orando !Su. contexto S'Ocio~econó~
mico es escamotear el fondo de la
» 47
cuestión. La actividad económica
es fundamentalmente Un(l activiM
28-32-44
dad social, es incluso la actividad
social "estadísticarnente" más im
portante; las rel-aci.ones de traba';o,
manifestaci.ón más pura de las
rdadones económicas, son la.s
que, sociológicamente, ocupan de
forma más intenS{(, al hombre.
Planificar las relaciones económiu
n
SUMARIO
w
EDITORIAL
El Plan en la Prensa
española.
Colaboraciones~
NEOCAPITALlSMO y DESARROLLO ECO N O MICO,
por José Aumente.
EL
DESARROLLlSMO,
Pascual Maragall
por
LA AGRICULTURA EN EL
PLAN DE DESARROLLO
(Camillieri) .
LA REFORMA AGRARIA
(Costa) (Fernández de
Castro) .
PAPEL DE LOS POLOS, por
Antoni Jutglar .
LEY DE ASOCIACIONES Y
UNIONES DE EMPRESA,
por A. Serra Ramoneda.
REFORMA BANCARIA (Naharro) .
EL PLAN, SIN PLAN DE FINANCIACION, por Jacinto
Ro,
CONSIDERACIONES
EL PLAN.
Bibliografía
Nuestras columnas
SOBRE
M
cas tornando C0111.O objetivo primario el de:sarl'ollo económico es,
en ciert.o sentido, plani-fi,car al
hombre en su aspecto social, es
dar una· dinámica concreta a las
estruct.uras en las que se realiza,
es\ por tanto, cerrarle unas perspectivas y abrirle otras. La Plani~
!icacióTi es, aisí, lLn camino de humanización social.
Poco imp'orta discutir aquí si el
desarrollo económico, entendido
bien como crecimient.o de las mago
nitudes económicas fundamentales
(desarrollo cuantitativo: creciu
mi.e~lto) ;0 como adecuación de las
estrúcturas socioeconómicas para
la más racional explotación de lolS
recursos en el seno de un proyecto
s o e i a l determinado (desarrollo
cualitativ'o), es una "cosa buena
per se"; en dücutir este punto se
ha gastado gran cantidad de tinta
quizá 8'in tener bien presente un
hecho importante: el de que, salvo
alguna¡s excepciones, la mayor par~
te de la hnmanz'dad, considerada
incluso individualmente, d(-'.-sea rne~
jorar su nivel de vida, desea mejorar las relaciones derivadas de su
actividad económica, desea adqui,..
rir nn tie11qJO libre, etc. Ju.st.ifi~
cantes ideológicos de e8'tos deseOi$
los hay para, todos los gustos: des
de el Génesis hasta Chardin, des M
de V iriato a Castro, de~de ]eno
fonte a Marx. Pero no son esl-o)S
justificantes los que dircctmnente
interesan, sino In palpable y real
observación sociológica.
Una vez se acepta el desarrollo
como ll1W exigencia básica de la
sociedad de hoy, una vez se acepM
ta que la planificación y el de¡sa
rrollo es "una planificación s'O~
cü¡.[", es importantí,sinw descubrir
cómo han funci.onado los mecanis
mas de ela.boración del Plan, (l.
qué intereses responden, qué fuer··
zas han chocado y cuál ha sido la
resull-a-nte de ese choque; en una
palabra: (t qué tipo de sociedad
¡se tiende.
CreemoS' que la lectura de este
número de PROM.OS puede pro.
porcionar una 'Orientación concr(;u
ta a este respecto: el Plan es una
consecuencia evidente de la entl'a
da en una fase de racionalización
en las !1.-wrz'as domhwntes del país.
u
M
u
M
u
�18 ~--~ DESAHIWLLlSII10
del capitalismo, con sus lacras y
sns cons-ccllcncias. El actual neo·
capítaUsmo, más consciente, más
lúcido y nwjor adaptado a nues v
tra época~ es una nueva fórmula
del mismo proceso, cuyas consecucne-las más 'o menos deplorahles,
mIS mistiflcaciones y contradiceio w
nes no tardaremos en ver perfilar~
se en el horizonte.
Ante estas aseveraciones se ill1~
pone un segundo interrogante de
gran ünportaneia. ¿ acaso {~S po;ibb sin una rcvo'hl¿:ión profunda
elc las estructuras· e{'onómico~socia.
lcs~ de las relaciones de produc.
ción vigentcs, llo"ar a hu·en ténnino un plan <l·e clesarrollo económi.
co? Para un país poco desarrolla~
do, ¿-es posihle sa11r de su atraso
bajo un sistema liheral capitalis·
ta? El tema se lci ha plantea(lo
G, Ardant ("110111hres sin trabajo'?, Ediciones Nova Terra) y sOSv
tiene qne una de las más absur w
das ilusiones que pl1ed.cn conce~
birse cs suponer que estos países
pucden desarrollarse. con los mis v
mas procedimientos capitalistas
-elc liheralismo cconómieo·,,·- que
utilizaron con éxito desde el si·
glo XVIII los países oecidental{~s.
Las razones qnc "e oponen a que
esta posihilidad de desarrollo ten·
ga lugar por semejante vía~ son las
sigui.entes:
a) En primer lugar, razones de
índole histórica, Las circunGtancias
no son evidentemenle las mismas
que experimentaron los países ca
pitalistas qúe hoy pueden conside·
rarse avanzados, Acluahnente en·
contramos en toda nación atrasa~
da l unas relaciones de producción
que corresponden a un capitalis~
nw que se ha desarrollado alIado,
aunque adaptánd-ose, a las viejas
estructuras de la sociedad feudal
precapitalista. Al no haber tenido
lugar en ellos la revolución delllO·
crático~burguesa que rompiera las
trabas para su desarrollo indus·
trial, viejas formas caducas hall
seguido parasitando y obstaeuliw
zando el p1cno desan-ollo cconó~
mico, Pero si una revolución hur"
gnesa qnc rompiese amarras feu v
dales no fue posihlc en su tiempo,
con mayor motivo será difícil aho~
1'a, La burguesía, por temor, prefierc pactar con las· oligarquías dov
minan tes, antes que lanzarse a una
transformación que no sabe donde
se podrá detener.
b) Por otra parte, razones de
ritmo histórico: los países occi~
dentales han necesitado mucho
M
más de un siglo para alcanzar su
uesarrollo industrial. H-oy es inad~
ll1isible semcjante plazo --los pnc~
bIas no aguantan tan larga espe~
1'a - - cuando las mismas o mejores
m·ctas se le ofrecen por otros más
eficientes procedimientos,
e) En tercer lugar~ hay que r-e«
conocer que aquellos países capi~
tulistas más desarrollados cOllsi
guieron el ahono necesario a su
~lcspcgue industrial. mediante la
explotación masiva l en grados ini~
euos, dc la sufrida pohlación t1'a·
hajadora, 'rodas coll-oc-emos las
condiciones a qu·e sc vicron ,iol11eticIos los trabajadores durante la
prim.cra fase dc este (bspcgue en
Inglaterra y Francia. Los informcs
oficiales de Ashlcy- en Inglaterra
y Villarmé en Francia _..- puhlica·
dos amhos en 1842 - s-on lo sufi~
cicntemente elocuentes en este
sentido, O sea, la solución en l'é·
gimen de producción capitalista
consiste -en matener la desigllalda(~
de rentas; el mínimo nivel de salarios; para esperar a qne los favorecidos cl1lpresarios~ del ·exceso de
ganancias qne consigan, reserven
lo suficiente a la inversión. HaYl
pu·cs l graves lll-otiVOS dc fraternidad bU1l1al1a~ que haocll inacepta·
ble este procedimiento, Aparte de
que hoy tamhién, difícilmente) si
no imposihle, sería ello tolerado
por un proletariado que tiene ya
una conciencia lo sufici-entemente
desanollada de su fuerza,
d) En otro aspect'O, tampoco
puedcn hoy contar los actuales paí
scs suhdcsarollados con esa otra
aún inicua explotación de zonas
coloniales, Como es sahido, 1'Os
países capitalistas hoy snperdesarrollados contaron con la posihi.
lidad de expoliar dc materias primas y mano de obra haratísima,
casi esclava, a muy extensas regiones.
e) Pero adcmás - y por si
fuera poco - existen en la pro~
pia estructura del sistema capita~
v
M
lista unas contradicciones de bas·c
quc le restan eficacia. Y es qne,
como dice Baran~ "cuando se ele·
va el fallo del mercado al papel
de único criterio de eficacia)' ra·
cionalidad, la economía niega toda
"respetahilidad'; a la distinción
entre conSUlno ·esencial y no csen
eial\ cntrc trabajo productivo e im·
produetivo, -cntre cxccdente real y
potenciaP'T~La Economía Política
del crecimiento'\ pág. 42). Enton·
Ges~ no ocupa ni por aSOl1.lO el pri~
mer Jugar el critcrio de lo que ra"
cionalmente má-S' conviene a la sociedad para su dcsarroII;, Enton·
ces -~ seguimos aBaran - "se justifica el conSU1110 no esencial argu·
yendo qlH~ proporciona inecntivos
indispensahles, se glorifica -el tra·
bajo improductivo alegando que
contribuye indirectamente a la
producción, se defienden las deprcsioi.les y el desempleo eonsidc~
rál1clolos como el eosto del progreso y ~e disculpa el despilfarro eOllsiderándolo como un l'equisito pre"jo de la lihertad",
Muy malos fundamentos son
éstos, pues l para un dC6CIlVOlvi
miento soeioceonómico que aspira
a la eficacia, y que quiere guiarse
por la razón objetiva de un creci·
miento rápido de la comunidad,
Queda por ver si el neo capitalisTIlo vigente en el mundo - capitalismo monopolista ligado a los
intereses del gran capital internacional- es hoy capaz de .realizar
lo que en otros tiempos y en otras
circunstancias hizo el capitalismo
competitivo liheral. Un plan de
desarrollo económico dc carácter
íruli.cativo, que institucionalmente
deje todo intacto, que no dañe los
intereses de los grupos tradicional~
mente dOlllinantes l antes al con·
trario, que esté propugnado por es·
tos grupos, y financiado por el
capitalismo intcrnacional l tienc un
origcn harto dudoso, para pensar
que pueda servir a los intereses
generales del pueblo.
v
M
El DESARROlUSMO
por Pascual Maragall
"Quienes creen o fingen creer
que el desarrollo económico es Ulla
operación clasista oricntada aman·
tencr las p·osiciones de los prepo~
ten tes, incunen en craso error. El
desarrollo por el contrario -es una
acción comunitaria? cuya última
finalidad consiste en la elevación
del pueblo español en su totalidad,
y quc~ por postulados de justicia
�Pnoll1os --19
social y también de 'Ordenación
cconómica\ tiene que mcjorar, en
primer término, a los núcleos na·
cionales de mayor dehilidad en
sus ingresos y perce-pcÍoncs. Es de~
cir, al mundo del trahajo."
He aquí un huen ejemplo de
literatura desarrollista.] La prensa
nacional ha dado amplia puh1ici~
dad a <cse tiFo de literatura durante los últimos cuatro meses e inclu.
so antes, antes de qne Lópcz Hadó
<t11U11(',iara desde Londres en di~
cicmhre de- 1963 "que el plan ha~
hía salido". Además, -varias dece·
nas de "dcsarrolladol'ct3'\ como les
llama J osé Luis Sal11pedro, han
dado charlas y pronunciado dis·
cursos diciendo cosas parecidas.
El c1esarroI1ismo, no ya el desarrollo; el desalTollismo: es dccir, la
ideología, la literat.ura, las actiHules favorahles al desarrollo es·
pañ'Ol tal como está previsto y" pla~
n-cado, al menos relativamentc" en
el Plan, constituye un fenómeno
importante, invade nuestra atención lo queramos o no. Hay quien
piensa, incluso, que la existencia
de un clima favorable al desarrollo, de un desarrollismo amhiente
y generalizac1-o es todo o casi todo
lo que persigue la Comisaría del
Plan.
Los grupos clesarrollistas
Pero, ¿ quiénc<E son los dcsarrollistas? Evidentemente el Estado~
aunque esta afirmación no puedc
hacerse así, sin matices. La uni~
dad del Estado en lo fundamental
'110 excluye divergencias en las mc
didas políticas c-oncretas. El "Life
International" del 6 de ahril de
1964, puhlica un artículo sohre "El
milagro económico qne se cierne
sohre España'~ en el que se dice:
"Ciertos sectores oficiales parecen
todavía considerar las nuevas ten~
d·encÍas de la política económica
como un. expediente temporal".
Luego veremos la polémica sohre
la denominación del Plan, so13re
si elehe llamarse "de Desari'ollo
Económico y Socia!" o sencillamente de "DesalTollo Económico".
Sin emhargo, 0n líneas generales
puede decirse que la Administ:ra~
ción es desanollista. (Son los in~
dustriales y los banqneros los que
con mayor frecuencia utilizan el
término' Administración para referirse al Estado, hasándose, quizás~
en la tradi6011al división entre
propiedad - que ellos detentan-w
Elemento importante: Crear una opinió·n
y administración - qnc delegan en
el Estado -_.. del sistema, o lo que
c,-, lo lllismo~ de los recursos.)
Lo::; gralules hancos, los cinco~
wn tamhién desarrollistas. Bastan
como mne~tra. los discursos del
consejero director general y del
presidente del consejo de administración ante la junta general elel
Banco de Bilbao: "Creemos e11 el
Plan dc Desarrollo, porque creemos en el esfuerzo y en la capaci~
dad de sacrificio de los ospafíoles.
Estamos seguros de que 1964 será
el ailo de "ahorro para el desarro·
llo". Ysi todos pensamos así, nuestro augurio es cIara: prosperidad".
En e5t'Os discursos se dijeron también cosas muy interesantes en
otro sentido, que ponen de relioye
el p~lra]elo qne existe entre el elcsarrollismo y la ideología neoeapi·
talista: "la iniciativa privada es
primordial y hay que evitar toda
invasión no necesaria del sector
públic'O; pero tamhién, en aras de
la oficacia~ tendrá que remitir la
oh sesión anti.estado~ tan frecuen~
te entre nosotros". En el informe
de·] eonsejero delegado del Baneo
Hispano-Amcricano a su Junta,
hay afirmaciones que nos permi~
ten hacernos una idea d;e 10 que
es la mentalidad c1esarroIlista en
su versión hancal'Ía~ por ejemplo:
"en todo el mundo imi)el'a un sentido de concentración hancaria,
como mcdio de disminuir costes,
ampliar posibilidades de créditos
y repartir l'Ícsg'os. Se Gree univer~
sa11nente que la banca grande es
la medida óptima", Indiscutible-
mente los hancos son desarroIlis·
tas, pero habría que analizar más
a fondo el contenido de csta actitud y 10 qne significa para el país.
No podemos extendernos sobre
este punt'O.
Siguiendo la escala de los grupos de poder, sociales y económi~
cos., hay qne plantearse si los empresarios, en gelleral~ como grupo,
son desarrollistas. No incluim"Os
entre los cmpresarios a los propietarios y dirigentes de la gran industria espaííola~ cuyo comporta.
miento es muy semejante al del
capital bancario (al que están eStrechamente ligad-os) \ por .lo menos lllir<lJ1clo las cosas en general
y sin entrar en detanes. Según
"El Economista", "'se extiende por
el amhiente la impresÍón de que el
empresario no se acerca espiritualm"cnte al Plan de DesarroIIo...
Consideraríamos tamhién una exa·
geración fuera de la rcalidad la
idea de que el empresario español
arde de ilusión ante cl Plan de
J)esarrono~~. "El Europeo" hahla
de "la existencia de empresarios
con nuevas concepciones, concretamente en la construcción naval"
transporte aére()~ turismo y comercio. En el resto de los sectores,
prácticamente la totalidad de la
economía, la situación cs máG que
lamentahlc~~. Todos los comentaristas coinciden en afirmar que los
empresarios deben camhiar de
mentalidad (pasar de una 1uentali·
(1) BIl "Lo social, en la acción del
desarrollo". Ii'il'mado POlO B. A. n., "El
europeo", !l.O 10.
�20 -
DESARHOLLISMO
dad autárquica a una mentalidad
integracionista, del aislamiento a
la competencia, de la protección
a la iniciativa... ), es decir, deben
convertirse al desarrol1islll'o empresarial, lo cual quier.e decir que
todavía no participan de él, que
no son desarrollistas.
Alrededor de los grupos :empresariales, sin emhargo, existen centros de influencia decididamente
desarrollista. Representan a los
empresari-os con "nuevas concepciones ' " desclasados por el momcnto. o son una emanación de los
gr~lpos típicamente· desarrollistas
(los bancos, la gran industria, la
administración) y constituyen una
especic de centro de acción psicológica; ejemplos, -la Cámara de
Industria y su campaíia de apoyo
a la industria nacional, y todos
los institutos de estudios empresa-o
dales. Estos centros de influencia
ejercen un dominio total sohre los
medi"Os dü información, cosa lógi.
ca por proceder de donde proceden. Su acción es voluntarista,
propagandística y m.uy a m.enudo
de contenido luitológico (véase por
ejemplo el tema dc unas scsiones
-"Alta Dirección para Directivos
de Empl'esa~' _.- que tuvieron lugar
hace poco en Barcelona, hajo el
título La Empr.esa- y el Plan dc
Desarrollo: en la introducción se
decía t.extualmente que "la motivación característica de los empre~
sal'Íos y dirigentes económicos de
un país es la quc se denomina
n-A eh, descuhierta por el profesor
lVIacClelland~ y que constituye un
elemento básico en los planes de
desarrollo, en su elaboración y en
su ejecuóón". Los tcmas eran,
'"Posibles caUtsas del desarrollo eco~
nómico", "'El n-Ach y el desarrollo
cconómico'" "La mística del nAch'" "l\-1étodo para determinar
el 'll·Ach por sí mismo", etc... ).
Saliendo ya de los sectores mi·
nol'Ítarios~ la actitud de los grupos
s-ociales ante el desarrollo y ante
el Plan piercle intensidacl. Entre
las clases Inedias (por adoptar la
definicÍón que recientemente hemos leído en una revista de temas
~conómicos podemos entender in~
cluidos al "pequeño industrial o
comerciante catalán, el funcionario madrileño, el campesino valeu
ciana, el ingeniero vizcaíno, el
ahogado andaluz, el párroco vani~
soletan 0") , entre esos grupos las
reacciones son diversas. Pero son
siempre reacciones, es decir, 1'OS9
puestas a UIla mentalidad que se
M
Elemento importante: Capital extranjero
les propone desde fuera. El desarrollismo no es cosa suya~ aunque
en casos aislados pueden adhcrirse a él con tanto entusiasmo C0ll10
el que más y constituir la verdadera hase social del ambiente desarrollista. HeIuos leído en una re·
vista que se puhlica en Madrid y
que tuvo su origen en cl Hogar del
Empleado, que "el Plan de Desarrollo ha superado la popularidad del fútbol y los toros". En
"'Destino" ~ se ha publicado reciell~
temente un artículo de Lorenzo
Gomis hajo -el título '"Proyectos y
planes" donde su autor hace una
apología del plan, así en ahstracto, frente a los peligros del proyecto, descrito como pura '"proyec~
ciól1" suhjetiva. De todos modos,
como ha puesto de relieve no hace
mucho IVIiguel Siguán en una conferencia sohre los aspectos sociológicos del dc6alTono~ los sectoreS
intermediarios se ven amenazados
de desapadción a medida que se
produce el desarrollo industrial.
La conciencia, al menos confusa,
de este peligro se refleja en reacciones antidesarrollistas que van
acompañadas de un marcado carácter moralista y tradicionalista,
d·e defensa de los valores a los que
tan ligadas están las clases medias
y que se ven actualmente en trance de desaparición. ';'La institución
familiar~' dice la revista madrileña "Aún" "sufre una aguda eri~
siso En estas condiciones, el plan
teamiento sin ~lllás del Plan de Des
arrollo puede resultar fatal. ¿ Có·
n
n
mo serán en la España que se avecina la casa, la familia, las COStUlllbres~ la educaciól1~ la empresa~ las
relaciones humanas, la religión~ la
Iglesia, las ciudades?" A cste scntimiento ele inquietud parece que~
rer contestar el presidente del
Instituto de Desarrollo Económico, al afirmar, según el diario
ABe, que "la preocupación por el
desarrollo y el hienestar no hará
olvidar en ningún momento los
valores tradicionales de nuestra
patria".
" ¿ Q'
. - puest"Ü que es
ne opman
incoIlceh.ihlc que no tengan opi
nión - el hracero andaluz, el ofi~
cinista madrileño~ el minero asturiano, el obrero vizcaíno, el dependiente de comercio catalán, el va«
quera gallego o el pequeño funcionario juhilado '?" F. C. se p1an~
teaha esta pregunta en "El Europeo" y respondía: "ignoramos lo
que esa inmensa mayoría opina so~
hre cualquier terna". Por ellos han
querido contestar las personalidades pertenecienteG a los grupos
desarrollistas al lanzar una polémi~
ca interna sohre la cuestión "Es o
no es social el Plan de Desarrollo
Económico". El Sr. Gerval5io Collar, presidente elel consejo de ad~
ministración ·del Banco de Bilhao
cree, en todo caso, que el Plan "dehe titularse de Desarrollo Social y
Económico, por ohligada prelación". A ello y más concretamente.
al hecho de que realmente sea un
plan social, responden varias autoridacles sindicales como el señor
M
�Nicolás de la Peñas, ex..vicesecrctario de Ordenación Social de los
Sindicatos, que se trata de un plan
de de6arrollo estrictamente cconómico. La may'Oría de los técnicos
y ohscrvadores opinan lo mismo.
Pero basta releer la cita que encabeza este artículo para darse cuenta de la terquedad con que los
auténticos desarrol1istas hacen profesión de sus creencias.
Los c(/,mbl~os
¿, Qué intereses en común tienen
los desarrollistas de dentro y de
fuera de la Administración? Unos
y otros parecen interesados en la
estahilidad. del sistema económicopolítico-social. Su divisa podría
ser, ó(,a la perpetuación dc las estructuras fundamcntales mediante
el sacrificio de algunas estructuras
secund~rias~~. Estructura" funda..
mentales son la existencia dc unas
clases sociales, la distribución actual de la propiedad ele los l'egursos, la dis~rihución pers'Onal de los
ingresos tal como está ahora, 'la
existencia de una relación esa-e·
cha entre la administración y 10B
desarrolIistas de fuera de la Administración, la configluación misma de la Adl1linistración~y la esta}úlidad "per se'\ como clima. Eso
es lo que se pretende que no camlúe. Las estructuras secundarias
que hahrá que sacrificar serán a
grandes trazos: la mentalidad, y
la COlllOdidad, del pequcñ'Oempresario~ las dimensiones de la indus·
tria, la distrihución sectorial (agri.
cultura.industria) de la pohlación
activa, la actual estructura de costcs de la industria, las actuales relaciones comerciales con el exte~
ríor, la actual productividad o esfúerzo de los trahajadores, la relación entre capital naci'Onal y capital extranjero, {~tc. Si comparamos
detenidmnente unas estructuras y
otras, llegaremos a la conclusión
de que las consideradas 'Secunda~
rías lo son desde dos puntos de
vista, uno ohjetivo y otro suhjeti~
yo. Son ohjetivamente secundarias
porque el hecho de qne camhien
no modifica sustallciahl1elltc el
sistema económico·social. Son suhjetivamente secundarias desde el
punto de vista de Ios grupos des<lrroIlistas porquc no les afectan
a ellos directamente, porque afectan ante todo a los grupos que hemos visto están al margen del des·
arrollis1l10. En efecto, volviendo
sohre las estructuras que van a ser
transformadas: la transformación
de la mentalidad del pequeño empresario, cuyo aislacionismo debe
desaparecer según los desarrollis~
tas, afecta oh viamente al pequeño
empresario; exigirá de él un eS
fuerzo para adaptarse a las nuevas condiciones dcl mercado o
hien la renuncia al esfuerzo y la
desaparición. El aumento de la
dimensión media de la empresa
industrial no afecta evidentemente
a los actuales poseedores de empresas de' grandes dimensiones, 'Ú
sea 10G grandes industriales, cuyas
relaciones con el eapital hancario
y la mhninistracíón, así como sus
propios intereses, les han llevado
a adoptar una actitud desarl'ollista. La distrihución sectorial de la
pohlación activa, otra estructura
(,'secundaria", ha de ir evoluCÍ'onando~ según el Plan, hacía un
predominio absoluto de la población activa industrial sohre la agrí~
cola_ La evolución consiste pues
al nivel de la actividad cotidiana,
en un desplazamiento consi¿lerahle (1,5 'Yc anual) de trahajadores
del campo hacia las ciudades. Esto
iJara los trabajadores del campo
significa mucho: incertidumbre,
camhio radical de tipo de vida, ir
a vender su fuerza de trahajo a
un mercado nuevo, cuyas caracte~
rísticas desconocen, en muchas
ocasiones separación de la familia: etc..
.
Pero sigue siendo un cambi'O en
una estructura secundaria desde el
punt.o de vista de los de8·arrollistas,
una cifra (1,5 ro), porque no afec·
ta al nivel cotidiano de su actividad~ de sus esfuerzos y de sus heneficios. En cuanto a la actual es~
truotura de costes hasta recordar
que la masa salarial es 1m coste y
que la transformación fundamental que 1'08 desarroIlistas preconizan es una disminución de costes,
vía mecanización, y racionalización. Es un proceso que ya está
en marcha y cuyas consecuencias
pl'./Cden apreciarse fácilmente a
través del ejemplo de las reformas interiores de la Bahcock-\Vileox, S. A., expuestas por el gerente
señor Millán ante la Junta General: <\(,illdicó que si bien la planti.
lla total de la empresa hahía aumentado a lo largo del ejercici'O
en un 5 %' debido exclusivamente
a la necesidad de desarrollar los
cuadros técnicos y profesionales,
la plantilla de obreros dí!smJnuyó
en 3
Si a este dato añadimos el
M
re.
incremento de producción de casi
un 30
'Se p'Odrá apreciar el esfuerzo para aumentar la producti_
vidad de la empresa, mediante la
renovación del utillaje y mediante
la racionalización del trabajo". Si
lo que va a ocurrir en el terreno
de los eostes industriales sigue la
pauta de este ejemplo - y nada
permite suponer lo contrario - el
significado de la 'óren'úvación~' y
la (,(,racionalización~~y del ó(,esfuer·
zo~" correspondiente no ofrece lugar a dudas, consist.e en lo que el
Plan llama movi.lídad del factor
trahajo y en el aumento de su pro~
ductivi(lad: todo ello sigue siendo secundario, y es lógico, desde
el pnnto de vista de los desarrollistas. Las reducciones de plantilla y Jos (,(,traslados'~ de mano de
obra no son casuales y pueden intensificarse en el futuro: se sabe
que algunas empresas l~etalúrgi
eas importantes efectuarán opera·
ciones de este tipo con el doble fin
de reducir costes y racionalizar su
capacidad productiva mcdiante el
estahlecimiGnto conjunto de plantas de aprovechamiento de sub·
productos. La movilidad del factor trabaj'ú - que incluye operaciones de este tipo y las dos emigraciones: la agrícola (a la ciudad)
y la nacional (al extranjero) - es
un principio clave del deearrolIisn
mo. Pero ¿no es acaso contradictoria con la legislación lahoral vigente, con la prohihición dellihre
despido y con la reglamentación
estatal dd trabajo? ¿ O es que esa
legislación y esa reglamentación
constituyen una de las estructuras
secundarias que el desarrollismü
lleva camino de modificar? Este
pnnto no está todavía muy claro,
a 10 menos para el público ell general. Quizás sirvan de orientación
las declaraciones del señor López
Rodó a un diario francés: "En
cuanto a nuestra legislación sohre
el despido", dij'O, '"corresponde sobre todo a una medida tomada
para evitar ahusos... En la prácti,ca
somos 7nuy flexi-bles". Parece prohahle, pues, que la mo'viUdad, oh·
jetivo desarrollista, deshancará, si
el desarrollislllO se impone, a la
legislación lahoral, sea flexihili·
zánclola, sea simplemente supri.
miéndola y sustituyéndola por una
legislación lahoral y sindical de
corte europeo. La solución de este
conflicto depende de la relación
de fuerzas entre los grupos desarrol1istas de la Administración.
Todo está, una vez más, en decidir
ro
�22 -
ACHICl.'LTUllA
qué es 10 fundamental y qué 10
secundario, Para unos 10 funda·
mental es la movilidad del fae-tor
trabajo, ·entre otras razones porque de ella depende en buena pal'~
te la desaparición total del famoso "'recelo del capital cxtranjero'\
cuya aportación creen indispensahle, Esta es la tendencia recogida
en el Plan. Para otros, esta apor~
tación hubiera tmúdo que considerars,c secundaria, porqne creen
fundam·c:ntal la superviviencia de
una legblacióll lahoral intcrven~
c.iol1ista y de la vertiealidad sindical.
.
Para unos y otros, sin -emhargo,
hay algo qnc no ofrece lugar a dudas, y es que el desarrollo económico es indispensable para la conwlidación del sistema. Se ha formulado un ncncrdo sohre la mayorÍn de las efitructuras func1arnentalcs, qu·e antes hemos enumerado
y se ha llegado a la conclusión de
que ·el -sa·crificio de las estrnctnras
secundarias no va a provocar reaccioncs que .entorpezcan el buen
funcionamiento del sistema,2 Al
contrario., pien&an los desarrollis·
tas., el mayor esfuerzo que se va a
exigir., qac ya se está exigiendo, de
los grupos cuyos inter·eses se han
considerado secundarios, per11liti~
rá., bajo la dirección de los grupos
de'3urrolIistas, un mejoramiento y
un crecimiento de la organización
económica nacional. Al aumentar
el volumen ele la producción na M
cional y., por decirlo así, su caIidnd, aumcntará tamhién, aunque
sólo sea indirectamente, el nivel
ele vida de los grupos secundarios,
que no por serlo dejan de estar
dcntro d.e la nación ni de heneficiarse de su mejora glohal. En
este razonamiento se basan las prOM
mesas desanollistas. "El Plan será
bien acogido por la lllasa ohrera a
la que ofrece perspectivas JllUY
fundadas", dijo el señor López
ge y b) que todos los asalariados
aumenten su productividad y acepten en muchos casos un cambio
~n sus condiciones de trabajo, Es
necesaria, PO}' parte de amho" gru·
pos~ una adhesión tácita o exp1í
cita al eJcsarrollismo que ellos no
han elaborado. Si esa adhesión se
produce, se perfccc.ionará .la organizaeión del mercado nacionalcn
manos de ]05 desarrollistas y éstos,
ademús de aumentar su poder y
sus beneficios, estarán en conc1iciow
nes de ofreeer al resto de los agentes económicos una mejora econó'
mica r·clativa. Se trata de un proceso acumulativo desencade-nado
con el fin de consolidar el sistema
económico.social, interior e internacionalmente (aspecto éste que
mel'ec-c un capítulo aparte), El
desarrolIismose conereta de este
modo en un plan de desarrollo
eeonómico que es al mismo tiempo
un plan de estabilización políticosocial.
lA AGRICUlTURA
EN El PLAN DE DESARROllO
A fines de f.ehrero pronunció el
seDar Camillieri una conferencia
en el Círculo de Economía cxplican(lo los IJl"Íllcipal,es prohlemas
agrícolas dentro del Plan y algu M
nos de los pro13lemas ele su ela~
horación .-- que él hahía vivid~-.
Fue una confer·ene-ia para industriales catalanes y su contenido
re-sponde un poco por tanto a ·10
que podríam'os llamar .la agricultura vista por los industriales.
Empezó refiriéndose a las priuM
eipales APORTACIONES del,cc-
tor agrícola al desarrollo que hus~
ca el Plan: influencia en la balan·
za de pagos, influencia sobre in
düstdas de transformación y con~
servas, trasVHfie de mano de ohra,
Todos sab~ll1"os quc la agdcultura
aporta el 27 % de la renta nacional, que la pohlación agraria significa el 4,0 % de la activa, que
en plnno de la dCluanda intermedia (inputs) ~ la agricultura pide a
la industria muchos millones, y
que la mitad de toda la producción
agrícola pasa COlil0 input al sector
Rodó.
industrial.
El problema está en que cstas
Si el Plan va a significal' un aUft
perspectivas rcsultarán en el futu·
mcnto del nivel de vida, eso va a
ro fundadas si .esta masa ohrera y
el conjunto de los grupos secun M significar nucva dClnanda agrícoM
dados, no-desarrollistas, las acep~ la, posihlemente permanezca eSa
tan ya ahora. Para que el desarro M taciollaria la del trigo, baje la de
otros productos, pero aumente C"Oll110 se produzca es necesado a-) que
Gic1erahlemente
la (le producto~
el cmpresario crea convenientc
realizar el esfuerzo qne se le exi· ganaderos? frutas y hortalizas. Esa
ilUeva ,demanda debe encontrar
nueva oferta, si no se tend'ría que
recurrir a importaciones agrícolas,
(2) La conclusión cs discutible, sohre
para las que no hay previst,a.s diff
todo por 10 (jOB conde.l'lle a los efectoS de
la crcaci6n de nuevas concentraciones invisas. ¿Existirá esa oferta? Si ve"
dustriales )' el crecimiento de las yn exismas los cuadros de demanda dc
tentes.
w
productos agrícolas previstos por
el Plan, 10 más seguro es que no.
Se supone qne el consumo de azúcar"" duplicará hasta 1967., que el
consumo de carne pasarú de 20 kg.
a 27,7, el de huevos aumelltará en
un 26 J{)~ e1ele leche en un 30 j{-"
el de fru ta<3 4,0 j{-, 1<'1'011 te a esas
necesidades, la cstructurn actual
agraria no pucde responder ndecnaclamentc: es difícil que campesinos sin eapital ni conocimientos C'onsigan en unos años dejar
de cultivar unas cosas (trigo) en
toda una serie de hectáreas, y
dediquen sus terrenos a otro,5 pro~
duetos; aunque se les convenciera
les faltaría preparación y capitnft
les, Es muy probahle quc s-c produzca nn déficit de azúear, de productos ganaderos, de piensos, ..
y todo eso habrá de significar i1l1M
portaeión.
Si pasamos a las exportnciones,
el texto del Plan alÍn es m-cnos
adecuado. Se da demasiada impar.
tancia a las exportaciünes agrícolas, se indican tasas imposibles: un
aumento de exportación de frutas
del 9,92 % anual acumulativo, lo
que significa en agrios pasar de
un millón de Tm. .en 1961 a dos
millones en 1967, y esto no es posihle: ni 10 permite la demanda
europea, ni España cs capaz de
ofrecerlo, Se ha pensad-o sólo en
las últimas campa,ñas y ha faltado
visión larga. En 1946 se perdió el
dominio elcl mercado europeo, pasamos de dominantes a dominados,
y ya no se puede rccuperar cl te~
Heno pcrdido. Las demás tasas de
aumento de producción también
�PIlOMOS ...". 23
son exagcradas\ sobre todo teniendo en cuenta que se calculan 80«
bre la base ya alta de las últirnas
producciones. ¿Responden todos
estos fallos a un desinterés específico de la Comisaría pUl' la agricultura? No, responden al procedi
miento general (le elaboración del
PIan~ las tasas de aumento glohales no corresponden a medias de
tasas de aumento sectoriales, no ·es
un plan c-onstruiclo estadÍstica1l1eu~
te desde ahajo: se recogieron los
datos de los últimos años, -se hizo
un esquema gencral~ y después se
pasó a los sectores, sin hacer la segllnda repasada desde los sectores
hasta el esquema general; esta sC w
gunda repasada en algunos casoS
se está hacicnci'O ahora y podrá
tenerse ·en euenta si 8e publican
correcciones. El fallo concreto de
las cifras de exportaciones se dehe
además posihlemente 11 que sean
cifras rcsiduales, necesarias para
ohtcncr otros resultados y no demasiado pensadas.
En r·esmnen pues, déficit de la
halanza de pagos en el renglón
agricultura, y una püsible cm'en~
eia de divisas no prevista.
Los efeCl.09 sobre ln industria
pueden resumirse en tres aparta w
dos: necesidad de indul3trias de
transformación y conscrvas, necesidad de prod¡tetos industi-iales
para la producción agrícola~ con w
sumo del campo. El primer rell~
glón debe tenerse muy en cuenta;
en las '111.10VaS zonas de regadÍ'Ü
del plan Badajoz los agricultores
no sahen qué pl'oducir ni dónde
vendcrlo\ no se trabaja a produceión plena, la solución es precisamente la instalación de fáhrieas de
elaboración en las zonas agrícolas.
En el equipamiento de la agriculw
tura también incumhe a la industria una gran l'espüllsahilidad: la
producción de piensos industría w
les ha de duplicarse en estos años l
según el plan deben construirse
115.000 tractores y sextuplicar la
mccanización; pero. lo importante
de todo eso ~ si se hace ~ es que
el agricultor reciha ('.$05 product'Os
con características técnicas y eeo
nómicas (precio) simila.l'es a las
europeas. La agricultura española
se caracteriza porque gran parte
de sus tierras son marginales res~
peeto a las europeas, si además los
medios dc producción a su dispüsición son más C<tr06 y en malas
condiciones, sn posición se dehiliM
tará aún más.
Otra aportaeión importante de
n
ü
]a agricultura es la enú.gración de
mano de obra. Se prevé que en
estos años 140.000 personas aetivas
pasarán del campo a la industria.
Pero si no se sustituye, si no van
capitales al campo\ lo más posible
es que se produzea una contl'acw
ción de la producción... No podemos pensar en la importación de
mano ele ohra.
no tiene ninguna pre w
paraclOll profesional~ sólo sahe si
tal precio le da beneficio o no\ Y
no entiende el Plan. Los expertos
sahen qne la principal arma en es~
tus casos es crear un "clima" favo~
rahIe entre los agrienItores l y hay
tres inedios fundamentales para
crearlo: política de precios y l1ler~
cados~ política de servieios al cam~
po (créditos, información ... ) ~ política que afecte a la tenencia de la
tierra. Est.o último no se va a nti~
lizar, el empresario agrícola espera
qne se utilicen el primero y el
segundo, pero el Plan sólo da unos
principios generales~ nna instrumentación muy escasa y una dotación financiera mínima. Las protestas pühIicas de los agricultores
contra los Polos de desarrollo se
deben sohre todo a este ahandono.
Antes de analizar en concreto
esa "poca política" qne aparece en
cl Plan~ fijémonos un poco en alguw
pl'esal'io,~
nos PHOBLEMAS FUNDAMEN.
TALES del campo español:
El Medio Natural es deficiente.
¿ Qué se hace en este terreno? Al
menos se ha .realizado una cierta
ordenación: se ha realizadü un
.catálogo de ohras de regadÍo\ se
han dado unos' criterios para deci w
dh priol'idades~ se. va a alcanzar
Un predominio perdido
un aumento absoluto~ si bien en
proporcÍón a lo que hace falta mÍw
nimo. Hay qne tener en cuenta que
muchos de los proyectos no se van
Si al ha13lar de todas esas apol'~ a realizar porque la cantidad asigtaciones hemos hahlad'Ü ya de al w nada permanece y los precios están aumentando; pero quizá se
glmas DIFICULTADES, podemos
hablar de muchas otras, no para riegue más que en los años últi~
hacer un catálogo de todas; pero mos, HllIHlue lo que se haya hecho
sí para señalar algunos puntos\ esos años nadie lo sepa. La repow
principalmente de la política adop~ hlación forestal (véase el cuadro)
resulta muy favorecida, pero es
tada.
- Los estudios para el plan se evidente que es de las inversiones
han hecho a nivel de potenciali- poco importantes a corto plazo.
dad y no a nivel de empresa. Los Riegos~ repoblación forestal y cocamhios al variar algunas eondi~ lonización se quedan con casi toda
la inversión púhlica. Veremos qlle
ciones pueden ir más aprisa de lo
esperado y pueden surgir verdade w el segundo prohlema fundamenros desequilihrios. Si algún sector tal- tamaño de la explotaciónse expansiona demasiado a prisa o queda en mantillas. Ha hahido
si alguna denunda 10 hace dema- una reconsicleraciól1\ una ac1ara~
siado, pueden producirse vacíos eión de lo que se venía haeiendo,
causantes de verdaderas quiehras. pero no un camhio de rumho.
El segundo prohlema fundal11en~
- La programación agrícola es
muy difícil en España: a la gran tal es el t:mnaño de la explot;aGÍón
influencia de factores hiológicos agrícola. La política de concentra w
·no previsihles, vien-e a sumarse la eión - que es sólo un mínimo paso - ha de dejar paso a una polífalta de información (ahora algo
más con el Censo, que no se pudo tica de asociación, ganamos muy
utilizar en el Plan) ~ y el eUürllle pOCü pasando de explotación pC w
qncña y dispersa a explotación pe w
número de empresas agrarias (3
queña y unida. Respecto a lo que
millones) .
viene llamándose reforma agraria
EEC cnonne número de em-
�la administración hace cundir el
desánimo antc la falta de iuformación - no saher precios por ej.em~
pIo - , y en est.e sentido no se
ha hecho nada, no se avanza lo
más mínimo en la crcación de un
organismo único que neve a caho
una política agraria seria. Por lo
qne respecta a la distrihución del
nivel total de inversión púhlica en
d_ campo ya hemos visto en qué
se gastaba la mayor parte. Si re«
nnnCiar a mil millones en los 1'0gaclíos '110 significaba nada gl'avc~
esos mil millones en extensión o
eoncentración huhieran tenido una
importancia extraordinaria. Se ha
producido un' aumento grande
donde ya había 111ucho, y un au~
mento pequeño en donde se hahía
gastado· poco. Además en el intento de aprovechar los gastos al má~
ximo. se ha elegido un Griterio
muy' sirnple par~' deeidir lo quesea inversión (interés hacia ella)
y lo que sea ga,sto (menos impol'M
tante) : inv.ersión será todo 10 que
sean ohras l gasto el resto; con la
política en esa dirección es C01110
si construyésemos escuelas y no
pusiéranios maestros, hahrá locales
para las oficinas de extensión agra~
ria, pero no hahrá dinero, para
pagar sueldos a gente que los ocupe, importaremos ganado selecto y
no tendremos comida que darle.
El Plan agrícola es complicado,
difícil y tiene lagunas graves.
Al acahar la conferencia se pIan~
tcaroa algunas preguntas. Estu\"Ü
de acüerdo en que un verdadero
Plan agrícola dch-ería partir de
un análisis regional que en éste '110
se ha realizado; pero es que tam~
bién existen problemas glohales,
y éste es sólo el primer Plan, una
hase común para empezar a discutir; quizá en el próximo - segl1~
ramente antes de 1967 - se inicie
ya ese tipo de estudio. Preguntado
sohre la 1 Asamblea general de la
I-IermmlClad Sindical Agraria (consúltese La Vanguardia, 26 de fe-
- -c-l problema de latifundismo - ,
la verdad es que cs un tema des·
conocido, y no sólo en el Plan;
éste ni lo cita, )' al menos podría
haherse insinuado, 11lás cuallc1ü en
España existe una cierta legisla~
ción que no se cumple: nadi-e se
crüe que sólo hayan 200 fincas
mejorahles. La comisión presentó
un proyecto de trabajo; pero fue
)'l1g111ado pc~rqne -existe un fuerte
grupo de presión. Podemos decir
qne aparee,e explícita una inquie.
tud por el lema minifundio.
Otro problema fundamental es
la jonnadón agrícola: s,e han erea~
do agencias gratuitas y csc-u.elas de
capataces, pero absolutamcnte insignificantes. La cuestión de la cO
meT"cúr!iza'ción - cuarto prohlema - -se ha dejaclo igual. No pncR
de sor que algunos productos se
vendan al público multiplicados
por 2, 3 ó 4; tampoco se picle que
el agricultor se quede con el 95 %-O.
Hay otros problemas que van a
agr:.warse estos años y no s-e ticuc-ll
demasiado en cuenta: el difícil
cambio de est.ructura (dedieal' ciertas tierras a distintos cultivos), el
que el factor limitativo va- a ;empc~
zar a ser la mano de 'Obra y no la
tierra, el que si nos acercamos a
Europa va a tener que limitarse el
ni-vd de precios y es además muy
probahle que aumente aún más
a prit3a la emigración de mano de
obra.
Pasando ya a analizar la POLI·
TICA agraria concreta del Plan:
Por lo que respecta a los principios generales de política agraria,
no podemos decir que se defina
una política global y coherente,
todo ha que,dado muy vago y el
clima creado en la agricultura es
hastante malo; la administración
sigue dividida en facciones y las
decisiones .::.iguen siendo el resultado de presiones y coutrapr.esiones, luchas y cOlltraluchas, pale.
tadas por aquí y paletadas por
allá; la falta de coordinación de
R
hrcro y signientes) dijo qne la ba M
se principal era una qneja por prcR
cios motivada por una mala previsión de las coseclUt6 que ven,
drían, motivada por la falta de
agilidad de la administración para
superar este pl'Ohlelna, motivada
también por la necesidad para
muchos de hablar y realizar así
campaña para ser procuradores
(deceiolles próximas). Sohre la po·
nencia a,e esta asamblea de englobar las cuestiones de alimentación
en el JVlinisterio de Agricu~-tura y
no en -el de Comercio, dijo qne -esa
era' la situación en casi todos los
demás países; pero qtte no eonfía·
ha en su pronta implantación en
Espaíla (obstáculos políticos); 10
importante es la existcneia ele un
organismo único que estudiase los
lH'~hlema5 {comercio y produc.
ción) c,:on plazo suficiente y uni·
dad de criterio. Se insistió en i11 M
e1uir tamhién la pesca l pues ahora
depende del J\'linisterio de lVIarina
y las estadísticas suman (lesde ba·
llenas hasta pequeñas sardinas sin
ninguna difcreneiaeión. Sohre la
infl~~encia el-e la emigración del
campo ..- que ya hemos visto po~
día significar un estrangulamien.
to - hizo notar una influencia po,
sitiva: las ideas sobre la refol'ma
agraria van a cambiar por sí solas
porque a un ohrero de la ciudad
no se le hace ie al campo aunque
se le prometan tierras, con 10 que
se impondrá el criterio de la gran
explotación; el m.ito del fracaso
soeialista en la agricultura es eso,
un mito, para los que creen en las
ventdjas de la gran explotación; el
gran problema de la agricultura
europea es ese de la existencia de
pequeñas explotaciones? y muy posihle que en competencia abierta
gane la socialista.
REfORMA
AGRARIA
por Joaquin Costa (s, XIX)
INVERSIONES PUBLICAS EN AGRICULTURA
en millones de pesetas
Regadíos .. '
"
Repohlaeión forestal
Concentración parcelada
Formación y extensión
Lucha contr'a plagas
Servicio N. Trigo
Ganadería ..
.
Conservación suelos
.
.
.
.
.
.
" .
.
.
13.477,6
9.226,3
1.749,3
630,5
74,3
1.260,7
620,1
81,4
%
76,1
16,1
3
1
0,1
2,2
1
0,1
---TO'f,\L
.....•.
57.093,2
100
"Con una agricultura del siglo xv no son posibles Estados del
siglo xx (... ) El poder público, como
tutor de las clases desvalidas, ca·
mo regulador de la vida soeial y
como obligado e interesado cn el
amnento de la población, en la
regeneración de la raza, en los pro"
gresos de la riqueza púhliea\
�
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Title
A name given to the resource
02. Activitat professional
Type
The nature or genre of the resource
Sèrie
Description
An account of the resource
Documentació emanada de l'exercici professional de Pasqual Maragall.
- Gabinet Tècnic de Programació de l'Ajuntament de Barcelona (febrer 1965-1968, funcionari 1968-1979) : com a economista.
- Servei d'estudis del Banc Urquijo (1965-1968).
- Aula Barcelona (setembre 1997 - març 1999): funda i presideix Aula Barcelona com a centre de gestió del coneixement per a l'administració de les ciutats. És un espai comú de reflexió entre universitat, empresa i administració en relació amb la ciutat i el seu passat, present i futur.
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Identifier
An unambiguous reference to the resource within a given context
1614
Title
A name given to the resource
El desarrollismo
Description
An account of the resource
n. 26, p. 18-24
Source
A related resource from which the described resource is derived
Promos
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Textual
Subject
The topic of the resource
Economia
Espanya
Language
A language of the resource
Castellà
Type
The nature or genre of the resource
Article
Abstract
A summary of the resource.
Publicat al número 26 de la revista Promos.
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1964-05-15
EAD Archive
The Encoded Archival Description is a common standard used to describe collections of small pieces and to create hierarchical and structured finding aids.
Level
The hierarchical level of the materials being described by the element (may be other level too).
Document
Articles
-
https://arxiupmaragall.catalunyaeuropa.net/files/original/8/646/Promos_19631101_n21_EconomiaCine_PM.pdf
b2d25b03bff9a5e832784b988ab6eb9d
PDF Text
Text
En este número:
Barcelona
noviembre
Número
11
diciembre 1963
Sobre los tory: «En definitiva, la herencia de los temores
e1el pasado y de doctrinas en buena parte anticuadas,
pueden servir pan\ explicarnos hasta cierto punto el origen de una política económica que se encuentra en Ulla
sit,uar;ión crítica, en la que, a los errores de previsión
rnlJch';\,~ veces disculpables, se le suman los fallos en 1<1
,'¡pliqv:ión de las medidas ;"de(;uad'I$,}>
Vea sumario en la página tres
�EDITORIAL
¿ DESARROllO PARA QUE?
SUMARIO
ESTE MES
w
pág.
EDITORIAL
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3
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S
ESTUDIOS SOBRE LA BA·
LANZA DE PAGOS DE CA·
TALUÑA, por Ernest L1uch.
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9
NOTICIAS ESPARoLAS
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15
LOS FRUTALES LERIDANOS.
por Eugeni Giral
LA POLlTICA ECONOM ICA
BRITAN1CA, por Pe re Puig.
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17
NOTICIAS INTERNACIONA·
LES.
»
23
CONVENCION EURO·
AFRICANA, por Julio Sa¡nsó,
LA
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29
»
37
)}
38
LEIDO PARA VD.
»
45
ESTE ARo.
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48
PAN Y PERIODICOS. Por Ma·
nuel Nadal
LA ECONOMIA DEL CINE.
por Pascual Maragall
El- núnw]'o de PROl\WS que tic
ne en sus manos el lector repre.
senta medio año de una nueva
orientación. En ella se ha dado
lo bueno y lo malo en esta pro·
porción fatal de todos los asuntos
humanos. Sin embargo, creemos
que en el. haber de la revista hay
algo sin duda irnportante: JUl. in·
terés creciente por los temas relacionados con "el desarrollo econÓ·
mico. Hoy el problema del desa·
rrollo ha llegado a constituir la
pesadilla, sincera o demagógica,
del 100 % de las clases dirigentes
de todos los países. Desarrollo
quiere clecir unas veces pro111,O,
ción humana y social de la po~
blación, y otras piedra paru nwn·
tener en el poder unas élites co~
rrompidas y gastadas por el mando. En t;odo caso es la preocupación de la segunda. otilad del pre·
.'lente siglo.
Tras el tn::m del desarrollo se
han ido enganchando vagones de
la nLás di-versa índole: desde las
sociedades de estudios económi.
cos~ hasta un enjambre de predicadores con vocación "hyde~par
quista\\~ han l:do surgiendo llna
serie de actitudes sociales e indi.·
viduales nueV(lS~ movidas unas por
rd "ani7nus\\ cremat:íst,ico~ y otras
por una más o ¡nenas fundada sensación de podernos expl-i-car la
q uinla esenda de "' lo humano y
lo s()ciar~., admitidos} claro está,
l:odos los tonos intennedios entre
estos dos polos, Se ha hablado
dA! desarrollo como o¡Jort;wúdad
y del desarrollo como nústica, se
han barajaclo tasas de crecimien .
lo y conceptos éticos con un i.n··
sospechado pudor metodológico
(entre las págínas 76 :Y 7'7 de una
pu-blicación l:ítulacla- Aspectos Sociales del Desarrollo E'conónúco
([parecen las siguientes citas: Al..
¡redo iYlarshall~. José Antonio Prie
mo de Rivera, San .Ju.an~ .Juan
XXIII. Jolm K. Golbl'oith, Carlos
}Vla.rx y Ca.rlos Dickens, en un con·
texto referente a los costes sociales del desarrollo cconórníco) ,
En Ética y Política~ libro de
A ranguren crüicado en nuestra
"Revi5t(l~' (ver PUOMOS N.O 20)~ se
hnbla- i-nsistentemente sobre los
problemas di? la "moralización\\
del Estado a través del individuo~
o a la inversa. Sr>, trata de una- problemática. ([dual y que interesa a
todos los que estamos más o me~
nos insertos en una. estructura detcnninacla y obligados a "actuar
en", Pero hay algo que parece
inadTnisible: es inúJt:l y pl'etenci-oso creer ql/.e la economía como
ciencia o como acCÍ-ón es capaz de
dar un sentido detenninado al desarrollo juera. del puro y simple ob~
jeú'vo económú;o, del puro result.o
do de la,., medidas que se tomen,
fuera de la finalidad i-runediota.
La economía no es una ciencia ()
un actuar neu.-lral; pero la no neu~
tralic!ad está en fundón de quienes la nwnejan~. y ella, de por sí-,
no sÚ've como "místic(l.~~, no explica ni al hombre ni a sn historia.
El gran problmna está en que
hoy vivl1nos en u.na cu.riosa confu8ión: lodos estamos de acuerdo en
que e/ ¡)(lpe!- del c,,(!cúnient:o y del
desan'ollo eCOIT.Ólnico es ftUl,damelltal Fara ¡Jro:yec!al' el ú¡)() (1f~ sociedad (f constnrú', Estamos de acuerdo en Cj IU? UJur elevada tasa de crecimiento de la rent:a ""¡Jet' c(/püa~"
se puede al"chi'val' en la empeLa d-e
las '''cosas buenas\\, Estamos de
acuerdo en que el econO/nista en
el si[}..1o XX ú-ene UlLa tarea impar.
t:(/n[;; que reah:zal'. Pero pocos lle~
garían ({ tal grado de unani1Ju:dod
si- detrás de '"cosa buenao~ se 1-'l"egllnlose "paru qw?\ JIall(f.rialHo,~
aquí. U-TUl exala ele respuestos (JIU'
van desde la creencia de f{I/(, d
e
�;-jíl· --
P..\ N
Y PEHIÓnrCOS
món del nivel de vida, La doetdK
JI a electrodDllléstiea,
¡,Un hombre dOllléstieo~ domes
licado '? Podrán localizarle fácilmen 1 e, Pulula, Es un bomhre que
opina CJ1H:' los hillet(':f-: de lnil pe·
~ctas tienen siempre el miSJll0 y
agraclable Golo1' yenle; que pon·
dera y sitúa H las gentes 1110 por
108 valores )' riquezas que tontribuye,n él cr(':ar~ sino por el l'<tsero de los hienes y ohjetos que
consumen. (Hay chts(;s {'n los cuhos de basura~ ya se sabe). Sí~
ereo quc- podnín localizarle fácilK
ment.c~ porque es un hombre de
aspil'aeiones vitales muy concretas: un coche de "'categoría";
una mujer
ohjeto para ·engalanar -_.~~ nn piso ·en el "heau
quart ier'~ ('f)ll ascensor para el
"'serviGi(/' y tresillo y pantalla
de pl~rgamino en el portal, Es un
pohre hombre~ pero en manos de
un Bcckett o d·e un IO'11esco~ o {~n
el lápiz de este dihujante del Ne,'.'
y 01'qnel'~ puede result.ar incomprensihle y dramático.
Item~.1
ü
M. N.
LA ECONOMIA
DEL CINE
por Pascual Maragall Mira
Para mucha gente la economia
es una especie de campo de juego dominado por poder-eH ocul
los. Tamhién muchos economistas
piensan algo parecido. En sus eo~
laboracioncs científicas~ en sus
tCüdas~ está siempre presente cier~
to afán de desmixtificación. Desde la mano invi.si-ble de los clásicos 'liberales, hasta ~"ll velo nwne~
tario que esconde la realidad ele
los fenól11<cnos según una escuela
ncoelásica~ pasando por la teoría marxista de la alienación, la
ciencia económica adopta - como
todas Jas ciencias, pero más que
las otras ciencias~· un tono casi
confideneial de revelación~ como
quien descorre velos misteriosos
o como quien nos cuenta lo que
en realidad es tú pasando. Que el
contcnido sea adecuado al tono
ya es otra euestión. Muchas ve~es lo que hacen los economistas
es lo contrario de mixtificar y csemulen todavía m,ás la realidad
hajo comp1icac1Ds ropajes teóricos.
La verdad es que los .fenómenos
económicos son relativamente. muy
complej-os y que explicarlos llanamente es 10 más difícil. Esto
OCUlTe lo mismo con el COllSUll1D
de la patata qU'e "lel producción y
In exhibición de "EJ año pasado
en MaricnbacP\ poro ·en mucho
mayor grado en 'Id segundo caso.
La economía cinematográfica eS
espccialment{~ intrincada. Los poderes oculto:!- parecen jugar en ella
un papel preponderante, ¿Por
qué se haee Ul1<1 película? ¿, Qnién
de-cicle que se haga '? O mejor:
¿, en virtud de qrté c:l'Íte:óos decide? Cuánto más sencinas son las
preguntas más difícil es eontesta],'las. P1antcarl8s de un modo cien,
lífico es nn acontecimiento bien
1"eeiclJtco eonlO lo -es la hist-oria de1
cinc, El 6ne aparece en 1900 al
hornbro de l(l~~ títírite:ros, Su BY'v"
K
lución a parti\' de entonces es tan
rápida que puede hahlarse eh- una
serie c!<~ revolll-ciones encadenadas
con más propiedad casi que de
evolución a secas. El pensamiento
económico no se formula por pri
mcra vez la pregunta ¿Hay demanda de films '?, hasta los arios
que rodean a la segunda guerra
mundial (1). Vamos a fijar la atcn~
ción en este período y en -el call1i~
no recorrido hasta ese momento.
K
LA LITERATURA
CINEMATOGRAFICA
Una buena manera --- prudente,
cuando menos - de aproximars(~
al cine como fenómeno reconómieo consiste en prestar atención a
un aspecto particular del 1-ema:
el cine como fenómeno de cansecue.ncias literarias; a condición de
no perderse en el hosque de pala·,
bras impresas que proliferan no
tan sólo en la presse d'u coeul' y
en la misma prcnsa pornogl'úí'ica,
sino también 'en :las pub lieaciones
de el'ítica y estudios (2). ¿ Cómo
interpretar toda esta tit.enülu·a '?
Cada grupo de econom.i-stas, el de
los estudiosos y científicos y el
de los negocial;tcs? tiene su liH~'
ralul'<t propia, Las lrnhlicaelOllC';
se nsa ci o n a lis l as., sen li lllcn taJo i.d es,
gráficas y pOl'l1ográficas l h:.l.sta .el
limite superior de la prensa de
actualidades, constituyen el y·olu·
minoso eapúulo rlcln literatura
J. ";\1o])e'l" i)('hÍlHl i:llt'- ;;C¡'een", li'. D.
E:lingt'-l"deL' ~,' J. Legg- (.1037), Posl8rlor
lllcnt0. los trabajos (le Ross lV[nrray (1941).
:'f. D, Huettig (1~):f4) Y R¡lth Illglis (19'1:'))
2, Ji:n a),gullos palses, incluso, 8:,\'1
elJ fH\S lllUl~h:l:, 1l)(Hlnlitla110s ----- <',,,
n'jl«, polélll)(,ll, forum, cine-club, Ó;)(,)>!:I
!('('n ... ~ .... ha constltni{lo Pi núcleo (lc, iod,'
la actividad intelectuaL la vúlvn1n ,Ji'
{:ape de Hna sociccüd f;in {le))_lf1.s!(),C]r¡i; pn
lJilid¡¡(I('~ de dif\logo colectivo.
¡·¡íiin\,
�Pno~lOS
---- cinematográfica o para-cinema
tográfica .--- de los negociantes. No
porque sean un negocio en sí, sino
precisamente porque son consecuencia y comple-n1cnto dd negociD cinematográfico. Con más o
menos aproximación puede útuarse el origen de toda esta literatura
entre el 1914 y el 1918, como suhproducto del S/.a7'-s'\/stem, El Sta,.·
system fuc~ al prilH.:ipio, un recurso anlimonopoIístico que uti1iza~
ron lo~ productores independientes contra ,el creciente p,o·der del
trust M. P. P. C. (M.otion Pictines
Patents Company), quebranclo su
argumento deeisivo: la(~standar
dización de los films V el anonimato (le los artistas. El interés ~-- que
luego degeneró en interés morboi:,o ~~ por la persona del artista~
lo despertaron los independi·entes
e·amo arma competitiva ';~n dos
frentes: por un lado., ·3n el mercado abierto., confería una atr¿H>
ción especial a sus p·elíeulas; por
otto lado? en el mereado de 'trabajo., hundía las rígidas nOI'mas
impu'cstas por el trust., los hajos
sueldos del artista anónimo, Así l
la aetual literatura sin fronleras~
el comadre-o impreso qu'e rodea
la vida de todo aquel que se aventura en ,d mundo ·del cinc~ ülVO
su origen en un intento {le PCl'sonalización de las obras cinema~
tográficas l y cumple hoy todavía
-~hoy más que nunca - una fundón indesligahlc del sistema de
producción de. películas. Actual"
mcnte.,descuhicl'ta la potencia de
la identificación psicológ'ica como
móvil del consmno ·dc films~ esta
literatura ha superado sus obje~
tivos originales y se convierte en
un movilizador y captador de la
demanda tanto como en instrumento competitivo entre la", ¡!;l·an,·
des empresas procluetora~.
Por su parle, la !;¡IHlr dl· ln.~,
estudios (lel ¡·ilH' ,;(. rdl~'j:L ('O!l
39
v
mllch,l
IlIÚ.,;
\"lllll'll!¡·< ell
\id¡¡d,·.~,
!JI!!'.
IIlOdí·.;!i:1
illll·I(T!1I:1L·é'
d'·ll11'0
('()lllP;II':lli~
plddil':wioll!"
dl·1
dí'
\
Hcli·
lod;) lipl!
Clllljll1\lo
de
acli·
eiclllíficas
dI' Illll·,;lro lIl\lllllo~ lic;1crl un peso
l'.'il)l~('ílico notorio. Se hac·e mucha crí-tica cinematográfica y has\id:l,k.; ¡¡llellTlll,ll!'; v
tante sociología del cine; en muchas ocasiones., crítica \' sociología van mezcladas. En ~amlli.o la
rnc1ustria cineulatográfica sig,:¡e
siendo el reino de Jos poderes
ocuhos\ y el estudio científ.ico de
csl'c sector d'8 la ccononlÍn no hn
dado todavía S'us primeros pasos.
El tille y el sexo, todo un tema
LA DEMANDA. PUNTOS
DE PARTIDA
n(~ lodo l'!lO dl"dll('illlO..; a!pllla:-;
{'ilra('l('l'í,.;!j¡·i1:'
dí,1
1ll('Il() ITlltH'JlIlil·o
('¡tI!' ¡'OlllO kllÚ-
\'
alo.;llllo:--; nlt:U\)S
di' .;11 IH·(dIL·lll"lli;':1 (L"lllitlldi\:'
l. 1<1 l'illll 'e''; Illl producto de
l'OII·;lllllO lll¡¡~ivo. Un ':.:strulio de la
d¡·lll;llHLI li(' {,ilms no puede tener
1·11 clll'llla su componente weiológj(:o, 0, si se quiel:e~ la importancia de 105 resultados que se l1eri··
varían de nn análisis llevado el
cabo según los métod-os de la psj~
cología de maS<lp,.
2. La demanda de film::. es una
demanda dirigida. No ,es l'U1n de·
manda HhJ:·c, Se trata de aclarar~,
mediante nn estudio rignroso de
la industria cinemato~rráfiea. los
grados de lihertad de' que p'uccle
gozar y la cnUS[l dc' las limitllcio"
nes que se le OpOllen.
3. El fihn 1 ·en poteneia? es una
¡¡J'le~ y
en c-ualquier caso
intelectuaL (Podría~
1110,'; dcc,ir: el film puede ser (1
j)('MIT de todo una ohra ele arte,)
Las caracte'ísticas del consumo
ónematográfico son antagónicaf'
en muchos s'cntidos l sin embaJ.'go.,
a las del consumo ele la:;; ohras de
arte en general "~- que. es por definición el más lihre y personal dc
lodos los consumos posihle~,., el
menos objetivo y estandardizahle,
4. Por último: 1<'1:> tran.s.fornH\"
Ci-ollCS lécnic::1S de la industrb ci··
nemal.ogl'áfica se han .'3l1ccdido ún
parar. Se- trata dt~ una il1clustJ:1<l
esl:r{~ch;;¡¡l1ente ligada a las siempre lluevas eondieioncs sociale~.¡ V
técnicas del siglo xx. La no\'(-;~
dad juega en ella un papel dele)"··
minante, El estudio científico hn
ido a remolque de e51r c:lllJhiu
ron.5tantc~ no ha podirl o f".'¡t!llll('·
ccr hns'8s 1)~-;rnlaI10ntes COlIJO 110
las ha cslahledd-o el fenÓJll(~nll
tudiado,
(ll)ri! dí'
Illla
creación
�,10 -
ECONOMÍA DEL CINE
PEQUEÑA HISTORIA
DEL CINE MUDO
En la primera parte de su
obra '''El film como mercancía",
Peter BachEn ..-._. el primer autor
en hacer Ull tratamiento sistemá..
lico del tema que nos ocupa---,
realiza unalahor de docunH~nta
ción histól'ica, centrada sobre la
evolución del mercado norteamericano V del mercado alemán. y
soIne. 1m::. relaciones, dentro 'd·~~
ellos, en U:e las tres ramas de la
industria cinematográfica: producción, distribución y exhihición. Eludiendo el coté pinoresque, Bachlin individualiza algunos
fenómenos de gran importancia.
Pone de relieve, por ejemplo, el
papel primordial de los indepen~
(Hentes en el clesolTollo del cinc;
indica cómo la hanca, interviniendo con 8US propios criterios (en el
papel de producer~supervisor),ha
revolucionado la industria cinematográfica, y, cómo en menos de
10 ailos (1918-1926) ha acahado
con los recursos del cine mudo
imponiendo la gran transforma~
ción del sonoro. Paralelamente
explica con claddad la tendencia
de la industria cinematográfica al
monop"OHo. Vamos a seguir sus
pasos de historiador somero.
La infancia histórica del cine
··está marcada por la escasez d-e pe~
lícula virgen (materia prima indispensable) y por la inexistencia
de nn público específico; es decie l por una oferta escasa y una de·
luanda déhil. El aprovechamiento
comercial del film lo llevan a cabo
los f,eriantes, cambiando de sitio
para venüer la dehilidad el-e la demanda y aprovisiol1ándo-se dircctamente d-e los productores. Algunos ele ellos producían sus propios
filmE como MéIies en Francia. No
tardaron en formarse una especie
de empresas monopolísticas, que
protegían sus procesos de valoraeión mcdbnN: patentes y utilizando capitales relativamente grandes
para la época. Cuando la exhihi·
ción amhulante estaba todavía en
pleno auge, ~e crearon '2·n EE. UU.
los primeros teatros cinematográfIcos. La demanda creció y .loS' pro·
gramas tuvi·cron qu'/.' cambiarse
más a menudo~ porque el número
do espectadores de cadn localidad
era rc.lativamcntc elevado. Los
films de 100 y 200 metros -- dramas y comeclias "..... snstituyeron "l
las actualidades l cloeumenta]es y
escenas c;ómiens que habían IHc,
Las grandes panorámicas
dominado en el mercado americano hasta primeros de siglo. Los
cines fijos tenían ,dificultades para
amortizar el coste de las películas
que comprahan directamente a los
productores. Por esta razón em
pezaron a firmar acuerdos entre
ellos para comprar, juntos, las
misrnas películas. Para los productores estos acuerdos tenían
consecuencias peligrosas: stocks
invendibles)' pérdida del control
del mercado. Los riesgos inheren·
tes a la colocación de' la produc~
eión (por parte de los productores) y a su adquisic.ión (por parte
de los cxhibidores) impulsaron a
promover el viejo sistema de camhiüs locales por llUevas organizaeÍones de distribución. Ha nacido
una nueva rama de la industria
cinematográfica: el comercio del
film. El ,distrihuidor asume los
riesgos de adquisición del film;
el exhihidor sólo tiene que con·
tratarlo. Los productores amplían
sus mercados y ohtienen además
llna espeeic de garantía de venta,
mientras que los exhibidol'o,", l'{'sue1v·en el problema qll'e plautell
el cambio frecuente de programas.
Esta primera rcvolueión comercial y sus repercusiones en la industria condujeron al caos ck .la
profesión. Salas relativamente pequeñas (200 a 300 sitios), precios
bajos, programas hJ.'Cves~ ]?elleficio basado en el número de re··
presentaciones dial.'ias corta c1u,·
ración de los pl'ognnn<.uL ..., todo
Gonüihuyó a un fuerte aumento
w
l
de la demanda. Las "fábricas de
fíhns" las satisfacían con dificul~
tad. Las películas se realizaban
con precipitación, sin grandes
preocupaciones artísticas. La ex
trema libertad competitiva, la fal~
la de organizaciones sólidas y de
tradiciones comerciales estables
constituyen un marco excesiva~
mente déhil para lel desarrollo
pujante de la joven inclustria. El
mercado estaba en manos de los
distribuidores, mejor situados que
los otros dos sectores para controlar donandas v ofertas {~ll ev·Qlueíón. Las casas·' productoras aspiran a una orgcll1izaeión más estrecha tk la industria, a cierta rigidez que les permitiera aUlllentar
sus ingresos en perjuicio de los
distrihuidon:?s. Y 10 consiguieron.
Su triunfo, el principio de exclu"
sividad, el copyright. y la coneen··
traóón de empresas. El distribui~
dar ohtenía .el aprovechamiento
exclusivo de un fjlul determinado
para un período y un sedar determinados; su:; riesgos se reduc.ían puesto que cada film dejaba
de hacer::.'e la eompetNlda a sí
mismo. Frente a esta ventaja los
proc1ucLorcs conscguían otras de
mayal' importancia en cuanto a
la situación en el mercado: el
"copyright': significaba para ellos
la posibilidad de disminuir O-111Ú··
mer·o de copias~ subir el preeio y
controlar el rncl'cado. Como por
otro lado las relaciones entre los
in lennediario5 y jos 'Gxhihic1ol'cS
resultahan JÍlnil:l-c1f1s <l una cesión
del derecho de aprovechamiento,
w
�PROMOS ~-
el cabo de la cadena de relaciones
jurídicas ---- la propiedad -_._- quc w
daha en manos de los productores. Las cmpresas de producción
se convertían 'en parte interesada
en los ingresos del "alquiler de
peJíeulas" y por tanto en la exploulción de las mismas; aumentaha así su control sohre las operaciones ,sucesivas a la cesión al
distrihuid,o!' i:fl,
Sobre e¡.;ta plataforma de control.. las casas pl'üduetoras se deeÍden a lanzar entre 1907 y 1910, la.s
primeras tentativas mon~pO'lístieas
el-e alcance nacional. Su obj,etivo
era la concentración vertical descendente, es dceir, cl dominio de
la di.strihlleÍón e ineluso de la
exhihición. Pathé & Gaulllont con~
siguió este objetivo en el mercado
francés y ;dominó los demás mercados continentales al nivel de la
producción. El resto de los países
europe,03 orientaron sus esfuerzos
hacia el campo de la distrihución
y de la exhibición. Hay que poner
~le relieve los cambios técnicos en
los que Pathé hasó el lanzamiento
de su expansión. Como en otros
sectores económicos el período de
lanzamiento monopolístico implica un auge industrial notahle y
un :elevado ritmo {le progreso técnico, y esta implicación es segu·
ramente más cierta en el caso de
la industria cinematográfica, en
la que la novedad juega un iHlw
portante papel como movilizador
de la demanda. En 1907 Pathé
]anza películas de 600 metros. La
duración y contenido del film
cambian decisivamente. 1!:1 púhlica aoog'e calurosamenl.e el "nuevo
cine". particulannenloC ·el cincl'omaJ1e·e, la.:; películas históricas.
se.ntimentalcs y de aventuras. Por
priJlrera vez ]a interpretación co·
rría a cargo de actores de cine.
Los productores franceses realizan films de gran valor público,
asegurándose lina difusión masiva: hahían descubierto los earaeteres especiales del film-ll1crc,allcía,
La ¡J,"t'an guerl'il illlel't'utllpió ;:d
lHJSlllO
tiempo el rápido creel"
llliento de b oferta y .la demanda
y el pl'oceso de cOll¡:entl'ación in..
dustrial. PeJ:O en realidad en el
hundimiento del gran trust amr::rieano ele la segunda década, la
ÑIPPC\ intervino de manera de·,
terminante un factor ya puesto de
rdieve: 1<l competenda de- IOn in·
dependientes 'ímpidió qlH~ el tnlst
uti1izase 10,'3 métodos sobre lo~,
que hahía mOllla,do su dominio:
el aprovechamiento abusivo de
1005 films, hasta la usura total, el
'''dumping''o las prácticas poco honestas en la contratación, etc. Al
exhibidol' que intentaba contra w
tar films realizados por los independi'entes se le amenazaba con el
secucstro de los aparatos de proyección, cuyas patentes mOllOpo~
¡izaha el trust. Los programas
eran ·establecidos según esquemas
fijoB y la cesión de los derechos
d{~ explotación importaba una ta·
rifa fija, según la l1lagllitud~ la
-organización y la ubicación de
las salas de proyección. La l'eac~
ción de los independientes se hasó
en un aumento de la calidad y
en una profll1cción no estandardizada. Ellos introduj:cron en los
EE. UU. laB películas largas (siguiendo el ejemplo de los produc~
tares franceses) y el star·system,
con el que consiguieron aumentar
el valor comel'eíal de sus films.
En 1917 Ilna .se.nteneia dicta.da en
aplicación (le la Ley Schel."1llaUll
antitl'ust a c a h ó definitivamente
con la MPPC, cuya incapacidad
para satisfacer la!'; necesidades de
la demanda se hahía puesto de
relieve ya desde 1914. Los in w
depcndientes de entonces' (Fox\
Lacmmle, Goldwyn ... ) sentaron
J03 pilar-es de la aetual industria
Ilortcamcricaua\ irnponiendo su
41
dominio en el mercado mundial a
part.ir del fin de la gran guerra.
La guerra ,'3ignificó tamhién el
hu.ndimiento del monopolio francés en el mercado -europeo. Los
capitales franc{:se~ volaron hacia
las industrias bélicas. Un grupo
danés --- Nordische Film.Kompagnie --- oenpó provisionalment-e el
vacío que no hahía l}{)dido llenar
la industria alemana pOl'la misma razón que la francesa, por falta de capitales. La NFK organizó
la producción en la misma Ale.mania, hasta que en 1917 el capital han cario interior elnpezó a
intel'cs·arse 'en la industria cinematográfica. Fruto de su Hporta~
eión y del apoyo del estado y del
ejército (interesados a su vez por
las grandes posibilidades del cine
como instrumento de propagan"
da), fue la fundación de la UFA,
que pronto se convirtió en mo w
no polio horizontal )' vertical.
En 1919, sólo la UFA oponía
cierta resistencia a la invasión de
una Europa exhausta por part{~ de
los productores americanos, euyos
b-enefici-os durante la gnerra ha w
;L
Biichlin no explica POl' (Jllé
0:(\
Pl'O-
duce esta l'elati\"a sumisión de los distribuidores n los intereses de la producción
..... si fue el resultado de una prcsión iJi·
recta de los capitales de producción o de
\lila j)l'og¡'0siY¡l illenlilkal'i6Jl (1(' ¡n{(!l'\,ses
distl'¡¡Juidol'(~s ~. ]ll'o(l\wlol"l's POI' (ismosis
en tl'e 108 d08 gnlpos.
¡J(>
Teixidor
Ronda San Pedro, 16
Teléfono 221 1623
Coso especiolizodo en.'
DIBUJO INDUSTRIAL
VISiTEMOS, POR FAVOR
�1-2.__. ECONOMíA
lll~L CINE
bían crecido extraordinarianH~nle.
En este aDO el 90 (ir de las películas proyectadas en Europa eran
americanas. Hollywood nace ·~n
tonces. Lo." larg~lUetrajes se imponen dcf1l1itivalllente y revolucionan la estructura final;eiera de :la
i 11 d 11 ~ tri a cinematográfica. L,a
enorme sed de capitales d,cla illrlu::-:lrla abre a la hanca la puerta
grande del cinc.
LOS BANCOS
DESTRUYEN EL CINE
¿, A qué se debía la res-cl'va que
lo~ bancos rlemostraban hacia la
industria eincmat-ográfica'? Fundamentalmente a un hecho inseparable de esta industria: la magnitud dcl riesgo inherente a la producción. Como veremDS~ no es este
un hecho sllperado ni mucho me1l0S. Su~ consecuencias cstán presentes ,en la estructura actual d·e
la producción cinematográfica;
sin tenerlos en cuenta resultaría
imposible explicar fenómenDs tan
importHnt-es~ por -ejemplo, c-omo
la estandardización productiva
_.~ con mlis claridad: la agohiante
monotonía de las películas que
acaparan el 90 (~.; de los programas
o la importancia decisiva
de la~ subvenciones estatales en
países de bajo nivel industrial.
La demanda de films es una demanda comparativamente incierta,
irnprcvisiblc y subjetiva. El pro
ductor corre un riesgo que, en
pr-oporción al dcsemho 1::;0 necesario para inicial' el progl:'CSO pro..
ductivo, no t1'c-ne eOl11paraeÍón en
casi ningún sector inc1ustrin1.
A ello htl)' qne nñadir la -jncertidmnhre dcI proceso productivo
en sí; ,es d·ccir, no ,sólo se corre
el l']('.sgo (k no acertar los gnst-os
de la demanda, sino qu·e la producción misma,i ndcpendiente*
mente de la apreciación de. un púhbco de prefcrellciw, simnprc in"
detcrminadas, tiene bastante,s posihilidades de ser objetivamente
JY18 la e defc.ctl1osa~ téenicEl {) artís,·
tlcallH'nic. Los factores subjetivos
Juegan en la d.cmanda v ~'i"¡ la
oferta.
Pero ec:onómiclllllcnlc las consecuencia;) se pueden resumir ·en una
~30la: riesgo elevado., dificultades
(le financiación. LH üwJtación de"!
H
l'iesgu"
COlno
OI)jf~ljvoc
'::~Xp.liCH
gnll"J par!!.' de la;.) transf'onnacjo-
ncs y de lel csirnclnra de :la indlJS-
tria cinematográfica. Explica también que la aportaeÍón de capital hancario sólo 5'e rea-lizase a
condición de imponer la indus"
tria sus propios criterios eeonó.
mico:::.: la seriadizadón, la racionalización, la búsqueda de heneficios .seguros y de fórmulas cincmatográficas {le éxito prohado.
Mientras ,el nivel técnico no
permitió la adopción de tales criterios, la ha-nca mantuvo su caraete-rÍstíca reserva frente a un negocio con muchas poúhilidades V
muchos peligros, El aumento ";'{~l:
tigino.so de la d,emanda en el Fel'Íodo ,de guerra, los grandes beneficios rcalizad05~ la concentración
·en pocas manos de los medios de
pl'oducción~ el dominio de los
mercados europeos, hicieron perder el miedo a los bancos americanos. Se vencían aSÍ, al mismo
tiempo, los prejuicios que in5pi*
raha la profesión e-inemat-ogrúfiea
y el poco respeto que mereCÍa en
principio~ al quedar asiIIlilaldos~
en la mente de los hombres de finanz.as~ al mundo turhio de los
exhibido res ambulllHl{~s y {{·c la
gente de circo (4).
La intervención ha'ncaria tenía
ante sí otro muro difícil de .salvar.
No podía caer en -el olvido eI fra(:<13-0
de la 1V.lPPC.
La Lentativa de
unificación horizontal y vertical.
que tenía en cuenta tan sólo la
dieiencia económica y pr,escllldía
de los intereses de los cOl1sumic1o*
res, había tropezado con la difi.
cultad invencible ...._- y explotada
por los independienks --'.- de una
demanda variahle v c1ifíei1 de de..
tcrminar~ que exigía (lelos pro,
ductores algo así eom"Ú un proccdinücnto de "prueha y <?lTor~~
micntras que el film no daha con
la fórmula adecuada. El cine ·'norllli11izado'~ del trust había teniclo
que dejar paso al de las empresas
que mantenía'll nn contacto más
estrecho con el púh1ico y quc es_
lah,m mejor situadas para ohte"
ner una información válida sobre
las necc-i:lÍclades <l satisfacer. De
hecho, a los pocos aúos de la in8titueiÓll de los '''proc1uccrs-supcJ:vi:oors'"., o sea., (k los grupos finan··
cieros que adquirían el derech-o
a vip;ilar la mareha de .las :2rnpresas .Y que estahan encargados de
·estudiar las medidas de estandar"
dización dirigida:, <l rebajar lo~,
costes, se produjo uu estancamiento de ]¡¡ dellJalNla. No pr¡cde afir"
JlJH.l'SC
rotundamente, d·e t-oda~
manera:';. que 'f:',)dsta una relación
de eausalidad por en medio. Es
posible que el ereeímiellto de :la
oferta fuera d-emasiado rápido;
tamhién cabe la posibilidad d·e
que sc dieran en la industria ei~
nenlatográfíca 'efeclDs ¿Inticil)ados
de la gran crisis del 29. El hecho
es que en 1928 se prqdujo por primera vez una evidentc haja d,e
rendimientos. En camhio, durante
el período ·estricto de crisis, eU,l11*
do todas las industrias cerraban
su;:; pncl'las por fa1tll de demanda
y de cródltos, la cinemat.ográfica
evolucionó en sentido inverso. La
tend-cneia hacia mayores invcrsion
llC:'; en producción y exhihieión
no decayó en absoluto. La conccn~
t.ración se ac~mtuaha. ¿ Por qué?
Lt crisis hcncficiaha indirccta~
lllent~~ a la industria CiIWllH1tográ*
[ica; las capas mús pohrcs de la
pohlación ihan al cinc, en husea
de -evasión. La (h~mandH se nHIIlluvo, La industria cinematográfica se c-onvhLió en la industriarefugio. La lueh<l pllra conseguir
posieioncs de pode!' se intensifi·
CÓ~ alcanzando el paroxismo en
1929. En lo" años siguientes los
grandes hancos ahsorhían <1 los
últimos productores indepcndien~
tes. Quedahan en pi:c los siete
geandes: Fox, \Xíal'Jwr Bro.s.~ Paramonl, Universal Pietllrcs, Uní··
lcd Al'tiS'ts l 1"irst National y JVle.·
tl'O-Goldwyu-M.ayer. Sólo· cllo~~
ínt¡lllHlll'l~'llle ligado:,; al
eapit:d
hancario y en gran parle hajo GU
dominio~ podían pagar a los "'di_
vos'" y ascgUl"'U' el valor cDluercial
de to~ films. La producción conti*
nua compensaha las diferencias
de rendimjül1to entr,!' Lu~ (livcrsas
pelíeulas. Las ventajas (le tal sistcma pl'oduetivo y el alto nivc1 (le
capital que requiere imposihilitaron la competencia a este monopolio de hceho.
LA INDUSTRIA ELECTRICA y LAS PATENTES
La aparición dd son,oro 110 se
debió al desarrollo progresivo de
empresas ,en auge ni fue un acontecimiento de aceptación unáró,·
me (~ inmediata. Al contrario, Ia,~)
primeras pruebas las realizó \"VarDCl' Bros,) para evitar el .éJesaslr·e
financiero. Ya en 1925 el perf.rc,1.
¡,,,,
ilUl~¡ lIJW \:up,..,!i(JJj ';ut"Í,¡j(j ..
'(JI' j'!lV(;Sligllr ¡\ j'ondo·. Lo;; .j)j().
yill!' !'l'lll\ l'l'[UlS[Uf:[lt< de tOllo tipo
(le, ¡))"Of(':';lOl](,", ¡~iI ln~; ¡¡Uf' 1Jnl>ínn [1'n1,1{>
flu\·
imjlo:;iI)le
i~('l"1):;
mH,S
rlrl
e,
IlH'llOS
1"orlnnfl.
�eionanüento de la eleetrónica había permitido solucionar el prohlellHl de ]a sincronizaeión imagen"sonido. Pera los productores
se mo:-::trnball remisos al cambio.
Sólo en 1927 se decidieron a aceptaJ'lo\ ('~uando ('.1 público dceTetó
su gran éxito
"Jazz singer'\ '"Xl.
B.
De ahl arranca la lucha por
Jas patentes eléctricas, que eons·
tiluye el (1:s1leclo más -visible de
la revolución técnica del sonoro,
Las patentps y con ·dJas la industria eléctrica se convierten en ár"
bitro de la situación., ahsol'hicn·
do sectores hasla entonces dispersos: trJéfono, gl'amófono, discos,
radio y cinc. Cientos eloe patentes
inv;~dnn el mercado ... en m;ulOS
de dos sociedades, la Ameóc-an
Tel{~phonc and
1'clegraph c.o.
(siSlclJW,;"Vitaphane\' y '~Movie-·
tone") ~ la General Electric Ca.
(Clne ('olllrola el sistema ';1.photophone~· <l I rav(;s de la l{CA). _Ante
el empuje inicia] (le la \\1e8te1'n
Electri('
ll-:'Ilffllctuaria de ]a.5
potentes di' 1;1 ,\'I'T Co.----, la IiCA
r·eacejon;1 ;lIl,~()rhicndo UIla pro·
ductora indl'll1'lldiente y 1m cir·
cuito ele 1'\:llillif'ión, el l(·eíth 01'pheul11: ll<\('(' lll1 lluevo trust, ]a
Hadio Kei 111 Cn. I_RROl y con·
quista
po...;il'il)lll·.-.; l'ápidmne.ntc\
vendiendo 01 \\;1 rlllT,. Fax, GOhHll"
hia y a p;lrk dI' la Ünitf:d .A.rtists,
W'estern y lU:\ facilitaban la adquisición 'dl' aparatos e inHalaciones a pl'Odll("l()I"'~; )' ·?xhihidol'cS
mediante I~n·'d¡l()..; a largo pbzo )'
vcntH8 a plazo,.; u venta.'i"a1qniler.
Apar,ccen 1;1"; ;¡ficinas ele cródiw
y el mCl'C;¡IJo ..;(~ organiza sagúll Ja:~
llIWVi:lS cxigl'lleias. Productores y
exhibido re."; ljll'cdan hajo ·el dOl11i·
njo (k, los propietario:,; de la.s pa·
tentes y el contrato enlre unos y
otros confiere n éstos un rango
lllonopolistico.
Con la aparición deJ s,onoro eJ
control de la industria i;e perdió
<1efinjtivalnent"e para las Gmpl'c~;a~.
pnramente einematog;ráficas y ;3t'
concentró pal'ü sicmpr,c en manos
{le }n aran hanea v de la indw;"
tria elf~1:l'icn. E.sti'l ~íltilnH por mof'dio de la" pa¡cnf(~s.l)o,dí¡¡ dOilli·
nar loe101'\ los pl"t)('I~:';O:'; de produc,
ción y de rcpwdll(:("i/n], llli,~Il¡r;ls
los har.:_'iu~·:ros, prüpicl;lf·io:" dI' 1<1:'
acciones de los trusts einclllollognl,"
rieos: odentah(l1J 51..1 <lctividad.
Conviene l'ccord¡:l]' que, adenlóse
taulo las induSll'il1s c]éCiricf\::\ ·:·U"
lUO 10:3 grupo:', hancario.s iD!e' ,.~.¡¡,
do~_; en la CÚJCJ.llilLogrr-d':iao dcpcn .
cJÚHJ 'nl n/ayo]' () menor grnc!o de
los dos colosos de la economía
norteamericana v mundial: M~or..
gan ~r RoekcfeÜcr. Se negó por
tanto a una situaeión de eompe¡eneja limitada, Se tendió a '?;s!:::lhlcccr un equilihrio entr,c las -3
~r<-lndes pl'odnelOl'<l>', (las 7 ,,j'c anle;;:. 111"::; CohHuhia) y las casas de
dj.strj]Hi(~ión v circuitos de ':;xhigición (fu'e Jos colosos dOmÜl(l~
han. Y aUll ante.', de r,edond·ear la
organización y el reparto del mercado americano ¡-os propietarios
de las patentes clnpez,n'on a invadir 10s mercados cxtranjeros~ me·
diant0 filiales de b \Vestern y Ja
HeA (por ejemplo ]a \Vest-ern
EJcc;tric of Spainl.
1'111 ,,11<> IHd'l~ Ll llla[.!;ni.
lo" 1':>~,I,' !jll" I i('l]l' lf\W
ilfn)1l1ill
(·1 1'llH!ll('I¡,i '\ ('llnll)h~
nH:lllariil11ll"Il\,' Ll 1'1';' HHI a !JIU'
le SOIllf'!l'n 10< d,'k!!ln!'I" <1,,1 I'(l"
pital fill,ll)('i{'l'(J~ 1,' nL1il-':illl <l ;I,~('
gurarsc la I'\plll\;wioll d,· ';11'; ¡'illll,~
en 'id extranjeru. 1,1)'; 1l1l'1'l',ldo,~
nacionale~ {pl/·dan (·!lllll~. 110 !~«
rantÍzan una <llllorlil'.dl'IOll j'0l1l:1
la que exigen lo .:; (~ap¡I;t1¡'.; itlVI'l'lidos. Sin exporlnciúll. b l' .. .;lrlWtura de la pl'oehl(~í'ióll Cilll~tll;\lo
gráfica, en los paíscs ('ll que ha
alcanzado un desarrollo í'kvadn
lEE. VO. y occjd'cntc europeo) (lO
sería ta] como es; carecería de la
sufiáente capacidad de heneficio
Ull 1:1<10
lnl!
d~,
Espana: Costos más bajos
Una \'87, más se repetía el proceso (le concentración indu.striaI
:'u llHUlOi; de los propietarios de
las paten!Ts. P,ero esta vez ;lese;l·
la mundial. Se trataba de Jainlnl'nacionalización del pl'oced ¡ tllie!11 n
que en los inicios del c¡nl' Iw-hía
permitido a E'fhso'¡), Biograph )
Vilagraphfet1 EE" 11[\,1"
P¡llh¡',.'\'
Gaumont 1('11 FrallCi;¡) ~ i\li'-""lcr
len A,Icul<llliu I dUlllillar ."u:" 1"(';;¡WC!iV{H
Illl'I·(';I(!(I.-<
c¡¡;¡lldo 1,1
rl'!J;Il'l(J
,fe
In:'
II'ní;l
dI'
1l(1(·i(JllaJ{'~.
Ldl1'¡CilCióll
iljJ'fl';¡lo..; {·ijh'l1l<l!ogrúf-¡c().;;;
l"l"OII('lIlli('<lllll'llll'
lll<l\'or
jUl"
pUf'i,lllCi;¡ que 1'1 dc Ia.s p-cJíe-u1as
¡ ll1 P J'i'S; ()lJil da:'i.
Aquí entra en juego un lluevo
factül'; b exportación. El film (>:'.;
un pJ"úducl.O ide¡¡] para la :~'xjJoJ'ta'
ció]). Poco volumen, poco peso,
f~iejJ
rcproducción v consumo
práclieam8nte, universal. Esto por
~' !JO COl1Llría con
(·{'~'ll·io,.;
los (,ilpilillc:-i llepara la prodllcciúll conlj·
tltla )' ¡óg<ln li'. P-i'líclda:'i ('01l10 las
¡JI' 1<1 serie {¡¡hll(:[{. de TTollywood
:-i(~ habrían l'e,t!i:.-;,¡rlo "in un
llH'l'cildo ahierto v ::;eguro COlllO
!lO
,:,1
clu'opeo\ COlllO
el 'i'SI~¡]ílül,
I'llya
ofcrla i'lllCriol' l'ci'm!la ill;';ltf¡l~icll·
le. 'roclo esto explica la illll~l1:-ii..
dad que ha r·c\''Cstido SiCJlljH{' la
lucha por el mercado 11l1l11di'Il.
La prodneóón amCl'lC<lII<l ha
triunfndo en ella <l lravI;::; de Inil
episodios que eomicn7,¡)11 C011 la
invasión aplastante de la pl'illH'ra
post-gtH?rra. Pero el .epís,odio llIÚ:',
violento corresponde a ln guerrll
de la,:;: patentes. Por metlio di'
('Jla~i 10:3 gigantes ele Llillt!ll.'\1 I'i;¡
norlcamcl'icana ín!t'fli:,I.(()ll
consünü'l'ron en 0rnu lllCdid,1
contr~Jal" las 1re::; ~'anJ(t.~ d;, b ¡II
dustl'ifl: producción. dif',lriIJIlC¡('\ll
�y exhibición. Sólo la empresa eléctrica Tohis~ alemalHl l lnecliant'f:- un
acuerdo con la BriLish Talking
Pieturcs Cop, y el estahlcc.imicn'~
jo de U¡Hl red de filiales en Europa~ ,~ignifieilJ);¡ una eonlpctencia
en el vi,ejo mundo. La Tohis creó
é;ns propios grnpos de producción
distrihució!l; todas las demás
iHoduetoras ¡ aparte de algtLnas
mu) hu'l'u's, como la UFA) te··
¡lían qlH~ sDlicitar fiU autorización
antef\ de empezar a filmar.
Los Hmcric.¡¡nos~ seguros el'e {;liminar larde o pronto la competencia ah~J1l¡-nl¡¡~ preconizaban In
concurrencia lilllC{~ en el mercado
llHuHlial, mientn!s la 1'ohis pedía
Lt ;división y o::J reparto. Contaba
para ello con nn argumento deciúvo: eI cierre de las fronteras eolllcrcia1L's" como lHedida extrema
en caS'O d·e no-entente~ significaha
el caos para unos y otros. Los
amel'icanot' acaharon por ceder y
el l'cpnl'to se llevó a caho. La 1'0his s·e quedó con el mercado cen
tro,{;uropco ;\X/ C5ter11 y RCA re"
tenían 'el mercado americano~ ¿I
ruso y las posesiones inglesas. In
glatcna era -objeto ele una xegula"
ción csp,ccial: un período provisional de cuatro años de divÍ:':,'jón
ele ingresos y luego el mercado
abierto. Sólo la posihilidad de
realizar una producción específien en lengua indígena permitió 11
los pequeños paises mantener cier"
to vohllncn de producción nacional; pel'-ü aun así tenían
y tienen _... qn·e vérseJas con la compev
v
lenda de las producciones norteamericanas en versión doblada o
con suhtítulos.
EN RESUMEN
1. El cinc ha -f:scapado del {~onH
trol de los cineastas. tAlnecesiclad
creciente eh> capilalüs~ el. riesgo de
la producción., 10.8 cxig,cl)cia~ de
rápida amortización, lo han {leja"
do en manos de la banca y de la
induH l'i" eléctrica.
2. Li! eompetencia libre no
existe en el mCl'cad-o, Las gl'andüs
produdoras americanas dominan
rlirecta {) indireetamcl1te todo el
proceso industriaL ,desde la dis"
lrilmeión (le aparatos de sincro"
nización illlagen.-sonido hasta ¿dM
gunos i:ic.etorcs de la {;xhibición.
3. Este dominio en dos sentidos
industrial el de la financiación
sobre d reslo del pl'oc·eso~ .geográ"
fico el d'e los Hl'ncricanos sobro
el resto del lll·ereHit1o llmndialse traduce {:11 una evidente estre"
chez dd marco de la d·cmanda.
.~.-
4,. Existe. una espeeie d.e ideo"
10gÍ<-l de los trust. Sus rCJ:H.(~sen
t.anlC3 son 10.s ei.;pcel<ldor'(·~s con-
descendientes que- defienden glohallllcnt,c la prOd_l..lceión medi·ocr<c
m·gu)'cndo la apruición intenl1i·
l'ente de películas buenas, Como
la calidad no es rentahle según los
Los actores y actrices
criterios de r1'lüahilidad dd ca"
pital hancario~ es necesario que
algunas películas huenas pero d~
ficitarias hagan pasar el grueso de
la producción defectuosa pero dD
éxito garant.izado.
5. Esto es posible porque:
a) siendo el film al misnH> tiempo
una mercancía y una creación in"
telectual~ el cri terio de valor económico y el criterio de valor artístico l:W coinciden. Dicho de
otra lllanera~_ valor de camhio y
valor de uso no coinciden; y no
sólo eso: 'en la mayoría de loS" casos se oponen; 1;) la demanda
está poco cualificada. No tiene
criterios propios. Sus juicios coinciden a veces con las previsiones
cOHvercia les y rara vez con las ar
tisl,ieas,
H
ú. Eludir el riesgo implica reducir el componente intelectual
cle1 film como proclucto~ significa
dotarlo ele las características camercial·es del producto industrial
financiado por d capital hancario: racionali:w.cíón y estandardización.
\
fOD~
"'i"".''''''''~
7. La exportación es ahsolutamente nccesaria para elmanteni"
miento (l,el alto nivcl (le capital
de la producción continuR. El
film t'S~ paralelamente un producto de con51uno masiv-o l universal.,
fácil y harato.
Quedan muchos velos por descorrer. Para algunos ·economistas
"la industria de haüer pc1ícu1as~\
constitu.ye .Y ~:cgl'lirá siendo HlW
pcsadill'l. l)-cs!;:rncindalllcntc l ello::;.
COHIO
lo:" eri'l i ,;0;;; profesionales.
n'o pu·eclen -i r ll"anC¡l~i1(lS n] cine.
�
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Title
A name given to the resource
02. Activitat professional
Type
The nature or genre of the resource
Sèrie
Description
An account of the resource
Documentació emanada de l'exercici professional de Pasqual Maragall.
- Gabinet Tècnic de Programació de l'Ajuntament de Barcelona (febrer 1965-1968, funcionari 1968-1979) : com a economista.
- Servei d'estudis del Banc Urquijo (1965-1968).
- Aula Barcelona (setembre 1997 - març 1999): funda i presideix Aula Barcelona com a centre de gestió del coneixement per a l'administració de les ciutats. És un espai comú de reflexió entre universitat, empresa i administració en relació amb la ciutat i el seu passat, present i futur.
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Identifier
An unambiguous reference to the resource within a given context
1612
Title
A name given to the resource
La economia del cine
Description
An account of the resource
n. 21, p. 38-44
Source
A related resource from which the described resource is derived
Promos
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Textual
Subject
The topic of the resource
Economia
Cinema
Language
A language of the resource
Castellà
Type
The nature or genre of the resource
Article
Abstract
A summary of the resource.
Publicat al número 21 de la revista Promos.
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Maragall, Pasqual, 1941-
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1963-11-01
EAD Archive
The Encoded Archival Description is a common standard used to describe collections of small pieces and to create hierarchical and structured finding aids.
Level
The hierarchical level of the materials being described by the element (may be other level too).
Document
Articles
-
https://arxiupmaragall.catalunyaeuropa.net/files/original/8/647/Promos_19640115_n22_SocialismoAleman_PM_JGD.pdf
10c507bf4138c3eda3e457037326d6c9
PDF Text
Text
SOCIALISMO ALEMAN: 100 ANOS
En este número:
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Barcelona
enero 1964
«El proletariado alemán, totalmente atomizado, sin
Número
11
con~
ciencia de clase, y gozando por vez primera de un nivel
de vida respetable. se siente a gusto dentro del neocapi·
talismo,})
Vea sumario en la página tres
~
�EDITORIAL
INFORMACION
SUMARIO
Mantener la línea intelectual e
informativa de una revista obliga
a sus reda<;tores a una continruf,
EDITORIAL
pág.
3
»
S
»
9
»
11
LAS COMUNIDADES EUROPEAS. por Jaume Soler ,
»
12
NOTICIAS.
»
18
Economía catalana:
EL
RIPOLLES,
Giral .
por Eugeni
NOTICIAS . .
Economia española:
NOTICIAS . . . .
Economía internacional:
_ ..•.
Hombres e Ideas:
SOCIALISMO ALEMAN: 100
AJ\JOS, por Pascual Mara~
gal! y José Garcfa~Durán. .
»
23
»
35
»
45
Tema:
VALORAClON DE LA PUBLICIDAD, por AntoniJ
Pérez. . .
Crítica de libros
LA REPUBLlCA MODERNA
de P. Mendes France.
.
.
atención. De hecho hasta detrás
de la más insignificante noticia
de actualidad se esconde un juicio de valor que puede ser inter.
pretado de mu.y diversas maneras. Detrás de un artículo de Ion.
do hay muchas veces infinidad de
criterios que pueden ser explicitados más o menos. Es decir. el
trabajo de la redacción ha de ser
no incurrir en desviaciones en el
camino que nos trazamos al ini.
ciar esta segunda etapa, camino
que ha de ser recorrido con la ma·
yor profundidad posible.
Pero esto es sólo una parte de
la tarea. La Revista no se confec.
ciona para un grupo cerrado. La
Revista ha de afrontar con UU(t
periodicidad determinada el jui~
cio de los lectores. Y son ellos los
que a la larga han de determinar
hasta qué punto las metas que nos
propusimos se van consiguiendo,
y sobre todo han de dar su apoyo,
o negarlo en su caso, a la línea
en sí.
Una revista que no consiga en
un plazo más o menos largo hacer
recíproco el circuito Revfst~lec~
tores, es decir crear una contr(l~
corriente Lectores-revista, es a la
larga una revista a medias, pues
no utiliza una posibilidad de diá·
logo individual que en circunstancias normales tiene que ser útil
para las dos partes.
El apoyo que representa para
la redacción este circuito cerrado
de ideas es notable. Por una parte
se logra un indicio de interesar al
público. Por otra se posibilita
contar con bases objetivas sobre
el juicio de los lectores. A 1 fin y
al cabo vender una revista es como
vender cualquier otro producto:
hay que encontrarle un mercado
y adaptarse a las exigencias de
éste, no de forma pasiva sino in,..
tentando modelarlas hacia deter-
minadas actitudes o preferencias.
Para esto lo primero que interesa
es conocer las reacciones del comprador al hacerse con el producto.
Desde el inicio de la segunda
etapa de la Revista se han recibido algunas cartas, pero no las suficientes como para iniciar una
sección especial para publicarlas.
A pesar de no ser aún posible su
publicidad, sí han sido útiles para
modificar algunos aspectos de
nuestra idea inicial, sobre todo en
lo que se refiere a la presentación.
Si este primer contacto con el lector ha sido fructífero, estamos seguros que cualquier generalizll~
ción ha de serlo aun más. En este
sentido eremos que serí(t intere~
santísimo que los lectores decidieran aportar así su colaboracíón
al mantenimiento de la línea intelectual de la revista no dejando
que el grupo de redactores re(dicen solos una tarea que lo primero que necesita es un contacto dírecto e intenso con nnas realidades que muchos de nuestros Ic('tores, por circunstancias prole.fjio~
nales O personales, tien(,tL.
�-------------------_.
SOCIALISMO ALEMAN:
100 AÑOS
por Pascual Maragall
LOS ORIGENES
( 1800-1863)
'~A principios del siglo XIX Alc~
Inania era una nación socialmente retrasada en dos centurias res~
peeto de Inglaterra y Franeia, y
empohrecida por la guerra de los
Treinta AHos. La población Hgra·
ría representaba las tres cuartas
partes del total de hahitantes·; y
el gremio, aunque en franco declive, seguía siendo la institución
social dominante". Hahía una pu·
jante industria textil en Sajonia.
De ]807 a 1815 (tras la invasión
napoleónica) se daha libertad a
los campesinos
abolición de la
s<~rvidnmhre "", se proclamaha la
igualdad de derechos ele judíos y
católicos, se estahlecía la libertad
industri,l1, También se eoncedían
refonnas políticas aunque "las
dases semifeudales reprimían el
rnovimicnto republicano", La ver~
dadera revolución industrial dehe
situarse en Alemania., su primera
fnse, de 1830 a 1840: en 1834 se
eonstituyó la Federación Adl.lanew
l'll AlenuuUl, en 1835 empieza a
funeioll,ll' h primera línea de ferrocanil (Nurell1berg~Fiirth)'; en
184,7 se inauguraban en Renania
los primerús hornos de coque.
Iha ap,u'eciendo el proletariado~ y
en 1839 se promulgaba la prhne"
ea 1cy para su pl'otecóón, aunque
se cumpJióIHllY poco: ~~sc prohi"
hía el empleo en lninas y molinos
de mineral de los niño~ rnenOT0S
de :nueve años; los muchachos que
-no hubieran cumplido los dieón
sé:L,:, nfíos haTÍan una jOl'nada~ todo
lo más de diez horas 1l , En 1848~
el afio de las revueltas francesas~,
01 (1(: la caída de :&r,ette:tlúch~ tras
.la r{~ce~\¡ón de 1847, se producía
]a xcvolnció'il o que si lograha 1.11.2"
lHura:c un pai"Lnnento y un gohier-,
n,,) hurl,(IJ(~:~ (Carnphansen y Han·,
j
pronto cedió anle los
nülitarC's (cond~ de Branclchurgo
y Mantellffel). 1850-1860 es otra
década de fuerte industl'ia1izadón: aparecen las grandes zonas
induslriales de SiJesia y cI RuIn,
las primeras concentraciones, de
empresas; la alt¿¡ burguesía tiene
representantes conoeidísimos: ('1
ministro von I-Icydt, Mevissen o
SClllann) ,_
Karl Marx
.Ffanscmann, Krupp, Borsig". Se
cll1piezan a especificar organizaeiúnes políticas: el partido con··
servador, r·eprcsentante de Jos inteJ:ese.s de ]0.'3 terratenientes; e]
b:óeral, de :la gnm burgnesía indu,strial\ el progresista, d·e la e1ase
Inedia y peqllcfia hurguesía; eJ
caló!t:co de hase social diversa.
Entl'G todo ese sistema ele presiones iha a moverse el hábil Bismal'ck (1862) '; representante del
nliJitm'ismo prusLmo y de 105 de ..
s·eos expansio~:dstas del cap:ita1i.'3mo alenlán, Ji>n ese mareo iha a
na(;(->t\ iudependizá:ndose dcIparlido progresista, e:l ])arti.do soda
h
y José García-Durán
lista alemán~ recogiendo la tradición de las asociaciones obreras
disueltas en 1854· y de los pensa~
dores socialistas.
¿ Cuáles eran esas asociaciones
obrcra!:;? ¿, Qué era el socialismo
a lcmán en la época de Marx: hasta la creaeión del partido socia.
Jista en 1863?
\VElTLING 11808.1871) un sas·
tre 1 de Magdebl1rgo, que conoció
a los socialistas utópicos franceses
y expuso un pensamiento semejante al del ruSO Tchernyehefski
atisbando la dialéctica materialista, fue el primer socialista alemán
conocid"O. Fundó en Suiza la ':Li~
ga de los justicieros~~ (Bund del'
Gel'ec!Lten) y 1<1 revista "'La nueva gelH~raeión '1 (Die junge Generalion) ~ y publicó varios libros
explicando .los deseos de los eamlmisl.as ("Las garantías de la
Armonía:y la Libert((d~\ y "La Hu"
manülad corno es y cómo debiera
8e r ") y folletos. Trabajan con él,
Augusto Bccker, tamhién corresponsal del HRheinische ZcittllH!:;~
de :Marx, Alhrecht- llamado ..'¡,J
profeta" - y Sehastián Sei1cJ.'.
En 1842 ~mos hurgueses de Colonia fundahan el "RheúU:sdll~
Zeitung~' (1842-.1.84.3)~. creado par'a
contrarrestar la influencia de la
prensa conservadora, CA HLOS
.MAHX sería su direetor~ y en ese
puesto tomó contacto con la::; id('a:",
socialistas "1'1'1 masa lrahajadol'<l
qn·e se asfixiaha {~n la." f:íhric'l.'; n'"
nanW3; los li.beJ'aJ(~s <lv(lll~;lIl(),~ se
asomaban con avi.lez IOlln:, l.),;
dias él 1as cohlnllNI~: del !!l'ri()¡J¡.
co~'; lVJarx {fui.<;o qll(' In pudic,.wti
entender los Ohl'(,l"Oii. l':n Ig¡:~ _;"
prohibía su puldicil('i/lll . .\ POI 'o
después :rv[arx .';(' c,\:p;l¡ri;l!¡,l: ('0
naCÍa en Pm'is y L(Hldr{',:. :1 11)·; ,;().
c:iaIistas francc~;(".'" y 1<111.''-1'1.: v ~'~il'
pezaha su v¡(b de j¡¡1l'I"I'!Il:¡j
co-.nsph''fldor
¡1l¡(Tn;l(·¡1m~l¡.
V(lIV,~1'J¡l. ;1 /\]¡'j¡~inli:¡
pOi'
tii!
('jl'l
�21
SOClALIS;UO ALEtl1t\N
y el ''"Sistema de derechos aclquin:en que se. nota la influencia
de !'-ll amigo Rodbertus partidario
de nna especie d·e socialismo de
Estadl). Gran parte de su vida la
dedic/l a la defensa en 36 vista.,;
de la C(lusa sobre sus derechos d{~
propiedad) cuidado d{'. sus hijo;:;.
de la cOl:Hh.s-a de Hatzfeld., abandonada pül' su esposo ~."" .. aristócrata alemán·Al fin se ganó el
pleito y la condesa dedicó gran
parte de Sll fortuna a financiar al
naciente partido. Sus prilneros 01'~anizadores, el cigarrero Fritzchc o
el zapatero V 3.hltcich, Dammer,
habían escrito a Lassal1e (entonces
famosísim-o por su comentario a]
"Ma.nifiesto c0ll1unis{;(ll1 en que
''"delineaba UH prograllla obrero
socialista cOlllpll)to'l) para qw~
aceptase la dil'.." cción del gl'llpO.
ElIde mayo de 1863 aparecía la
carta ahierta de Lnssallc '-'-{~n (1I1(~
dedal'aha que los ohreros dehían
lomar pade en la polític:.l con independencia del partido progresísta'\ y afirmaha que el m-ovimiento obrero debía '--recabar del
Estado ayuda cconómiea en forma de suhvenciones". El 23 de
mayo de 1863 6e fundaba, tras
asam.hleas olneras realizadas por
toda Alemania., la '-Asociación
General de 'l'rahajadores Alemado~'\
Friedrich Engels
lo t ¡,empo tm 1848, para C'-o1abo~
ral' eH la revolución; fuc muan·
('e~, cuando apareció el "Nene
Hhl'inisc!ze Zei.tung"
(184,8·49),
qlle fue Utlil llamada al socialismo
('ntr(~ las masas revolucionarias.
Sin cmhargo, pese a las famosas
hll{'.lgas d(~ kj<:;dores de Silesia en
¡8.-:1/L no puede hahlarse d{'. tll1
mOVImiento propiamente 'Ohn~ro y
ol'~'nnizad(). Los obreros luchan
ju;~to a los progresistas. Stephan
Bom. UlH) de los colahorad'Ores
del ".Selle Hhdnische", creó en
Ult8 la "Fraternidad obrera"
lA rlwiter'verbrüderung) , quc llegó a los 10.000 miembros y organizó Gn 184·8 el primer cOl;grcso
ohn'ro de Alemania. El mismo
ailo lo:;. tipógrafos de RCl'lín organizan Hna huelga que oh tiene au·
mentos de salarios del 25 %; tamhién se crea el prhner sindicato
I1¿tcional, la "Federa.cíón IVacional
de lmpresores~'. Pero, ~-después
del colapso del movimiento revo1ucional'.lo de 1848 no huho duran ..
le <-dgún tiempo posibilidad algu·
Ha de un movimiento socialista
activo:, no había escüscz de filó"
so:fos; poro [¡penas existia 1111 nlOvimic:nto organizado de la clase
Ohl'CTH con el que huhiesen podi"
do reJacionm:sc en easo de desea-l'lo)'.
FEIUJINAND LASSALLE (1825Jg64) \ rm judío de Bl'eslau\ iha a
ser el prindpal creador del pard.·
de' ohrero Dle:mfi~o. De L-nn:Uia ric;),
e~tndió derecho y pro.uto apm:e~
eia en los grupos hegelianos, escri·,
hi<:~ndü sn ó'fleráclilo el Oscllro\:
(Allgemeine Deulsche Arbei·
ler'verein) , con Lassalle como pr('~
5id-ente pür cinco ail0s.
Su pensamiento, expuesto tnn
sólo en disClll'i30S y foUetoo ---" nun~
ca empezó el libro de economía
política que siempre prometía .__._\
difería l'llucho d·el de i\Lux, aunqn-e éste le luvo mucha simpatía
al principio. Si criticaha las cooperativas
de
Schulze~Delitzsch
IJ'0rque ~·nada podía hacer que
afcctase a la ,explotación general
(le la clase obr8ra?\, su ~(,ley de
bronce de lo~ '3a1arios~\ se apoyaba
sohre lodo en teorías sobre la po·
hlación y croja que la lucha sindical tampOlo podia conseguir
mcj'Oras para los ohreros, puntos
alU.hos -en que 1\-1 Hl'X no estaba de
aen.erdo. Ademá3 su visión del de··
rocho, quc~ daha gran importancia
al '''Volksgcist,'" (alma del puehlo).,
y su co'ncepto hegeliano del
'~Staatsreüht'; le impedían ver al
Estado como un instrumento de
c1ase: "si los lraba'jadol'es conse·
guían obtencr el de~recho al volo.,
podrían. s,in dificl'dtad convertir <:d
.Estado en uu iustrnHlButo pnl'n
SllS {'¡iJes~:, Su oposici6:n H los n:.~ovj
H.lientos hurgneses que no p-odíal1
llÜS
ver la aSOCIaClOll obr(~ra y que te~
mían cualquier intervención del
Estado) le hizo entrar en el juego
de Bismarelc, parece qw~ negando a ("¡omin en consideración la
posibilidad de una alianza entre
la monarquía prusiana y los ohre·
rüs contra la burguesía", F'uü Bi~
marck quk~n aeeedió al sufragi-o
para todos los varon{'~ con tal de
pod·er oponerse a las demandas
del partido progresista. "Bin duda,
el zorro prus·iano despertó en el
romántico e incauto Lassal1e ilusiones exeesi\'as"~, Pero LassaIIe
moría muy joven, a los 39 auos,
en un dudo con un joven junker
al que una amada Sftya hahía preferido.
LA FORMACION DEL
PARTIDO. LA ILEGALIDAD (1863-91)
"Bismal'ck engaña a todos. Para
defenderse de Jos progresistas se
apoyarú en los conservad'Orcs y
entrará en tratos con los obrero;.
Desarmará a los eatólicos con el
I.Hlxí liD de los liberales. Obtendrá
la cohhoración de los católicoscontra los ohreros y los 1ihcrales~'.
l1
F. Lassalle
Su labor fue llevar addante los
intereses de los [~randes industriales y terratenien.. .tc(.;. Los pr.hneros
interesados en la unificación ale ..
malHt~ en la ex.pansióu, en frenar
n los socialistas; los segundos en
los ú.l.t:imo$ pU.UI'08. La prinlera l¡"¡rea del c<t'fJ.ciller :f-rw convene-er ¡¡
la corte prusiana del interés de .\;1
unidad nlemana. Una h"üalln. 1<0·
niggditz (1866); al dar ti r';'lF¡;¡
�PItOMOS-- 25
la victoria sohre A.ustria en la
guerra para dirimir el conflicto
de Sehlcswig~Holstein" eliminaba
d principal ohstáculo a esa uni~
dad, Se constituyó entonces la Federación de. los' Estados del 1101'"
te~ y los del .'Sur (Bavicl'a\ 'ViiI.'"
temhcrg, Baden) aceptaban una
alianza defensiva con Prusia. Las
dceeiones para el Parlamento
constituyente del norte dieron siele pnestos a los representantes de
los tr0s partidos socialistas del
mornento. Estos se iban a encon"
trar muy pronto ante el dilema
de la guerra franco-prusiana
0870). El triunfo alemán llevaba
a la constitución del Reich con el
título de Káiser para Guillerlllo 1,
y la anexión de Alsaeia y Lorcna.
Este éxito llevaha a una nueva década de dcsarl'OIIo importante
hajo un cierto proteccionÍ8mo e
importantes gastos militares; "los
artículos que fabricaha la indus"
tria alemana invadían los mercados lllundiales\ se acre di tahan y
triunfaban". La principal barrera
para la p'Olítica militar del canci w
ller iban a ser precisamente los
socialistas, y de ahí su lucha por
conseguir las leyes de excepción
<:ontra el grupo (1879).
LassalIc había designado su su"
(' (' s o r BERNHARD BECKEH
(lg26~J882), pero éste ehoeó tanto
con la condesa yon Hatzfeld que
quería dirigir el partido, como
con sus compañeros que no esta"
han displwstos a permitirle eI empleo de los métodos- autocráticos
de Lassalle. Al destituirle de la
jefatura cid partido, se retiró del
mismo, JOHANN B, VON SCHWEITZER (1833-1875) fue elegido con algunas reticencias por sus
antecedentes aristócratas y católi(''OS y su inmoralid,ad\ pero didgi~
ría el partido hasta 1871. Sin el11~
hurgo, la unidad estaha resquebrajada: la condesa de Hatzfelcl
se elio de baja con algunos parti"
darios lassalli.anos y creo Un grrl"
po independiente que duró poco;
por otro lad'o, un nuevo centro de
interés iba a centrarse en 'WIL~
HEL.(\;[
LIEBKNECHT
(18261900) Y AUGUST BEBEL (18401913). El primero había vuelto a
Alem~rnia en 1862 easi eomo en"
viado de Marx para oponerse H
LassalIe, había entrado en contacto con Behel, que por en1'oncos
era un joven :liheral progresísta
de LIS "Sociedades de educa.ción
oh"era.~\ y tl'as convencerle; nadó
d.e la 'GSoc-icdad"~' Iocal el c'J?¡¡rtido
enemigo, con sn papel creciente
en el parlamento (en 1877, 12 diw
putados), de los presupuestos miw
litares de Bismarck. En 1878,
aproveeha'lldo dos atentados en
Berlín contra el Kái.ser, el canci·
ller acusaba a los socialistas y COllM
seguía por fin en el parlamento
las leyes de excepción que ponían
al partido y sus publicaciones fue~
1'3 de la ley. El (,(,Social-den1ócl'a
t:a.'\ órgauú del partido, pasaba a
ser una revista clandestina y el
grupo se radicalizaba y se dejaha
A. Bebel
de resahios lassallianos; además
no perdía importancia, en Ias elecciones de 1884, cons,eguía 24 pues w
tos; Bis'l1larck tenía que conceder
Popnlar Sajón" (Siichsiche Vol1~s~
algunas leyes sociales.
partei) , que recogiendo a ]a iz w
Al morir Guillermo 1 (1888),
quiel'da del grupD de Schweitzcl'
tomó el poder del Reieh Guillerconstituiría el "Partido socialista
mo II, partidario de ganarse al
obrero" (8oziali-stisc1w Arbeiterpartei) en el congreso de Eiscnach proletariado sin los socialistaS', la
suerte de Bismarck y sus leyes de
(1869). En las elceeioncs de 1867,
excepción
estaba echada: en 1890
cuatro de los siete diputados sose- derogahan; el nuevo Káiser
cialistas eran del partido sajón.
convocaba la Conferencia InterAl iniciarse la guerra franconacional
de Berlín - iniciativa
prusiana el desconcierto del sociasuiza - "para adoptar acuerdos
lismo europeo era enorme; pero
los hechos precipitados y la posi- sohre las condici'Únes de vida de
ción de la I Internacional afirman- los trabajadores':' y los socialistas
do qne la guerra era defensiva consegnían 35 puestoS' en el
por parte alcmana, hizo que el Reichstag. Los 42 periódicos socia~
problema de la partieipación no listas de 1878 eran ahora 60, se
fuera tan grave CDll10 en 1914,. La contaha con un millón más de
vcrdadera cuestión apareció cuan~ electores; "Nene Zdt'" la revista
do liberales y progresistas propu" d'Octrinal fundada por Kautsky
sieron la anexión de Alsacia y Lo~ (1883), eontaha con 2.500 suscriproCna; Licbkcncht y BeheI se oPU- tores.
El resultado de Jia ilegalidad
siero11 al Bismarck triunfante y
fueron condenados a dos años de hahía sido la radicalización del
partido, que ahora se definía marcárceL
Entre tanto, en parte por in- xista. La 'expresión de este cambio
fluencia d·e la COlUmune, en parte fue el congreso y programa de
p-or la evolución de la política Erfurt (1891)" cuyos comentarios
interior, el canciller dejaba de in- por Kautsky se hicieron clmatentar atraerse el apoyo socialista, nnal del marxismo más conocido
En 1871 se dest.ituía a Schweitzer, por toda Europa. En el programa,
ocupando su pucsto HASENCLE- tras los apartados en que se dew
VEB.. Liebknecht, cada vez más jaha en claro el apartamiento de
moderarlo, entraha en conversacio" toda postura l-assalliana se decía:
nes con la "Asociación de traha- "No se puede realizar el paso de
jadores". El programa de Cotha los medios de producción a la pro"
piedad colectiva, sin consegu,il' el
(1875) tenia un tono hastante lassalliano y era el l'esuItado d.e unas pode:r político", "Esto era una
concesiones estratégicas por la ne.. afirmación c1ara~ a la manera mar~
eesidad ele la unión. En su crítica xista~ de la necesidad de una tU;"
a este programa :Marx hablaba por ción política. Pero tambiún era
prim-era "lez ele la '~elictadul'a re.. amhigua; porque no decía si la
'I-"oIucionaria del pro1.etariado~'. acción política de los olH'¡~ro.'; ha··
Pese a esas cúticHs el programa hía de ser revolucionaria () pada"
se aceptó con ligeras 1l10dificacio~ mentada o si de los dos tipos ti
nes; ereándose el "Partido socia.. la vez, ni cómo habían dl~ ¡'rdadonarse las dos.
Pero lodo d
]ista obrero e1.e Alemania'? (80zia··
listiche IÍrbeiterpartei Deulsch-~ tono del Hu,evo programil ,'ra el
de un partido con un ideal sUciafane!) ~ rcnión de las dos ramas.
Este grupo iba a .'3e:r e1 principal lista hacia el cual C'.(~ jHoponíil
w
�26 -- SOCIALIS!lto AU;MÁN
avanzar por medio de amplia,,; rc~
formas, realizadas mediante una
actuación constitucional; y así fue
de hecho como se. desarrolló el
partido!'. Esta comprohación, sin
embargo, ya entra en la descrip,.
ción de ot):a época del socialismo
alemán; en este momento Engc1s
afirmaba que eJ partido alemán
y sus dos millones de electores
~ran "la masa más nUll:leros·a y
compacta! la fuerza de choque
decisiva del ejército proletario
internacional'!.
LA CONTROVERSIA
REVISIONISTA. LA GUERRA Y LA REVOLUCION
(1891-1918)
Dentro de la generaclOll traglca
de la socialdemocracia alemana l
"
,
d os "1
pue d en d IStlngmrse
o ·as " : en
la primera figuran Kautsky y
Bernstein, la segunda, que entra
en acción inmediatamente des~
pués, casi al mismo tiempo, pero
más joven y que no llegará a 1920,
está formada por 'Kad Liebkneeht, Rosa Luxemburgo! Leo
J ogiches, G u s t a v Landaller,...
muertos todos violentamente entre enero y marzo de 1919. ¿Pero
quién estaba en el poder en este
momento, lnarzo de 19.19? COffi"
partían la cancillería Phi 1 i P
Scheidemann y Kurt Ebert, dos
socialdemócratas de la misma segunda "ola'\ la qne protagonizó
la re.volución y la contrarrevolu~
ción, la República de W cimar y
el fin de Ulla época del socialismo
europeo a manos del creciente fascismo. Y todo desde las filas de
un mismo partido~ escindido vio~
lentamente en el último momento.
Ciertamente, antes de esta rup·
tura que llegaría hasta las últimas
consecuencias, un hecho había de"
mostrado hasta qué punto era re"
lativa y convencional la unidad
del partido: la controversia sobre
la esencia y los Jímit<% del capi,
talismo? lo que se ha lhmado con·
troversia revisionista. La polémi..
ca, levantad·a por Bel'n&tein y sos'
tenida desde el bando ortodoxo
por :Kautsky tenía ante todo una
gl:an í1l1P?~·tan.ci.a teóric.a, p~l'o ~e.
lila tamblen 8)11 duela UUphCHClO'ücs prácticas\ políticas, i:nc1u.80 de
táctica POl:ítÍet"L Sin exnbargü la
socialdemocTaeia mantrrvo h ruJi··
dad fornw1. Bel'nstein, derrotado
en prinCIpIO dentro del particlo~
no fue expulsado. Su revisionismo
ej·ercería una influencia decisiva
en la orientación futura de la ma·
yol'Ía social demóerata, 'Ü sea en
el ah,·mdono doctrinal progresivo
de la teoría marxista~ como tal
teorla! años después de la renun·
cia fáctica -'" de hecho ._-- a la revolneíón socialista. E D U A H D
BERN5TEIN, (1850-1932) fue du,
rante ba.stante tiempo -amigo ínti~
roo y colaborador de Engcls~ y
com~ es natural, marxista Ql·todoxo. Sus contactos con la socialde~
mocl'acia se l'elllontaban a 1880.,
cuando, a los 30 años! después de
doce de trabajar en un hanco l
pasó a secretario pai'ticular de nn
mecenas del partido, Karl Hoch·
berg. Al año siguiente la pl'omul~
gación de las leyes antisocialistas
le obligó a huir a Suiza~ donde
dirigió El Socia-l~Dem-ócra.ta.. Allí
colahoró con Kautsky (otro fugitivo)., y su periódico., el Neue
Zeit (Tiempo Nnevo), En 1888
Bel'nstein y Kautsky tuvieron que
marcharse a Londres; el gohierno
suizo había tenido que ceder a las
presiones germanas. El Neue Zeü
sig'"uió puhlicándose en Londres.
Bernstein, de todos modos, seguía
trahajando pOi' sn eucnta., en calidad de corresponsal de otro pe~
riódieo socialdemócrata, el V 01'wiirts (Adelante),
.Estos años en Inglaterra fueron
también, para Berllstein, años de
estrecha colahoración con Enge1s.
La ortodoxia del judío berlinés
parccía incucstionablc. Colahoró
entonces l con Ellgels y con K-auts~
ky en la preparación del nuevo
programa del partido para el Con~
gre.so de Erfurt. Durante este período influyeron notablemente cn
él los Fabianos y el Partido ,Laborista Independiente -~ grupo con
el que Enge1s simpatizaha abiertamente contr·a la opinión de la
Federación Social~Delllócrata, de
"confcsión" marxista. Pero a la
muerte de Engels, Berl1stein em·
pezó a revisar públicamente. la
doctrina ortodoxa l es decir., el
mal'xismo~ que desde Erfurt? era
la .línea oficiEll de la socialdemo·
cracia alemana. Y lo hizo precio
samente desde las páginas elel
Neue Zeit de Kautsky. Esto ocu"
rria en 1896. Bernstein seg;uía vi"
viendo en Londres, y seguiría a11i
hasta 1901. En 1889, después de
las primeras C(mSUl'as, recogió su
serie de artículos de dos años au .
tes en el Nene Zeit, los amplió y
E. Bernstein
publicó todo en forma de libro.
El título de ,esta biblia del l·evi~
sionislno era "Presupuestos del
socialisl1w y ta-reas de la Soeia.l~
democracia"; y el título inglés,
ll1uy ilustrativo! Evoluúo1!ary Socialism.
El Evolu.t.íonnry Socialism de
Bernsteill fuc, como rcconoció
Kautsky, el primer éxito sensa~
don al de la literatura socialdemócrata. ¿, Cahe atribuirlo al inte~
rés, un poco morboso~ que siem~
pre producen las ''"conversiones''?
Esta es en todo caso la interpl'ütaeión de UlllChos marxist.as. ¿ Có~
lllO no iba a interesar al público
lector - público burgués- -.. la
obra de un socialista si e~sa obra
venía a quitarle fulminante al SD"
cialisillo? El miedo de la hurgue"
sÍa y la traición de Bel'nstein!
piensan los marxistas! son dos
cos-as que van juntas (qu~- se explican mutuamente) y que hay
que condenar conjuntamente. Paul
M. Sweezy se rcfiere, al hacCl' la
crítica de Bernstein! a ese "temor
a la violencia!\ al "desdén por la
teoría" y a la "lHcOGupación por
los detalles prácticos de la vida
cotidiana" que hacen de Bernstein
"la U'11_titesis (persúnal) de Marx.,l.
Pero no es en el terreno de la
psicología, sin duela el más- telltador~ donde se ha situado el dehate
sobre la significación de Bernstein
y de sn obra. Sweezy, como Cole
o Seligman (que de los observadores actuales de la polémica son
los que tenemos más a mano) ~ se
detienen en el examen de las con·,
viccion·es y la ideología antes de
analizar el cont.enido científico del
revisionista herlinés. Sweezy tiene
una fra6c qne ,eeha hastante luz
sohre el sentido de la "con ver-
�PnOMOs .~- 27
sión" de Bernstein: ·(.Donde :l\1al'x
hahía sostenido que los hombres
aprenden a merecer lo que logran ,
B, sostenía, por el contrario , que
los homhres logran lo que mere"
ceno De ahí que B. sustituyera la
lucha y la preparación revolncio··
naría por la pCl'srwsión y la edu"
oaeión como 1'l1edios para llegar
al socialismo ~'. De ah.í, puede aña"
dirse~ que el socialismo no fuese,
para B.? un acontecimiento más o
menos próxllllO, pel'o inc'vitahle,
SillO una alternativa posible que
la humanidad antes de conseguir,
tenía que merecer. Era la ahel'naUva futura y óptimn de una hu"
manidad super-civilizada, tan ei·
vilizada que estaría en condiciones
de escoger, sin más complicación.
Para Swcczy ell'evis-ionisl11Ü de B.
no es tal revisionismo, sencilla"
mente; no revisa a Marx, sino que
constituye en realidad un ataque
frontal contra él, un intento de
des-marxistizar el socialismo. Des~
de luego la plataforma ideológica
del intento poco tiene que ver con
elmaterÍalismo dialéctico. B. acusaba a l\tIarx de dogmático, de
poco científico. "Marx, decía,
construyó una poderosa estructu~
ra dcntl·o del marco de un armazón que ya encontró hecho; y en
esa cO'IIHlrucción siguió t~st.ricta
mente las leyes de .la Rl'quitectUl'H
científica siernpre. que u-o choca~
han con las condiciones requeri
das pOl' la forma del annazóu 1
pero las descuidaba cuando el al"·
mazón no permitía que fuesen
observadas". El "armazón" al que
se refiere B. estaba constituido
4
por (1)
la dialéctica hegeliana
y (2) la economía política de Da~
vid Ricardo. Pero si la dialéctica
hegeliana? como decía B, no era
Jll.ás que una "jerga"? ¿, cuál era la
plataforma científica general del
edificio marxista? Mejor dicho~
¿ qué plataforma podía sustituir a
la '(.jel·ga~? de Hegel? ;Como ha sC
ñalado Cole, B. apeló en esle puntoa Kant y ¡ü r·ealismo cl'Ít.ic-o.
Seligman llama "una especie de
realIsmo tereo~~ al método que B.
ti tilizó y' opuso al '"misticis.mo he~
gcliHno' ? UeaHsmo terco" ernpi··
riSillO l\ la inglesa o neo·kantL'lmo~
el heullo 0.'3 que :s.? a 10 largo de
su estanda -en Londl'es~ fue empapándose d-e una confianza total en
el progreso lineal y no "violento de
l,a hnrruH_d.d~;l y d~ '~ma desean·,
flil.nzH tan:dncn l'aebcH-t antf~ enaJ~
([llicT Woria p.redictí vay cuaJ qUle"
l1am;.úla a :la lncha n-;v-ohwíor¡arln,
w
Los ataqnes de B. a la teoría
mm'xista se cent.ral'on, como es
lógieo~ en el punto en que ésta,
abandonando el análisis dcscJ:ip.
tivo? se arriesga a predecir.
y
predic-c catástrofcf5: la t.eoría del
derrumbe o del c-olapso del ca·
pitalismo (Zusalllmenlnuchstheo~
rie). La idea del derrumhe auto~
mático., dice n., dehe ser enterrada; no hahrá tal colapso sino, al
contrario, una tendencia al mejoramiento, una paulatina suavización de las eris·is y de la lucha de
clases. La explicación de estas tend·cucias eslá en el hecho de que
existen fenómenos nuevos, que
Marx no pudo prever o que en
tod-o caso no previó. Por ejemplo: el desarrollo del mercado
mundial, la formación de Kartels~
el pedeceíonamieuto del sistema
de crédito, etc ...
De ahí a negarla posihilidad y
la necesidad de la revolucióu pl'Ow
letaria hay un paso, que B. dio
sin vacilaciones, afirmando el re~
forlllismü como única estrategia
víah le para la socialdemocracia,
dentro de un sistema económico
qne no llevaba trazas de perecer
y que, lejos de caminar hacia la
miseria y la autodestrucción, se
humanizaba progresivamente.
La actitud de Bernstein fue ob~
jeto de una repulsa más hien eor~
tés por parte de la dirección del
partido, entonees en mauüs de
Bebe!. Fu" KARL KAUTSKY,
(1854.1938) (n. en Praga, aus·
tríaco), el más conocido y más
ortodoxo de lor; teóricos marxistas
en aquel momento, el encargado
de refutar a Berllsteill, (B. llnd
das soz/aldem'okratische Program.,
1899). Kautsky era el '~expositor"
oficial del marxismo dentro de la
socialdemocracia. Su ~'Programa
de ErfurC fue d.urante años el
texto inconmovible del partido.
En SllS manos el marxismo había
ganad"Ü en rigidez y sistemática,
lo cllal, en opinión de Cole~ lo
hacia más asequihle y sugestivo
para los soeialistasalemanes. Su.':'!
intervenciones más discutidas., an"
tes de la controversia l'evisi-onista~
estahan relacionadas con la euesllon agraria: contra el infornH~
del comité especial de] partido
dedicado a esta clJestión, Kautsky
insistia en que la clase campesina
d·e pequeños propietarios 110 eJ:a
una clase ascendente y J'evolucio·
naria (com-o el _proletariado indnst:~'ial~ que lo -el:a por clefin:ic:i.óf:) ~
smo l al c.ontran.o~ nn grnpo sOClal
decadente y que tendía a desapa~
recer. El purismo revolucionario
de Kautsky, d.e todos modos, cas·a~
ha mal con su talante científieo~
pacifista e incluso moderado.
Siempre había mantenido que el
capitalismo sucumbiría a raíz de
una crisis general interna; pero
esto no significaha, en su opinión,
que el. paso al socialismo no fuese
pacífico e incluso parlamentario?
cOnJ-o creyeron casi sin excepción
los líderes socialdemócratas. PaTa
Kautsky la crisis general no era
sino el rev..::r80 de la medalla de
la consolidación aplastante de una
clase ohrera fuerte y eonsciente,
que se apoderaría '!.legalmente'"
a través del voto, del poder polí~
lico y económic"Ü. Pero el ataque
revisionista, desplegado en su pro"
pio terreno, el de la previsión
científica, COlupl'ometía gravemell~
te el equilibrio de su postura. No
tenía más que dos salidas: o man~
tener hasta el final, probando en
lo posible su consistencia cientí~
fica, la teoría del derrumbe~ se~
riamente dañada por el análisis
de Bernstein, o bien renunciar a
ella y contraatacar en el terreno
revolucionario puro - que "no le
iba" - basando las posibilidades
socialistas, fundamentalmente, en
la combatividad del proletariado
y en la lucha política directa. Escogió la segunda salida aunque
incurría de este modo en una fla~
grante contradicción, no sólo con
su actitud anterior (1891, "Pro~
grama de Erfurt") ~ como ha se·
íialado S-weezy, sino con su línea
de siempre - de antes y des·
pués ".'--, la que le llevaría más
tarde a reunirse de nuevo con
Bernsteill en una de las tres frac~
cÍones en que la gran guerra diw
vidió al partido, 0 , más adelante
aún, a aceptar el cargo de respon~
sable editorial en el ministerio de
asuntos exteriores. En sustancia,
la contestación de Kautsky a
Bernstein en 1899, llegaba que
Marx tuviera llna teoría del dernnnbe; tod·o se lo hahía inventa"
do Bernsteiu? incluso el nombre,
Zusamm.enbruchstheode. No po"
día hahlarse de "gran crisis nnaPI
del capitalismo , sino tan sólo de
·'empeoramiento progresivo H • Pexü
10 l'eahnente importante era la
(.~flleTza creciente y la madurez del
prolct:adado'l, ¿Qué consecuencias
estratégicas y tácticas cahría extrEH31' de (;]lo? Era necesario ~'esi:a"i"
,H'mados paTa t.oda evcntualídad\\j
tener en cuenta situaciones de cri-
�28 -
SOCIALISMO AJ,Ei\1..\.N
sis y de prosperidad~ evolución
posible del sistema y reacción de
las cIases dominant.cs~ catástrofes
eventuales y desarrollo lento. El
l.~gradnallsmo", otro nomhre del
reformismo de Bcrnstein, dehía
ser rechazado.
Pero el revisionismo superó sin
grandes dificultades las ban'eTas
que le opusieron Kautsky y otros
ortodoxos, como CU'1l0V{~ cuyo alegat.o carecía de contenido científico, D COBrad Schmíclt, que des·
arrolló la t6'Oría del snhconsumo
hasta llegar a conc1usiones que
sólo a los 1',evisioni8tas podían h(~
llcficiar.
En 1902, K. Kautsky se cucara
de nuevo con el problema con 1110tivo de la aparición de la "Teoría
e Historia de. las crisis comercia.
les en Inglaterra,'" del revisionista ruso Tugan-Baronowski. Kautsky llegó esta vez a un resultado
algo más consistente que la difusa
concepción del derrumhe. El capitalismo, decíu, marcha hacia un
período de depresión crónica.
Debe llegar un momento en que
sea imposible que los mercados
sigan creciendo al mismo ritmo
que las fuerzas productivas. En
este momento el estado del sistema capitalista serín de superpro.
ducción, pero no pasajera sino patológica; únicamente podrían producirse fluctuaeÍ'ones ._-- nunca so'
luciones -,~, dentro de {'.stc marco.
En último caso~ dc no exist.ir un
impedimento estruetural o~ digamos, económico~ al funcionamiento dcl capitalisJ:no, serian las masas las que dirían "basta"~ al for M
zarse el límite ele su capacidad de
aguante. Esta situación forzosa
(zwangslage) es inevitable, añadía
Kautsky, 51 el desarrollo capitalista sigue como hasta hoy. El fu.
turo del capitalismo sólo p:t'DDlcte cl'isis~ gnel'l'as y catástrofes
("Kxiesen¡ Kricge? K.atastl'ophen?~?
las tres '''1<'''). K.autsl.;:y establecía
así .la siguiente alternativa teórico .
táctica paTa la socia] democracia:
() (1) .Hevisionismo ---.., Hefonnismo
.....- suav.ización lucha de c1ai3es ".--,
rcslaUl'[Ición de 'la dernocTada pe..
qneilo·hul'gue&u$ o (2) .l{ríesen"
theOl'if>
depresión crónica ._~, 1'0vo]ueión\ o hleu$ depresión Cl'Ó
Hica ---', incremento de :la lucha de
clases hasta la depresión definiti,
va, Pat' él la cOSa estaba clara: '\d
muco eamino es In lucha de cJa~
ses y :no eJ grachHdj~)]no Tevjsio"
M
nif'/ta ~~,
V:ii~ttlS b,,:,
cosas con pen"pectiva
(1914,~ Gran Guerra; 1929, "crack"
de Wall Strect; años SO, gran n'i"
sis mundial; 1939~ 2." guerra mUil
dial)? no es fácil comprender que
Ja ~~Krk~Sd1thoorie?~ de 1902 fuese
de poca nti1idad~ en aqllel momento, para los SDcialdemócl'atas. Si
es cierto que ah rió un período de
"estabilización ol'todoxa'? entre
sus filas\ el hecho es que la gnc·
rra\ doce afios después~ cogió a los
socialdemócratas
desprcvenidos$
dividiéndolos en tros fracciones y
demostrando que los graneles problemas de siempre ._- teóricos y
tácticos ~ estahan por resolver.
En agosto de 1914 los socialdeM
l1lócratas votaron los créditos de
guerra y apoyaron al Reichstag.
Entre los disidentes, aunque ple~
gados al voto por la disciplina parlamentaria del partido, estaban
Bernstein~ K:autsky, el líder de la
socialdemocracia Hugo H a a s e \
Rosa Luxemhnrg'O, F'ral1Z Mehring
y Karl Liebknecht (hijo de Wilhel111.). De nuevo se impuso la
exigencia de unidad que imperaha
desde los días de la persecución
desencadenada por Bismarck. No
se expulsó a nadie. Todos confiahan quc la racha de triunfos electorales iniciada en 1912 continuada hasta el triunfo total y "derno»
f:rát.ieo". Excepto el grupo semin
m¡¡mlniSla de GUSTAV LAJ\IJAUEH (1870-1910), lanlo revisionistas como minorías de la 0P'O::;ición esperahan ~'el Día".
¿Qué pasaría después de este
día? Sohre este punto las opinio~
nes no eran unánimes, ni tall1poco~
hasta 1914, explícitas. La gUCl'l'a
puso de maniíiesto las diferencias.
La tesis oficial~ que sostenían los
socialistas mayoritarios, era la de
que el triunf~ paTlamental'io ahsoluto equivalía a la l'evolueión.
El partido se orientaha claramente hacia lo que hoy se entiende
pOl' súcialdcmocracia. El fracaso
bolchevique de 1905 había consolidado la tendene-ia centro.. derecha
de la mayoría. Frente a la guerra
se adoptó entonces una l'esolución,
de compromiso: '''Lo más impol'~
tante es .la gnerra, olviciculOs de
111Onlento la lucha de c1ases~\o La
colahol'ución con 18 hurguesía a1e"
lllalla exa un hecho. Pero un he..
eho que los internacionalistas no
podían aceptm.'o Ka:rl Liebknecht
y Bosa ,Luxemburgo ereían llega"
do cJ momento de la tan (HseTi.deL
huelga genGl"n\ pero sn .fucl'za e:l'<'l.
m:ínirna d·cntl'o del partido, ll¡J "un"
h,iguo ¡((La P!.\b.'.i8 de -la Hevol1'1"
clOn está en peligro!" del socialista francés Hen'é~ la mayoría social demócrata alemana o.ontesta..
ha hatiéndose en retirada: "tan
pronto como la guerra se cOllvier~
ta en guerra de conquist.a nos
opondremos a dla pOt los medios
más violentos~~. Los sodal-istas alüM
rnanes quisieton ereel' qne estaban
enrolados en una guerra dcfensiva
contra el Zar; los franceses luchaban mientras tanto contra -el imperialismo alemán,
La Internacional se hundía y
con ella el pacifismo de .J aurü',3
(mncrto días ante:;;) ~ de Haa5e~ de
Kautsky y de todos los socialist.aii
europeos. A f1nale-s de 1915 el
grupo internaf:ionalista de LiehM
knecht y Rosa Luxemburgo reaccionó con vehemencia a las declaraciones cada vez más helicistas
de la lnayoría~ a través de un fo·
lleto titulado "La guerra y el pro~
letarúJ(]o" que ins·istÍa en la 11{',cesidad de una lucha ohrera internacional cont.ra los gl'UpOS imperialistas que en cada país c-onclu*
C-Ían la guerra, El folleto iba firmado lunius, seudónimo que utilizó HOSA LUXEMBUHGO (18701919) .
La vida de esta hehrea nacida
en Polonia no está tan ligada a
la social dcmocracia alemanaeorno
al movimiento socialista europeo
en g<:neral. Déhil físicamente, cor*
covada, poseía sin emhargo un
gran atrao.tivo personal y una {:xtraol'dinaria capacidad intelectual
y de acción. A los dieciséis años
ya actuaba en las filas del diez·
;nadü partido obrero polaco "Pro~
lctariado". En 1889~ a los diceiM
nueve años huye a Suiza para no
ser detenida. En Zurich~ donde 1.'C-"
sicle como estudiante conoce él
Plejanov y colabora con J ogiches.
Jogiches tamhién era polaco; has~
ta 1919 vivió con H, 1,,$ fue su
amante y en cierta manera su inspil'ad'Ol' intelectual. En 1898~ R. 1,.
se Casa con Gustav Liiheck~ rico
alemán amigo de b familia. Esto
le permitió ]l,¡elOl1¡lJizal.'Sc y residir en Akmani<l, En 1902 lleg;a a
'redactor-jefe (Iel Leipziger Volhs .
zeitung, pero pron to choca COll. la
eensnr¡'1 y dimite. Dos años des-pués empieza su peregrinación po)'
las cárceles alemanas~ acusada esU\
vez de insultar al EmperadoL
En 1916 la. útuación era la &i ..
9:uiente: a la cxtren.w izql..lÍcl'd¿¡,
Tt :L., el viej-o Franz lVIcbl'i:ng y
IZar] L-Iehknecht? -en abierta opo
s.-i.dón con la hnea de 1nnlayor:íH.
�Pnm105
que seguía prácticamente una politica derechista y de apoyo casi
total al gobierno. Entre unos y
otros se abría paso un grupo intermedio l más ftwl'te qne el enca·
bezado por Liehknccht" y partidario de una paz negoe-iada l no di';
una lucha revolucionaria contra
la guerra,
En este grupo figuraban Haase~
Kautsky y Bcrnslein. Pata eolIos
se hahía producido una d.egradaci6n de la supuesta guerra defen"
siva en g·1.lCna agresiva" lo cual
hada imposible para la minoría
seguir obedeciendo la disciplina
del partido" votand'O por los eréditos de guerra. El desafío hizo culminar la crisis del partido social
demócrata. En marzo la luayoría
decidió excluir a la minoría de la
participación en el grupo del par~
tido en el Reichstag.
En la Pascua de 1917 los grupos minori tados se lanzal''On a
fundar un nuevo partido --_. el Par~
lido Socialdemócrata independiente (USPD) ~-. Casi al mismo tiempo~ en abril de 1917, la extrema
izquierda dirigida por Liehknecht
formó el Spartakusbund, que es~
tahI-eeió relaciones con el USPD"
pero mantuvo su organización se"
parada y el dcrcch'O a una acción
:independiente. Se produjeron durante este mes grandes huelgas y
el lTSPD ganaba terreno con rapidez. El grupo espartaquista y
otros elementos de izquierda habían desarrollado una vigorosa
campaña de propaganda.
Por entonces la revolución hahía cstal1ad'Ü en Rusia, Los Soviets
recién estahlecidos en Pctrogl'ado
y en otras einciades estahan dominados por socialrevolucional'ios y
lnencheviques; los holcheviques y
sus aliados constituían tan sólo pequeñas minorías. (Ni Lenin ni
Trotsky habían vue1to a Rusia.)
Los socialrevolucionarios y menchc"icp.:¡,es estaban divididos en su
ae-titud respecto a la guena. M'u .
chos eran partidarios de ella y
caú todüs contemplahan con rece"
lo una paz pOl' separado con Ale,·
ma:ma. Sin embargo sus partida:60s _.,.. sohre todo los soldados en
fiJas ._._, des·caban sin duela una
p_ronta paz. La cuestión ern si hahía posibilidades de llegar a una
paz genera] negociada~ que luclu··
-.'lera a todos los helígeranlcs,¡ o si
las potenG_{as occidentales se negadan a ncgoc:ítl1',¡ 10 que les forza .
da ,¡ cSéoger entTc una paz por
separado o la continuación de 1<T
lucha.
En estos meses críticos el movi·
miento de paz en Alemania seguía ganando fuerza. El 19 de julio el Heichstag ~lprühó su célebre
resolueión en favor de una paz ne·
gociada y el ]. de agosto el Papa
hizo púhlicas sus p:roposieiones de
paz a las potencias beligerantes.
En Estocolrno la mayoría y la minoría sücialist.as presentaron su
contraclec1aración de objetivos bélicos al comité ruso~eseandinavo.
La mayoría proponía volver al
st:a.tu. qua ant:e bellum, con la permanencia de AIsaeia~Lorena den~
tro del impcri-o ale.rnán y admi.
tiendo el derecho de Filandia, Po·
lonia y Bélgica a la independencia. Aunque se oponía a la polí"
tica de los militaristas alemanes
extl'emistas, la mayoría no estaha
dispuesta a reconoccr que Alemania fuera más culpahle que las
~-
29
potencias aliadas. La minoría, en
se declaró en favor de
una paz inmed.iata y del derecho
de los pueblos a la autodetermi~
nación., incluyendo a Alsacia~Lo
rcna. Su act.itOlld general fue la J.e
que urgía ]a terminación de la
guerra y que ésta dehía Pl'oscri"
bÍl"se en el futuro, sin pro'llunei.arse sobre la "'culpa de la gu.erra'l.
En octulne de 1917 los espartaquistas empiezan a formal' consejos revúlucionarios de trabajadores en las fáhricas de material bé~
lico y a enviar militantes al frente
para' semhrar i'nquietud entre las
fuerzas armadas. Al mismo tiempo" con la revolución holchevique,
se establecían las condiciones para
una paz ruso-germana por sepal'ado~ qu-c empezó a negociarse en
Brest-Litovsk en diciem.bre. ¿ Qué
impacto causó' entre los socialistas
alemanes la revolución de octu~
bl'c? Entusiasmo en la extrema
cambio~
hojas cambiables triO
CaetrOIrll utilh:cmdo los
ARANDElLAS de trefuen:o
SUS
Pidalas en las pa.pelerias.
�30 -
SOCIAT-lSl\lü .'!.LEl\ÜN
izquierda, oposición en la mayoría
y división ·en las filas del Partido
Socialdemócrata
Independiente.
Kautsky, viejo camarada de los
líderes mcnchcviques desplazados
y partidario de la fracción inter·
nacionalista de MartO\" se convir·
tió pronto en el principal antago·
nist.a teórico del bolchevismo;
bajo su influencia, el grupo parla"
mentario del USPD empezó a t.endel' hacia la derecha. Otros, como
Georg Ledebour, adoptaron la postura opnesta y ent.raron en estrechas re.laciones con la izquierda
laboral.
1918: en enero y febrero el movimiento de huelga alcanza en
Alemania grandes proporciones.
En marzo, mientras sigue extendiéndose la red de los Consejos de
Trabajadores, rusos y alemanes
firman la paz de Brest-Litovsk.
Eliminada la presión en el Este
los alemanes se lanzan a una gran
ofensiva en el frente occidental,
hasta que en julio se inicia la
contraofensiva aliada. En septiembre el Estado Mayor informó al
gobierno alemán de que era necesario pedir un armisticio. La lío
nea Hindenburg cedió pocos días
después, mientras los refuerzos
norteamericanos atravies-an Bélgica y Francia y haüen inminente la
invasión de Alemania. El 3 de octubre cae el Gobierno alemán y
al día siguiente el príncipe Max
de Baden, nuevo Canciller, y el
gohierno austro~húngaro envían
notas al presidente Wilsol1 pidiendo lln armistici'Ú sobre la base de
sus ¡'Catorce Puntos·" de enero.
·Wilson contestó exigiendo la ca·
pitulación de Alemania. Este es
el. momento del cual los historiadores acostumbran a decir: HEl
pueblo alemán empezaba a vjslumbral' la magnitud del desa&tre~'.
El 24 de octubre la marina alema~
na recibió órdenes de disp"Ouerse
a salir de ·Kiel para un último y
desesperado encuentro con el ene"
Iuigo. Los marineros se negaron
y, tras el arresto de sus líderes, se
amotinaron y eligieron un Consejo de Marineros para ,encargarse
de 1a situación.
La l'.evll,elta se extendió a Ot1'0S
puertos y otras ciudades, donde se
fueroJJ, proclamando Consejos de
Trabajadores y Soldados que asu~
mían de momento la autoridad.
En Haviera se constituyó un ve"J....
dade:ro Gobierno socialistll., pr.csidido por KURT E1SNER (1867·
1919), socialista independiente.
Dos días después Berlín se sumó
a la revolución y un lnanifiesto del
Consejo de Trabajadores y Solda·
dos, firmado ontr,o otros por Haase.,
Lodehoul' y K. Liebknecht, exigía
la proclal1l_ación de la república,
Ese rnismo día el príncipe Max
dimitió y entregó la cancillería a
FIUEDIUCH EBERT el más del'cehista d.e los lideres socialistas
bía mantener unidas )Jas pi.czas
porque no había literalmente nadie- que pudiera hacerse cargo del
miSl1lO." Los socialistas maY0l'ita60S y minoritarios no tuvieron
más remedio que r,eunirse en el
gobierno., con Ebert como eanó·
Her. Ante cllos se abrían graves
interrogantes: la definición insti·
tucional de la repúhljca~. la estrnc-
de la mayoría. La situación constitucional era confusa: el Káiser
se negaba a abdicar y los socialistas -mayoritarios no se decidían a
exigírselo por t.emor a inCl"Cmen.
tal' el fenllcnto revolucionario; lo
que esperaban, en realidad, era
una monarquía constitucional. Por
fin, Philip Scheidemann, en nombro de la cancillería, Hdecidió" la
abdicación y pr()clamó la replíbli.
ca, par,ece que para anticiparse a
Karl Licbknecht que estaba dispuesto a proclamar, no ya la re·
pública, sino el Consejo de Trabajadores de la República. Con la
abdicación efectiva del Káiser,
que huyó a Holanda, se inició una
cadena de abdicaciones: reyes,
grandes duques, r pequeilos gobernantes cayeron de sus tronos
sin apenas un intento de r,esisten.
cía.
Wilson y los aliados, al exigir
la deposición. del KáiseJ: y el fin
del régimen militarista, habían invitado a Alemania, en efecto, a
realizar su revolución burg;u,esa.
Temían~ sin embargo~ que la re..
volución alemana "fuera dema·
siado lejos y copiara la bolche·
viqu.e"'. El hecho es que "'a finales
de noviembre de 1918 el gl'E'lTI im.
perio de los Hohenzollern se di.
solvió súbitamente en la ruina y
los socialistas se encontraron paT.
t.icipando en un gohierno que de-
turación f,edel'al o centralizada del
Estado, el destino de las fueuas
armadas, de la casta de oficiales,
de los funcionarios del Reich y de
los jueces y tribunales ... , además, naturalmente, de la reno·
vación de las leyes que esos
jueces y tribunales administraban. El primer motivo de des.
acuerdo entre los miembros del
gobierno (Ebert., Scheidemann y
Landsberg por los mayoritarios y
Raase, Dittmann y Barth por los
independient,es) fue la discusión
no ya del alcance y significación
de las reformas- (o revolución) a
realizar, sino del momento en que
habían de ser realizadas. Los in"
d.ependientes estaban decididos a
empezar inmediatamente, mientras los mayoritarios se inclinaban
a remitir esa decisión a la futura
Asamblea Constituyente, es decir,
esperar hasta después de las elecciones. Algunos independientes y
grupos de la extrema izquierda.,
incluyendo PO): supuesto a los espal'taquistas y a algnnDs delega"
dos sindicales revolucionarios, pedían que el proletariado victorioso se declarara como verdll.dero
representante de la democracia
alemana y tornase el poder en sus
manos a través de 1'05 consejos ele~
gidos. Pero en aquel momento no
existía, dice C01-e~ "ni nn congre..
so gen(~ral de consejos al que pu..
�Pno,",lOS .. - 3]
dü,ra entregarse el poder~ ni una
élite revolucionaria organizada
capaz de actuar a escala nacional'~.
La respuesta a los pl'Dblemas y
las tensiones que dejaban a todos
los grupos indecisos vino de fue·
1"a: los viejos burócratas y los j·e.
fe.s militares "consintieron" en
apoyar a 'Ehert si se dejaha de
ladü a los independientes. La ma·
quinaria estatal, la vieja maquinaria del H,eich, se puso en funcionamiento al servicio del Parti·
do Socialdemócrata. Los independientes sólo pudieron protestar de
las medidas que se tomahan con..
tra sus deseos impotentes, y, corno
es lógico, concentraron sus esfuer·
zos en conseguir que la Asalnhlea
eonstituyente "existiera pronto".
Pero con ello acaharon de romper
los lazos que les unían con los
espartaquistas, decididos a hoicotear las elecciones y a forzar la
entrcga del poder a los Consejos
de Trahajadores. Por lo pronto
"Espartaco" desapareció (aunque
siguió utilizándose el nomhre corricntemcnt.e) para cDllvertirse en
Partido Comunista enteramente
antóllomo~ sin c-olahol'ar con los
independientes y siguiendo el
ejemplo de los bolcheviques.
A partir de est.e momento los
hcchos se sucedieron con rapidez.
La División de Marina con sede en
Berlín, compuesta en su mayoría
por militantes izquierdistas, no
aceptó ser disuelta y actuó por su
cuenta tomando la comandancia
V arrestando allí al jefe de la
gllarnición, el socialista maY0l'itado Otto Wels. Ebert pidió ayuda
al ejército para desalojar a los marinos. Poco después comenzaha el
hombardeo del castillo, que llevó
a los socialistas independientes a
la dimisión. El gobierno quedaha
en manos de la reacción y, después de la destitución de Eichorn~
socialista independiente que ocu~
paba todavía la jefatura de poli.
cia l revolución y reacción Se enfrentaron en la cane, ·en los ba~
n:ios ob:re:ros y e11 105 hall1artes
que habían tomado los mal anna"
dos izquierdistas. l,05 "cuerpos Ji.
h:r.es'~ del sodalista Noske, en fun·,
eiones de sümatén contral'revolu·
ciona.r.:D acabaron pronto Con la
resistencia de espartaquistas, inde·,
pendientes de izquierda )' sindicalistas :revolucionarios, El 15 de
cnero de 1919; dos ¿Has desrrnés
d.el fin de .la contienda Ci.lneje:ra~
un dC2l.acHlnento de los "euel'p0.s
libl'cs'\' <lpresá y rnató fl 1<.arl
9
Liebkllecht y R.osa Luxemhurgo;
la mislna suerte corrieron J ogi·
c-hes~ Landauer y cuantos milita~l~
tes revolucionarios cayeron en sus
manos.
WEIMAR. EL NAZISMO.
LA GUERRA (1919-1944)
Tras la muerte de- Liebknecht: v
Hosa Luxemhurgo, los periódico"s
socialdemócratas e s e r i h í a n :
G'Aplastada la l'cvolueión se celebrarán sin tropiczos las elecciones
para la Asamblea Nacional. La democracia tiene despejado el ca·
mino". Pero no lo estaba tanto:
Ehert~ para dominar la revolu~
eión, hahía tenido que apoyarse
en la hurocracia imperial y en los
soldad'Os dc Hindenburg; por
otro lado, las elecciones del 19 de
enero no ihan a dar una mayoría
socialista: los comunistas se ahs~
tuvieron de votar~ los independientes sólo consiguieron 22 man~
d a t'O s,
los socialdemócratas
11.500.000 sufragios y 163 puestos, pero el total de la cámara
eran 4,2:)' De ahí la "coalición de
W"eimar" .__.. 'Centro., demócratas- y
socialistas --, y unos meses después la fanlOsa constitución de
Preuss: Ehert prcsidente por sic·,
te años y con derecho a disolver
la cámara. El 25 de enero se en~
tierra en Berlín a Liehknecht entre un gentío impresionante. El 7
de mayo el conde Bl'ockdol'f! recibía en VersaIles~ de manos de
Clemellceau, Wilsou y Lloyd GeOl'ge el lihro en que se indicaban
las condiciones· de paz; decía en
su discurso: "En los últimos cin
cuenta aúos el imperialismo de
todos los estados europeos ha Ye~
nido ,envenenando pertinazmente
la atmósfera internacionar", La
socialdem.ocracia iha a tener que
aparecer como responsable de Un
tratado en qw:~ se quitaha a Ale~
rnania 6 minon,es de hahitantes
(Ahucia, Lorcna, Sarl'e~ :Supen,
JVlalmedy~ sux de Silesia, n-Ol.'te do
Schlcsvúg) ~ todas sus colonias.,
todas sus armas~ y se la obligaha
a pagm: en concepto de repara·,
cionos 132 millones de marcos
oro.
Los pri.meros aíl0s de gohierno
:socialdemócrata fueron dificileli;
en los tres prirncl'os rueses se de·
cJ'C-lnl'on 124 leyes sodales ¡pero
w
ya en 1920 hubo el primer putsch
de la derecha {Kapp, von Lütt~
\vitz); Scheidemall tuvo que de,.
jar pronto la cancillería a Gustav
Baucl' del Centro, y luego a Cuno
y StresClnan (1923) representan"
tes de la alta hurgu.esia. Este año
de 1923 la inflación era tremenda, además los franceses 'Ocupaban militarmente el Ruhr; Strescman\ el nuevo canciller, empezaha la política de conciliación europea que llevaría a Alemania a
la Sociedad de Naciones (J.926) y
conse~.pliría la evacuación de los
franceses; pero el descontento inicial ante lo que parecía dehilidad
perrnitió a Hitler su primer puts-eh
nazi, dominado por von Seekt, el
cread'Or de la armada alemana de
oficio. Aquel mismo año Ebert
aceptaba declarar nulas las elec~
ciones de Turingia en que habían
ohtenido mayoría los independientes y comunistas. En 1924. los
interese~ aliados de estabilidad
europea, la política de Stresemall,
el hecho de que Alemania no pagaha las reparaciones, llevó al
'·plan Dawes", disminuyendo la
cuantía de los plazos y concedien·
do a Alemania un empréstito de
5.000 millones $: Schacht podía
aqucl mismo verano .estabilizar el
marco y aceptar el sistema de pa·
trón oro. Hasta la gran crisis del
29 prosperidad en Alemania, que
volvía a convertirse en una de las
principales potencias industriales~
concurrentc de Gran Bretaña. En
1925, al morir Ebert, la derecha
gana las elecciones al presentar a
Hindenhurg como candidato úni"
co en la segunda vuelta; THXI.w
MAN, el jefe cornunista de esta
época ohtuvo pocos votos en la
primera vuelta, OTTO BRAUN
- el socialista .~-- no los suficien,·
tes: en la segunda vu-elta la i z·
quierda presentó COlll'O candidato
único a W'i1helm Marx, del Centro Católico; Hitler ordenó a sus
partidarios votar por Hindenhnrg,
10 que implicó la ruptura con Ludendod\ candidato nazi en la pri,·
luera vuelta. Hindenburg~ sin em .
hargo, resultó más respetuoso d(~
10 que se -esperaha; en Lli: e 1('(·ciones de 1928 los socíali:'ilas ohtienen 1~)3 mandatos\ y S!I (~\jl()
asomhra a la derecha.
La erisis del 29 iha a jlI'OV()C,ll'
el I.'ecrl..ldecimicnto de l()lLI~; la.;;
desav-enencias\
la
fonnacilíll
de
grupos arm,ados pOI· lodo" lo," ¡¡ . w·
tidos~ el éxito pf)pllbr 111' !I¡¡lel"
y el aee1'cHlnienl'O de 1,-,,11' a l:i
�32 -
SOCIALISMO ALEMÁN
10s partidos comunistas en gobier-
K, Schumache¡'
gran industda a través de Hugell
berg, dueño de un sector impo):tante de la prensa; los hermanos
Strasser, jefes del ala izquierda
del nazismo, s-e separahan anteestos contactos. Los "Herrencluh",
centros de la alta burguesía, colocan a uno de sus rcpr,csentantes,
von Papen, en la cancillería, y
empieza a gobernar por decretos
ley e intenta asociar a Hitler con
el poder; pero los nazis no acep·
tan integrarse en la normal vida
política alemana. El 30 de enero
de 1933, tras eL experimento
Schleicher, .Hitler acepta el puesto de canciller; pero el 1 de fe~
bl'ero disuelve el parlamento; tras
el incendio del Reichstag persigne
a los comunistas; pronto todo el
poder estal'Ía en sus manos. Aunque las eleceiones del 5 de lnayo
dan 12 millones de votos a los
socialistas (17 millones los nazis)
Hitler persigue a varios diputados, y un parlamento reducido le
concede, por 14,1 rotos contra 94~
los plenos poderes. El 22 de junio
declara ilegal al partido socialista
y lo disuelve. Después~ la II Gne..
na Mundial: Aus!:l'ia (l938), Che.
coeslovaquia, Polonia~ Francia.
W"eimar fue para las clases di>
notadas en 1918 eJ camino lento
del triunfo frente a los socialistas,
aliándose al pujante nazis1l1_o 118.c.ido ele aquella denota. Para los
socialistas y demócratas ._--- :"1a coa··
líción.?' _.--. un intento eontinuo por
mantener la constitn,ción~ pOI' ~~l'e..
puhHcanizar'? la huroCl'acia y el
ejército. Para los eomunjstas~ la
organización del partido y la lucha contra el lUlzismo naciente y
los socialistas: sólo en 193{J deci"
dhia e:~ :(;:E.;OTtdlltC:·I:~; e.1~ <l'p0Yo
_._- y <fUI:za la pa:rtrclpaclOu - ,. de
n
nos de frente único antifascista.
De.sde el punto de vista de la
evolución interna de los partidos
quizá lo más import<1nte fue ]a
escisión del Partido Socialclemó·
erata Independiente: en su courereneia de junio de 1920 se negó
a entrar en coalición con el parti.
do soeialdemócrata y envió una
delegación a Moscú para negoeiar
las condiciones de admisión dci
grupo a la Internacional Co:mu ..
l1ista. Los '~vei'lltiún puntos~? l1ece~
sarios fueron aceptados por mayoría en el "Congreso de Halle?
pero no' todos los miembros iban
a acatar esa decisión: 300.000 ]')
hicieron y pasaron a .engrosar el
Partido Comunista; otros 300.000
pasaron al Partido Socialdemócrata; los 200.000 restantes Crearon
un nuevo Partido Socialdemócrata
Independiente, que iría perJir:n~
do importancia. El eongre80 más
importante del Partido SocialdclnÓCl'ata fue el de Heidelherg
(1925) en que se seguía afirmando
el carácter marxista de la ideología.
En el plano teórico, los at1-os
veinte vieron a los ortod.oxos de
principios de úglo defender el reformismo que entonces atacahm1.
HKautsky~ escribiendo en 1927 ~ l·C··
pudió su propia teoría anterior
de la depresión crónica'~. Hilf{:r~
ding, ante la Conferencia del Partido SocialdemócTata en 1927, dijo
claramente: ":He rechazado siem_"
pro toda tcoria del derrumhe eco·
nómico. Después de la guerra tal
teoda era defendida Pl.'illc.iP'llnu:ute por los holche·',;iques.¡ que
creían que estáhamos ya al hol'·
de mismo del derrulllh<: del ~j6'
tema capitalista. No hay ni.lJ,guna
razón para temer que eso ocurra.
Siempre hemos sido de la ovinión
de que el (le-lToeamíento del si.:,:""
tema eapitalista no debe e"perarse como cosa que ha de OCH1Tir fatalmente, rii sc producirá por obra
de leyes internas del sistema, sino
qne dehe ser un acto consciente
del proletariado.'~
Sólo FRITZ STEHNBEHG ("El
irnperialismo", 1926) y HENRYK
GROSSMAN ("Lu ley de la UCll'
mulación y del derrumbe del- si.'i~
tema capita,Zz:stn", 1929) ~~nla7,,1
ron con la corriente de pellS<l"
nüen1:o antel'Íor a 1914. De todos modos sus ohras no tenían
la impc)(rtancia que tuvieron el
Evolutionary Socialism, las ohras
de Kautsky o :~La acumulación
del capital" de Rosa Luxemburgo. Según Sweezy, St-ernberg
repetía, en las cuestiones esenciales, los argumentos de R. L., "induyendo sus errores y sin aiiadir
rnucho de su cosecha propia'~. LJ.
revisión de GrosSlna'llll a la historia de la polémica sohre la acunUt"
lución y el derrumhe tiene~ en
camhio~ el mérito de ser Ol'iginal:
sobre un esquema de Otto Bauer,
Propaganda del bienestar
�Pno¡;ws ._,~ 33
destinado a ¡"dutar las tesis de
R. 1.. sobre la acumulación~ Grossmann demuestra precisamente la
imposihilidad de acumular~ impo!:\ihilidad efectiva en un plazo de
34, años a contar desde el momento en que se inicia la serie cuatrienal de Bauer. Se llega así a
u,na conclusión hastante extraña:
el sisteula capitalista se derrum"
hará inexorablemente por un dé-
ficit de plus-valía. Es una versión
"patas arriba" de la teoría de
H. L. sobre el exceso de plus~valía;
pero una versión excesi'irall1cnte
Hlccanieista del desarrollo del sistema.
Kaulsky y HILFEHDING no
añadieron nada a sus trabajos de
ante~guerra. Amhos colahoraron
con el gobierno socialdemócrata
de 'Weimar\cn especial Hilferdillg\ que por dos veces fpe Mi~
nist1'o de Hacienda. Kautsky csta·
ba marcado por la división sangrienta en las filas socialistas)'
demasiado ocupado en cuestiones
como la interpretación y la críti·
ca de la revolución de 'Octubre. El
advenimiento del fascismo y la
exclusiva dedicación de los pensadores soviéticos a los problemas
de la construcción económica, li·
quidaron por mucho tiempo
---- luego vendría la gucrra '..__. las
posibiIidade.s de un pensamient·o
teórico vigoroso en el campo socialista.
De Hilferding quedaha en pie
su ""Das Finanzkapital?'~escrito en
1910 al margen de la controversia
rovis-ionista. En aquel momento\
siendo HiIferding hastante joven
(nac.íó en 1877), su obra produj'O
sensación y se le citaba como modelo de análisis marxista Y' de pensamiento didáctico. Significaha en
l'ealidad un intento de poner al
día la teoría marxista a través de
un análisis profundo de los· gru·
pos financieros, herederos de los
grupos industriales que en el si·
glo XIX conducían el capitalismo
alemán. El financiero crea nllevos
tipos de negocio y en virtud de su
situación estratégica en cenfxos de
dirección disfruta de m.ucho más
podor que el. industrial eapita1ista~ le domina. AdenJás puede impulsar la creación de káJ.'tels y moH'Opolios para asegurarse de que
el sistema de precios Jihl'emellte
fijados no echará por la horda 10&
cuidadosamente dihujados esqnc·
Jll:1.S ele control económico, J:"filfcl'"
cling señaIó tarnlJié.n. la c:;n:acteTÍs..
tic,a e,'3cisión contl.'ol.p:roFiec1nc1 1
que años más tarde alcanzaría superior grad-o de desarrollo,
Aunque en algún momento flirteó con el ala izquierda de la so~
eialdemocl'acia su constante ft10 la
moderaóón, qno compartía C011
los derechistas del partido, Cuan..
do Hitler negó al poder en 1933~
HudoIf Hilfcl'ding tuvo que huir
a Suiza y más tarde a París. J\1ul'Íó
en Marsella, en 1941, pOCDS días
después de ser detenido ""in extl'em:is'~ por la Gesl:apo.
POSTGUERRA Y
BIENESTAR NEOCAPITALISTA (1945•...)
Los últimos 18 aiíos de Alemania y su partido socialdemócrata
son ya actualidad más o mcnos conocida. En 1945~ el ailo de los
juicios de Nuremberg, cnand'O sólo
el 12 70 de los niños de Colonia
tienen el peso normal, se reúnen
en el monasterio de \~:rennings'en
los principales dirigentes socialis~
tas alema'Iles~ entre ellos: KURT
SCHUMACHER (1395.1952), ya
en tiempos de Weimar considera~
ba la terminología marxista anti·
cU<lda, que hahía pasado t'Oda la
guerra de un campo de concentración a otro y era el l'eorganizador en la zona inglesa de oculnlcióu; EHICH OLLENIIAUER,
uno de los r.r..emigricTte" (eluigrados), representante del comité di"
rectal' en el exilio; OTTO GRO~
TEWOHL, reorganizador del par·
tid'O en la zona d·e ocupación soviética. La discusión se centró en
la ol'ganización del grupo y en la
propuesta de Grotewohl de ClltQ~
hlar negociaciones para la fusión
con el partido comunista; la opo..
sición fue lUUy grande y se decidió
aplazar la cuestión hasta el COll"
greso del parddo al año siguiente.
Sin embargo, antes, en abril de
1946 so creaha en la Opera de
Berlln -cl Partido Socialista UnJo
¡icado (S.E.D.), que reunía a los
soc:ialistas de Grotcw'ohl y los co·
munistas orientales- ele PIECK. El
congreso ele Hannovel: en mayo~
elegia pn:sid.ente y vicepresidente
respectivamente del SPD a Schu·
rnnchor y OUenhaucr; pero el par"
tido era enlonces lHucho más dA
bi1, lHlhía pel'dido la luay'OJ.' parte
E. Ollenhauer
elc su hase radicada principalmente en Prusia.
En los años siguientes (194,7 y
194,8) se consmna la separación de
.las dos Alemanias; en 1949 se bloM
quea Berlín; en septiembre se establece el primer gobierno Adellauer; la reforma monetaria de
Erhard era ya de junio del año
anterior. Desde entonces, la coalición cristiano.dcmócrata\ liberal,
partido alemán, ha dirigido el país,
y el SPD ha sido el principal ccn·
tro de la "'leal oposieión" (Cf. cuadro). Pero el pal·ticio socialista no
es ya el de Erfurt o Heidelherg,
Bernstein incluso se considera de~
pasado. La exposición de la nueva
ideología aparece en el programa
hase (Grundsatzprogramm), resultado del congreso extraordinario
del partido en Bad Godesherg
(1959): "'la lihre concurrencia y
la libre iniciativa del empresaúo
son elementos importantes de la
política económica socialdem6cra~
ta\\ ""tanta eoncul'J.'el1cia como sea
posible, tanta planificac.ión como
sea llecesaria~', "de partido de da"
se olH'cra,el partido socialdemócrata se ha c-onvertido en partido
del pucblo~\ '~el socialisIn'O democrático encuentra 5l:tS raíces en ]¡¡
ética cristiana? en ,el hum;UlisllHl
y en la filosofía clásica". Enl9ú2
Ollenhau-er es p:res-ielcnle y\Villy
Branclt\ tamhién "clJ".dgl'if:rtc"'¿ i'~
elegido paTa la vicicpn::sidl>tl,-¡:ia.
El número de afiliados h<l di:c,mj ..
Huido clescle despu,éi: de ]¡¡ ~'lH~j'l';.i.
pero parece remorllar o nI llH~IlO.';
ha h ,e T s e estabilizado ¡l()lI:
�34 -
SOCJALISl\lO ALEMÁN
875.000, 1956: 580.000, 1961:
645.000) .
El Partido Comu.nista Alemán
(KPD) , independiente del SED,
existe desd.e 1945 en la Z'ÚIla ocei"
dental:, pero fue declarado anti~
constitucional en 1956 por "atental' eontra el orden fundamental
libera] y democl'áticol~. En 1949
había obtenido el 5?7
de los
votos~ y en 1953 el 2 1 2
; ahora\
en la clandestinidad? cuenta con
unos 2.000 adherentes.
Gom.o se ha dicho recientemen·
le en una nueva revista española:
;'ÓA la pregunta por qué no hay jz·
quierda en A.leUlallia nos contestarán: el naáonalsocialismo, con
su demagogia socializante, por un
lado, y su terror, por otro ---- anjquilación de los cuadroi; ohreros
consciNltes _..,\ y el fracaso del
stalinismo en. la :RcpúhEca Democrática Alemana, han destruido
por completo la conciencia revolncionaria de la clas-e obrera. El
pl:oletariado alemán, totalmente
atomizado, sin cDllciencia de cla·
se? Y gozando por vez primera de
un nivel de vida respetable 1 s.e
siente a gtl8to dentro del neocapi.
talisl1lo~' (Ignacio Sotdo. "Clwdernos para el diálogo"),
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Title
A name given to the resource
02. Activitat professional
Type
The nature or genre of the resource
Sèrie
Description
An account of the resource
Documentació emanada de l'exercici professional de Pasqual Maragall.
- Gabinet Tècnic de Programació de l'Ajuntament de Barcelona (febrer 1965-1968, funcionari 1968-1979) : com a economista.
- Servei d'estudis del Banc Urquijo (1965-1968).
- Aula Barcelona (setembre 1997 - març 1999): funda i presideix Aula Barcelona com a centre de gestió del coneixement per a l'administració de les ciutats. És un espai comú de reflexió entre universitat, empresa i administració en relació amb la ciutat i el seu passat, present i futur.
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Identifier
An unambiguous reference to the resource within a given context
1613
Title
A name given to the resource
Socialismo alemán: 100 años
Description
An account of the resource
n. 22, p. 23-34
Source
A related resource from which the described resource is derived
Promos
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
García-Duran, José
Maragall, Pasqual, 1941-
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Textual
Subject
The topic of the resource
Socialisme
Europa
Alemanya
Language
A language of the resource
Castellà
Type
The nature or genre of the resource
Article
Abstract
A summary of the resource.
Publicat al número 22 de la revista Promos.
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1964-01-15
EAD Archive
The Encoded Archival Description is a common standard used to describe collections of small pieces and to create hierarchical and structured finding aids.
Level
The hierarchical level of the materials being described by the element (may be other level too).
Document
Articles